Por: Miguel Ángel Casique
Los 139 mil rechazados en la UNAM, menos oportunidades para estudiar y la mala educación en México
Para que la educación en México sea efectiva y logre sus metas de formar mejores mexicanos y de tener profesionistas e investigadores competentes a nivel mundial, se deben hacer cambios de fondo y de raíz en el carácter individualista de la enseñanza; ahora, que no es algo nuevo, se sigue generado la visión que el estudio y la educación del individuo deben ser un mecanismo para darle solución a problemas económicos de la familia, además de que quien se educa y estudia, se dice, tendrá un ascenso personal.
Hay que notar que ahora no hay estudiantes y profesionistas (o hay muy pocos) que se miren como parte activa de un proyecto nacional educativo, de construir una patria mejor para todos los mexicanos y que esté bien educada. Ahí tenemos por ejemplo el SNTE o la CNTE que no hacen ni tienen verdaderos proyectos educativos para el país, tampoco, la misma Secretaría de Educación Publica está trabajando en serio para modificar la situación, y las pocas luces que se alcanzan a ver en la reforma educativa ya se ven en peligro con algunas declaraciones de algún candidato a la presidencia de México.
Este viernes, tras los resultados de la primera ronda de examen de selección para ingresar al nivel licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en este año, se aceptó solo a 9 mil 817 jóvenes, y aunque según la cifra aumentó respecto al año pasado, el dato impactante es el número de rechazados, que fue de 139 mil 343, es decir un 94.5% de jóvenes que terminaron su bachillerado no podrán estudiar en la UNAM. ¿Habrá alguna oportunidad más para ellos en escuelas privadas?
Según los datos de la propia Universidad, en este primer proceso de selección -el otro será en un par de meses-, se dice que 18 mil 935 solicitudes fueron para entrar a la carrera de Médico Cirujano y aceptadas 286, para quedarse los estudiantes debieron responder arriba de 109 puntos correctos de 120 reactivos; la carrera que más seleccionados tuvo, según la información fue la licenciatura en Contaduría con 609. En total, un 6.5 por ciento de los jóvenes fue aceptado en el examen de admisión para los sistemas escolarizado y abierto; ¿y el resto de los rechazados?, podrán presentar la segunda vuelta, pero también habrá casi el mismo número de rechazados. En los dos procesos de selección habrá cerca de 200 mil jóvenes que no podrán ingresar a la UNAM.
Y es que se ha dicho y señalado que de los 36 millones de jóvenes que tienen el país, apenas el 75 por ciento de ellos afirma que desea estudiar en la Universidad, porque sabe que solo así logrará tener un empleo mejor y por tanto un ingreso mejor; sin embargo, solamente el 9 por ciento de esos 36 millones de jóvenes acude al sistema educativo superior; además de acuerdo a Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha dicho que el 36 por ciento de la población adulta mexicana ha alcanzado la educación media superior, mientras que la media en los países es del 75 por ciento; otro dato es que el 24 por ciento de los jóvenes mexicanos, de entre 15 y 29 años, son los famosos “Ninis”, algo así como 7 millones.
La educación de México, por cualquier lado que se le vea, está mal y es que la mayoría de los mexicanos en esa edad, están desempleados y sin posibilidad de estudiar, buscan alguna actividad productiva que les permita desarrollar sus habilidades, tener ingresos, cubrir sus gastos y forjarse un proyecto de vida, pero encuentran que no hay oportunidades para ellos.
En México, a diferencia de otros países, hace falta una verdadera política educativa que garantice eficiencia en los planes de estudio, actualizarlos y renovarlos si es necesario; hace falta también que los maestros dejen de ver su profesión sólo como un mecanismo para obtener un salario, la cátedra del verdadero maestro (preescolar, primaria, secundaria y bachillerato) de hacerla por amor a la enseñanza y con la meta de formar jóvenes enamorados del conocimiento; hay que invertir en los maestros y en infraestructura educativa, tarea pendiente de la SEP y de los gobiernos. Si se cumplieran estas cosas, seguramente tendríamos buenos estudiantes y habría más oportunidades para ellos.
Ya no debe ser una utopía pensar que el sistema educativo de México debe crear y producir profesionistas con una alta calidad científica y práctica, que sean útiles y con la capacidad de resolver los problemas que se enfrentan en la sociedad. Pero antes de un cambio verdadero en la educación, se debe hacer un cambio verdadero en el poder político, sólo hasta entonces comenzarán a verse cambios en la educación; hasta entonces no habrá rechazados en ninguna Universidad y todos los jóvenes tendrán las mismas oportunidades de estudio; la mala educación de hoy se irá convirtiendo en un camino para el desarrollo científico, económico y político de México.
El clímax no político…
Donde los números no se corresponden con los discursos es en Sonora. Mal le ha ido esta semana a la gobernadora Claudia Pavlovich pues, por un lado, el INEGI le ha dado un mentís a sus constantes declaraciones e infomerciales disfrazados de noticias, al publicar los resultados de su Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2017 y, por el otro, sus gobernados le hacen mítines por los sonados incumplimientos de sus promesas.
Así es: la calidad y el impacto gubernamental de la Pavlovich es uno de los peores en lo que se refiere a corrupción: Sonora ocupa el primer lugar nacional en el número de actos de corrupción que han padecido sus ciudadanos en su relación con servidores públicos federales, estatales y municipales. De acuerdo con el Inegi, en 2017 se presentó una tasa de 61 mil 652 actos de corrupción cometidos por autoridades por cada 100 mil habitantes, mientras que el promedio nacional fue de 25 mil 541 actos por cada 100 mil personas: ¡imagine usted cuántos funcionarios sonorenses se requieren para cometer todos esos atracos!
Esto es un récord nada bueno para las intenciones priistas de contribuir con votos para Meade: se sienten seguros, pero tanto va el cántaro al agua… Por otro lado, hasta el centro del país se escuchan las voces descontentas con la falta de soluciones reales del gobierno de Sonora y es creíble toda la inconformidad que ha expresado Bernardino Domínguez, líder de varios miles de sonorenses afiliados al Movimiento Antorchista en ese estado del norte del país; y esto, no es para menos, pues con tanto funcionario corrupto que debe estar enquistado en las oficinas públicas, se explicaría así que no resuelvan nada ni le hagan caso a su jefa. En sonora no hay un buen clímax político para el priismo nacional y menos para apoyar a su candidato a la presidencia de México.
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Miguel Ángel Casique