Mapas predictivos que señalen la distribución y zonas de anidación potenciarían las acciones de conservación de las dos especies de cocodrilos que hay en nuestro país, consideró el investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, Octavio Monroy Vilchis.
El experto delCentro de Investigación en Ciencias Biológicas Aplicadas (CICBA) de la UAEM indicó que la cacería y la pérdida del hábitat son los principales factores que ponen en riesgo a estos reptiles, así que identificar sus zonas de distribución permite generar estrategias de protección de hábitat y a su vez, evitar su encuentro con los humanos.
El también coordinador del CICBA señaló que la distribución de los cocodrilos se asocia con variables ambientales, en específico el clima, ya que estos ovíparos consideran la influencia de la temperatura y la humedad en la etapa de anidación; además, las lluvias excesivas propician su contacto con el hombre, el cual deriva en la caza y en el ataque a humanos.
Octavio Monroy Vilchis concluyó que estos mapas predictivos, realizados a partir del análisis de nichos ecológicos y sus variables ambientales, contribuyen en la generación de propuestas de zonas prioritarias de conservación que impactan positivamente en la población de estos reptiles y en las comunidades humanas que conviven con ellos.