Ayer 11 de febrero terminaron oficialmente las precampañas para la Presidencia de la República y esto sólo es la culminación de un prólogo o introducción del verdadero libro electoral que ya vendrá, en donde la pelea por el poder del país va a continuar en unas semanas, el 30 de marzo. Por el momento los candidatos verán restringidas sus participaciones electorales.
Y ¿qué se pude ver en los tres candidatos principales? Quizá algunos hablan de un balance inicial con las encuestas donde todas le dan un puntaje ganador a Andrés Manuel López Obrador, las tendencias a su favor no variaron en esencia; así, a AMLO le funcionó, en la última etapa de la precampaña, al tomar su actividad electoral con cierto colmillo político y trató de no enfrascarse en sus ya conocidos ataques; el ha estado tratando de aprovechar lo malo que hizo el partido oficial desde los pinos y la inconformidad en que se está dejando el país, pero muy poco se habla a fondo de su agenda para cambiarlo.
De Ricardo Anaya se comenta que las encuestas lo colocan como el segundo puntero que no crece mucho pero que ganó algunos espacios y que lo podría colocar en el ring político con AMLO, todo esto lo estamos diciendo hasta el cierre de las precampañas del día de ayer y sobre lo que la encuestas dicen, sobre el orden en que lograron posicionarse.
Más atrás vimos y vemos a un José Antonio Meade con una posición lejana, dicen analistas políticos que es el candidato que está en situación preocupante y en desventaja porque se muestra débil y vulnerable, tanto en la precampaña que realizó como dentro del mismo partido que lo postuló. ¿Será que alguien le está atando las manos a don Meade, o será que sigue escondiendo una estrategia política que a partir del 30 de marzo pondrá a la luz pública? Sólo es pregunta; sin duda es el candidato que más falta le hace revisar a su equipo de campaña y ver qué les resultó y qué no funcionó y aprendiendo de esos errores comenzar a trabajar para la campaña que sigue. La sociedad aún piensa que es muy temprano para decir quién ganará.
Y las razones sobran porque aunque AMLO va arriba y le hace caso a sus grupo de asesores él no se muestra muy conforme con lo que le ordenan que haga, su imagen la ha proyectado simplemente cambiando de actitud, pero su carácter continúa siendo negativo, el cuestiona y ataca al sistema, el quiere el voto de castigo que los ciudadanos le guardan al priismo; las descalificaciones que ha sido eje de su discurso y los adjetivos que lanza, sobre todo con el tema de la corrupción, pueden volverle a la cabeza y dañar seriamente su campaña.
Sigue habiendo intolerancia y autoritarismo, un López Obrador que no está de acuerdo con señalamientos o críticas y al reaccionar sólo hay ¡más calificativos y adjetivos! y que no hay que esforzarse mucho para trasladar ese compartimiento del precandidato si llegara a la silla presidencial. Esos mismos rasgos de López Obrador, sin duda, se trasladarían a la forma en que gobernaría el país. También con la prensa se la visto agresivo e intolerante que parece le encanta hacerse eco. ¿Los electores ya fieles al lopezobradorismo aceptarán esto; qué más pasará con los 6 de cada 10 ciudadanos que aún no han tomado decisión por quien emitir su voto? Si en la Ciudad de México cuando fue gobernante no acabó con la corrupción, ni en el gobierno central ni en las delegaciones políticas, no hay razón para creer que ahora López Obrador cumplirá.
De los dos restantes candidatos muy poco hay que decir. El de la Alianza Por México Al Frente se posiciona en términos de encuesta pero no se le ve tanta fuerza como aparenta desde aquellas primeras entrevistas en una televisora nacional, Ricardo Anaya casi no propone y se apega a un discurso que tampoco va al fondo y prefirió cargarlo de temática sobre la corrupción y su más “famosa” frase de “El PRI ya se va”. El PAN quiere un cambio pero no explica qué rumbo tomará. ¿Anaya y su equipo cercano sabrán bien qué es gobernar un país?, el reto para los tres políticos será ganar la elección en julio, pero el verdadero reto será buscar acciones que cambien la situación de México, y eso sí, no cualquier candidato ni partido lo pueden hacer, sólo la sociedad organizada, educada y que emita un voto consciente. Mientras tanto, habrá demagogia, propuestas superfluas sin respaldo social y sin respaldo para cambiar al México que tanto queremos.
De Meade qué diremos, que deja una sensación de desorden sin que haya logrado consolidar su imagen de candidato no oficial, parece que algo sucede erróneamente en el priismo porque hay grupos internos que siguen divididos o que no se han alineado y menos están trabajando para beneficiar al priismo. Con una precampaña medio dispersa, con un discurso que habla sobre sus conocimientos en política y de su paso por Hacienda, información que sí es cierta pero que se está topando con una imagen parca del candidato, que no genera emociones en la población y maneja muchos datos y cifras que al elector poco le interesan; él podría usar un lenguaje más llano o como le llaman, un lenguaje más cercano a la gente que haga vibrar algunos de sus sentimientos; conoce, tienen datos de lo que necesita el país pero no trasmite y no comunica; quienes lo conocen directamente lo ubican con cierto carisma; en Meade hay un candidato formal pero sin una estrategia que genere el gusto por el voto.
El PRI-PVEM-Panal está en tercer lugar y necesita una estrategia en el tablero político y a lo mejor hasta se antoja un cambio de operadores en su equipo cercano y quienes andan operando en campo algo debían sugerirle; Meade parece no saber que en una campaña no debes confiar tanto en gente que porque es cercana a ti te va a ayudar o los que le impuso el mismo PRI, alguna labor no están haciendo bien y es hora de que algunos profesionales deben acercarse, no le hace que no sean familiares ni gente cercana al candidato.
Los candidatos, por ley, no pueden realizar actos públicos o llamar al voto; pueden ofrecer entrevistas en medios tradicionales y utilizar redes sociales e internet, pero tampoco ahí podrán llamar a votar, salvo de estar conscientes que incurrirán en “actos anticipados de campaña. Hoy hay un segundo tiempo que hay que seguir estudiando, el tercer tiempo y definitivo llegará el 30 de marzo, por ahora, el espectador sólo ve espectáculo, descalificación y cero propuestas de fondo en todos los discursos para cambiar de fondo la situación del país; pero esto tampoco lo veremos en la tercera etapa de campañas. No siempre ir a la cabeza, y menos en un primer tiempo, significa que vayas a ganar. Al tiempo.
Y hablando de una mala estrategia política del priismo que no le ayuda a su candidato, en el Estado de México algo sucede en el gobierno de Alfredo del Mazo, con Alejandro Ozuna, que sólo le está poniendo piedras al gobierno mexiquense y piedras al candidato Meade. La semana pasada en este espacio dijimos que el gobierno mexiquense no había entregado recurso para dos centros educativos de educación superior, El Centro Universitario Tlacaélel y la Normal Ignacio Manuel Altamirano.
Pues mañana martes 13 de febrero unos 20 mil campesinos de Toluca realizarán una protesta, la razón que el gobierno del Estado de México no apoya a campesinos con fertilizante y que sus cosechas sean las deseables.
Nos comentan los afectados que las tierras son débiles y que carecen de nitrógeno suficiente y que eso se resuelve con el fertilizante; los campesinos han solicitado un apoyo del 50 por ciento en el costo del fertilizante y eso marca la diferencia entre una buena y mala cosecha. En las administraciones de Eruviel Ávila y el mismo Enrique Peña los campesinos fueron apoyados, campesinos de las etnias mazahua, otomis, matlatzinca y nahuatl, que tienen parcelas que van desde media hasta 10 hectáreas.
Pero Alejandro Ozuna Rivero, secretario general de gobierno, que hizo compromisos de apoyo desde diciembre no ha cumplido y menos da la cara a los peticionarios y sólo en sus oficinas, sus colaboradores cercanos, dijeron que “no hay dinero para el fertilizante”; a un mes y medio de esos compromisos no hay respuesta ni atención.
Pero es que ningún gobierno y menos el mexiquense puede alegar que le faltan recursos, porque la Cámara de Diputados le aprobó un presupuesto de 280 mil millones de pesos para ejercer este año 2018, 20 millones más que el año 2017; pero si esto no fuera suficiente el gobierno estatal debe entender que este apoyo es a campesinos de municipios más pobres del estado, que verdaderamente lo necesitan. El mismo CONEVAL, ha señalado que la entidad cuenta con 16.7 millones de habitantes y, pese a ubicarse en el centro del país, ocupa el décimo sexto lugar en materia de pobreza, es decir, la riqueza se distribuye mejor en otros estados como Nayarit, Querétaro, Morelos y otras 13 entidades más de la República.
El propio gobernador ha dicho que “la peor injusticia es la desigualdad y la pobreza en el Estado de México” y el mismo dijo que lucharía por combatir ambos flagelos que azotan a la población mexiquense. La realidad es otra y alrededor de 80 mil campesinos y sus familias, sin el apoyo del gobierno estatal, podrían generar y estar en riesgo de hambruna, y el único culpable sería El Secretario de Gobierno, Alejandro Ozuna, y el mismo gobierno mexiquense que no cumple lo que promete. Alguien debería decirle al operador político Manuel Cadena que en el Estado de México, laboratorio electoral, las cosas no marchan bien. El enemigo del candidato a la presidencia de la república parece estar más en casa que afuera.
El clímax no político…
En Sonora, grupos ciudadanos se disponen a dar a conocer la desatención del gobierno del estado que encabeza Claudia Pavlovich. Nos dicen que la falta de operación de uno de sus funcionarios claves como Luis Carlos Soto Gutiérrez, Subsecretario de Concertación Social de la Secretaría de Gobierno, no cumple con los compromisos asumidos. A decir verdad, apenas el 25 de enero familias pobres organizadas en Antorcha recibieron propuestas de trabajo, y se comprometió a que en corto tiempo se verían avances significativos en sus principales demandas. Nada se ha resuelto. Estos asuntos permanecen sin resolver, y personal de la Secretaría de Gobierno en conjunto con funcionarios de las áreas también tendrán que dar cuentas. Las familias pobres de Sonora no están dispuestas a que se les deje hasta el final en el reparto del presupuesto. Las demandas no son irracionales, desde un modesto albergue estudiantil hasta intervención para que los ediles de Huatabampo y Empalme hagan su trabajo.
Otro gobernador del PAN se suma a la lista de falta de oficio político. No solo el crimen del obsdusman cimbró a la administración de Carlos Mendoza Davis, sino también la extrema polarización social que se cocina en municipios como La Paz. Cada vez más rodean a la administración estatal severos llamados para dialogar con todas las expresiones sociales de la entidad porque como dijo el comandante Che Guevara, “no hay enemigo pequeño ni fuerza desdeñable, porque ya no hay pueblos aislados. La organización cada vez más creciente de familias pobres en esa entidad debe obligar a la clase política a no sentirse intocable. Ojalá atiendan y cambien su trato hacia los grupos organizados que toquen las puertas del palacio de gobierno, particularmente Edgar Ávila Aguilar, de la Secretaría de Planeación Urbana, Infraestructura y Ecología (Sepuie), a quien han dado a conocer en redes sociales por sufrir de “amnesia política” y olvidar las reuniones que previamente programa con vecinos organizados. Por el momento, querido lector, es todo.
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