María Esther Beltrán Martínez Fotos: J.Carlos Santana
Andalucía, España.- En la Costa del Sol entre los espacios museísticos se ubican el Centre Pompidou Málaga. Durante todo el año presenta actividades relacionadas con sus exposiciones permanentes como temporales. Y no sólo piensan en la juventud y adultos, saben bien que la infancia es una semilla muy importante que se debe cuidar para que sean los futuros visitantes de los museos.
En está ocasión se tiene la muestra creada por la diseñadora Matali Crasset, diseñadora industrial quien basa su trabajo en la metodología que cuestiona los códigos que rigen la vida cotidiana. Este es el punto de partida de su trabajo, y a partir de aquí desarrolla nuevas tipologías articuladas en torno a los principios de modularidad, apropiación y flexibilidad.
Es reconocida por su investigación este campo en la década de 1990, como una forma de rechazar la forma pura, analizando el movimiento hasta dar sentido a cada objeto.
“En mi obra se puede apreciar la combinación de diferentes universos eclécticos, desde la artesanía a la música electrónica, desde la industria textil hasta el comercio justo. Está adaptación me ha llevado a campos y disciplinas diferentes: la escenografía, el mobiliario, el diseño gráfico o la arquitectura de interiores”.
Y con estos conocimientos Matali sumerge al visitante en un mundo inventado en el que la imaginación es el principal recurso. Con el nombre de Blobterre se concibe como un espacio multisensorial dedicado a la exploración.
Casset reinventa los objetivos cotidianos dándoles un nuevo uso. A partir de está exploración surgen nuevos mundos y una nueva manera de ver y sentir la naturaleza. El espacio está compuesto por especies vegetales que, en algunos casos, se presentan en una continua evolución. Se fomenta la interacción con el público, ofreciendo a cada visitante la oportunidad de participar en su construcción . Es un universo concebido para la diversión de los jóvenes, que podrán explorar, escuchar y sentir en cada detalle qué es y qué significa Blobterre.
Explica Gemma del Corral, concejala de cultura de Málaga que la exposición se basa en una ficción: los blobterrienses que habitan en las ciudades. Se trata de espacios verdes que le han ido ganando terreno al asfalto. Estos oasis representan un aliento de libertad y un lugar de experimentación. En blobterre habita Fl’om, un niño mitad humano, mitad flor, que comprende el mundo vegetal y ejerce de anfitrión para explicar a los asistentes en qué consiste este nuevo mundo.
El Pompidou sigue buscando maneras de atraer a público y sin duda lo logra con las visitas que tiene durante todo el año tanto de residentes como de visitantes extranjeros que no se resisten a visitar el tradicional cubo del puerto malagueño.
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