Por: Miguel Ángel Casique
Debate sin debate en la CDMX: se atacan mucho y se propone poco.
El de este miércoles fue un debate sin debate, esa es la percepción que tienen los habitantes de la Ciudad de México al escuchar a los candidatos a conquistar la Jefatura de la gran Metrópoli de nuestro país. Aunque todos vieron que hubo momentos “interesantes”, por ejemplo cuando se habló de consolidar e impulsar los mercados o cuando se dijo que es necesario edificar la Ciudad Universitaria; o de la generación de un corredor empresarial en los terrenos del anterior Aeropuerto Internacional y, sobre todo, la reconstrucción de las viviendas que fueron destruidas por los sismos del año pasado. Lo cierto es que lo predominante en el debate fueron los ataques, las acusaciones.
El punto más álgido parece ser cuando Alejandra Barrales reviró al priista Mikel Arriola que si demuestra y comprueba que la foto que exhibió de un supuesto departamento de Barrales en Polanco, ella renunciará a su candidatura, si no, le insistió “deberás renunciar tú”. Pero como en los debates de todo se vale: calumniar, denostar, acusar sin pruebas, mentir, etc., etc., etc., la pregunta puede ser: ¿Mikel Arriola aceptará el reto? o, poco a poco se irá olvidando esto como sucedió con lo de los departamentos que López Obrador nunca entregó, tras el primer debate presidencial.
La ciudad de México es una gran urbe pues aquí viven alrededor de 9 o 10 millones de mexicanos, es el centro neurálgico del país, pues aquí se encuentra concentrado todo, desde los poderes de la nación hasta las grandes concentraciones de trabajadores de los estados vecinos que todos los días vienen a laborar. Sin embargo, la CDMX sigue padeciendo problemas graves de inseguridad, movilidad y nula atención de las autoridades capitalinas a temas educativos, de vivienda y servicios en general.
Primero fue con el mando de Miguel Ángel Mancera, ahora con José Ramón Amieva que por ningún lado se le ve trabajando en favor de los habitantes, más bien se le nota oculto y escondido; pero aquí, en él, no aplica lo de “calladito te ves más bonito”, pues un gobernante que no se le ve trabajando para lo que la población lo eligió no merece llamarse gobernante y menos de una ciudad tan grande como ésta.
Pero volviendo a lo que se dijo en el debate las propuestas son muy pocas: Mikel Arriola en el tema de la creación de empleos dice que generará 1.6 millones de nuevos empleos bien pagados, al menos suena buena propuesta, la morenista Sheinbaum propuso 500 mil empleos formales, la perredista Barrales que dará unos 2,500 mensuales a todas las jefas de familia; Mariana Boy que se estimularán a empresas que contraten a jóvenes en su primer empleo, fomentar Pymes es la propuesta de Purificación Carpinteiro mientras que el “humanista” Marco Rascón está ofreciendo una jornada de trabajo de 6 horas.
Casi todos hablaron de apoyar en la reconstrucción tras los sismos, también de apoyar a los jóvenes con empleo y espacios para los rechazados de la UNAM y el Politécnico; y también grandes temas preocupantes para la Ciudad quedaron pendientes: el de la inseguridad, movilidad y el deficiente servicio del Transporte colectivo metro.
Ya hay voces que dicen y comentan que el formato con el que se realizó este segundo debate está mal planteado porque no permite profundizar en los temas y propuestas; pero entre los participantes se notó la experiencia de Mikel Arriola que tiene claridad con respecto a la administración de finanzas; de la morenista Sheinbaum parece que le sigue los pasos de arrogancia y prepotencia de López Obrador, pues ella ya se considera y se siente la Jefa de Gobierno; a Mariana Boy se le vio tranquila aunque con poca propuesta y a la perredista Barrales le pesa la losa del gobierno mancerista y el que continua Amieva; de la “aliancista” Carpinteiro, el “humanista” Marco Rascón y la independiente Lorena Osornio parece que sólo están, tanto en la campaña como en los debates, de relleno.
Así, ayer, entre los candidatos a la jefatura del gobierno de la Ciudad de México hubo un debate sin debate, se atacaron mucho y propusieron muy poco, ninguno de los candidatos alcanzó a explicar, -seguramente porque no lo saben-, de dónde sacarían y obtendrían los recursos para llevar las pocas propuestas que ahí se plantearon.
El clímax no político…
Tras la noticia de la renuncia de la candidata independiente Margarita Zavala a la Presidencia de México, y en donde dijo que las preferencias no le favorecen en una contienda polarizada, ¿por quién?; además de señalar que no tiene posibilidad alguna de ganar la elección, el resto de los candidatos, sobre todo Ricardo Anaya y José Antonio Meade, así como sus equipos de campaña y los partidos a los que representan, de inmediato se han puesto a trabajar para acercarse los votos que dicen son cerca de 2 millones, los cuales estaban con Zavala.
Y es que aunque ella ya dijo que no abandonó lo contienda para favorecer algún candidato, lo cierto es que eso es poco creíble; es más se rumora que sólo es el inicio de lo que podría venir después del debate del próximo 20 de mayo, porque las preguntas y dudas van a seguir: ¿Cuál es el verdadero fondo de la renuncia de Margarita Zavala?, ¿con quién se irán los casi 2 millones de votos? y ¿habrá un segundo candidato que renuncie a su candidatura? Ahorita aún no se puede decir, pero el debate está a tres días, el próximo domingo 20 de mayo. A partir del lunes 21 los porcentajes en las preferencias electorales ya no cambiarán mucho y se tendría que hacer una nueva jugada. ¿Será que algún candidato, Ricardo Anaya o Meade, tendrá que renunciar para que todos los electores apoyen a uno sólo y puedan dar la batalla al puntero? Sólo es pregunta. Por el momento, es todo.