Pachuca de Soto, Hgo.- Con la herramienta de un diario personal como pretexto, Gilma Luque invita a explorar el mundo adolescente a través de los ojos de Ema, una chica de 16 años quien en las páginas de su diario poco a poco da forma a historias de violencia, exclusión, abuso emocional y hasta físico, experimentadas por Emma en su afán de pertenecer y descubrir quién es.
“Los Días de Ema” se plantea como una crítica a la historia de la trama perfecta, la de perseguir el cuento de hadas y ceder a los abusos con tal de alcanzar el amor ideal. La obra sellada por Ediciones B estará presente en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2016, que organizan la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), su Patronato y la Secretaría de Cultura Federal, a desarrollarse del 26 de agosto al 4 de septiembre.
“Me gustaría que los jóvenes sepan que tienen derecho a estar en desacuerdo, a preferir ciertas cosas, a no estar contentos y que ello no los hace ni peores ni mejores personas, pero si los fortalece”, explica Gilma Luque e insiste en que “no hay un camino, no hay una forma, tienes derecho a ser quien eres y eso es correcto”.
A través de la historia de Ema, Gilma quiso plasmar esa necesidad humana de asumir papeles, disfrazarse y permitir abusos con tal de pertenecer a un grupo, cuando lo realmente importante, dice “es estar contenta y segura con la persona que eres, dejando que fluya”.
Bajo la convicción de que la vida es algo que vale la pena, Gilma Luque propone acompañar a Ema en este viaje a través del tiempo, donde comparte con amigos, familia y mascotas, la aventura del primer amor y desamor, la experiencia del divorcio de sus padres y la construcción de Ema como sujeto.
Gilma advierte que en la sociedad hay un doble discurso, una doble moral, que a través de los medios de comunicación plantean modelos a seguir y presentan a la familia como algo sagrado, al primer amor como algo ideal y a guardar silencio ante los abusos y las violaciones.
“Estamos en una sociedad muy violenta, muy religiosa, cargamos culpas grandes”, explica la escritora y señala su intención de plasmar el terror, la parálisis que un joven puede sentir cuando enfrenta una violación que no parece tal.
“Ema es abusada por un hombre que le gusta, por el que siente atracción, a quien le da oportunidad de bailar y de besarla; entonces entra en conflicto porque duda si fue ella quien propicio el abuso”, precisa Gilma y subraya que aun cuando no exista una violencia explícita, hay violencia que debe ser atendida y reconocida como tal.
Así como esta idea de la violación estereotipada que puede generar confusión, Gilma explica que también la idea del amor, de la amistad y la familia, sucumbe ante la construcción de ideales y en esa búsqueda de la perfección, la vida real ocurre sin notarlo.
“Ema está idealizando la vida, es alguien muy joven y está esperando que le sucedan ciertas cosas. Ema se encuentra con esta historia de amor en la que no le va nada bien, la pasa mal, pero a la que no quiere renunciar porque se parece mucho a las historias de la tele”, explica la escritora y concluye “Ema es una chica de 16 años que cree que tiene que definirse, ser algo específico y no… en realidad sólo tiene que darse oportunidad de ser”.