La niña paquistaní Malala Yousafzai, que se enfrentó al Talibán para defender el derecho a la educación para las mujeres en su país, recogió hoy el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2013 en la sede del Parlamento Europeo (PE) en Estrasburgo (Francia).
Ovacionada por los parlamentarios, Yousafzai afirmó que el reconocimiento “es un incentivo a mi lucha” y un honor aún mayor cuando recuerda que ha sido entregado anteriormente a personalidades como el ex presidente sudafricano Nelson Mandela.
La joven pidió a la Unión Europea que luche por asegurar el derecho universal a la educación y señaló que los niños que no disfrutan de ella “no quieren una iBox o un iPhone, ni chocolate, quieren un libro y un bolígrafo”.
Coincidiendo con la celebración del Día Universal del Niño y el del 25 aniversario del galardón europeo, la ceremonia contó con la presencia de los vencedores de las anteriores ediciones del Sájarov.
Al entregar el premio a Yousafzai, el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, dijo que su compromiso “nos recuerda que garantizar el acceso a la educación y al conocimiento es la mejor inversión que una sociedad puede hacer en la lucha contra la intolerancia, el aislamiento, la violencia y la pobreza”.
“A tan sólo 16 años, (Yousafzai) es hoy la voz de millones de niños y adolescentes privados de educación. Sin escuelas no hay esperanza de un mejor futuro, no hay emancipación, no hay libertad de pensamiento”, afirmó.
El líder parlamentario recordó que 125 millones de jóvenes en todo el mundo no tienen acceso a la educación, de los cuales tres cuartos son mujeres y más de 28.5 millones están privados de ese derecho debido a la guerra que asola las zonas donde viven.
Por eso, consideró que la Eurocámara tiene “el deber y la responsabilidad” de asegurar que “el acceso a una educación de alta calidad no sea un privilegio, sino un derecho humano fundamental (que) debe ser defendido y ofrecido a todos los niños, hombre o mujer, en todo el mundo”.
Yousafzai tenía apenas once años cuando comenzó, a través de un blog, su lucha por el derecho a la educación en el valle de Swat, controlado por milicias talibanes.
Tras revelarse su identidad, pasó a sufrir amenazas de muerte y en 2012 un grupo de talibanes le disparó en la cabeza mientras se encontraba en un autobús camino de la escuela.
La joven sobrevivió al intento de asesinato y recibió asilo en el Reino Unido, donde vive actualmente con su familia.
Milenio