Miguel Ángel Casique Olivos
Cacería… o instituciones a modo
Es muy difícil creer que todo lo que está sucediendo en las altas esferas del poder político no tenga nada que ver la mano y los hilos del gobierno en turno; sobre todo, cuando hasta donde va la historia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la población entera se da cuenta que este gobierno quiere hacer “una limpia”, según él, de la corrupción y adaptar todo el aparato de poder para que desde ahí pueda mover, con toda libertad, lo que desee y, posteriormente, usarlo para mantenerse en el poder.
Pero en esa “limpia o combate” a la corrupción muchos opinan que se puede llevar, como vulgarmente se dice, “entre las patas” a instituciones autónomas o incluso, violar los derechos humanos de ciudadanos, ya no digamos de políticos que hayan incurrido en delitos, sino de gente inocente que nada tiene que ver con la problemática.
Lo que se ha hecho público en los diferentes casos, como la renuncia del ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Eduardo Medina Mora y más recientemente, la de ayer, de Carlos Romero Deschamps al Sindicato de Pemex donde, casi al mismo tiempo, AMLO aseguraba que había al menos dos denuncias que ya estaban siguiendo su curso, tiene fondo político y es operado desde el mismo poder político; todo parece como un guion cinematográfico en donde el presidente López Obrador es el productor principal.
Ante esto, por ejemplo, Alfredo Figueroa, ex consejero del INE ha dicho que en las declaraciones de AMLO sobre los casos del ex ministro Medina Mora y Romero Deschamps, hay indicios que preocupan porque se podría, desde el gobierno federal, estar dando una intencionalidad política a las investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para favorecer las renuncias de los involucrados.
Se habla incluso, de que podría haber “una recomendación amistosa”, dijo el consejero del INE, de la misma presidencia de la República tanto en el caso de Medina Mora como en el de Romero Deschamps; algo así como váyanse a defender y mientras tanto, renuncien; y es que esto sin duda es lo que más le conviene al gobierno actual. Incluso, se habla de que esto explicaría como la Unidad de Inteligencia primero congela unas cuentas y tras alguna renuncia, simplemente ya aparecen desbloqueadas, de todo esto no existe una explicación creíble por parte de la autoridad competente.
Si las cosas estuvieran así, sería un error político muy grave dar a entender a la población que detrás de todo lo que está sucediendo con las renuncias de políticos y piezas clave de las anteriores administraciones, haya instrumentos del Estado y que tienen la intención de influir para que más adelante el gobierno morenista aproveche para seguirse manteniendo en el poder. Unos hablan de cacería de brujas, otros de que todo se está haciéndose a modo y antojo del mandatario nacional; hay otros más que dicen que se están haciendo las dos cosas al mismo tiempo.
El clímax no político…
En la Ciudad de México, con Claudia Sheinbaum al timón, también se siguen los mismos pasos. Este día se dio a conocer que ya se giraron órdenes de aprehensión en contra de dos ex secretarios de Mancera. La primera es contra el ex secretario de Obras y ex comisionado para la Reconstrucción, Edgar Tungüí, y la segunda contra el ex titular de Seduvi, Felipe de Jesús Gutiérrez.
Desde ayer, la jefa de gobierno comentó que la Procuraduría capitalina realiza diversos operativos en busca de dos ex funcionarios que se les acusaba de desvíos de recursos. En el caso de Tungüí se le imputa un desfalco por 40 mdp en el tema de la reconstrucción por el sismo del 19 de septiembre. Por el momento, querido lector, es todo.