Blas A. Buendía
El Doctor en Derecho Miguel Arroyo Ramírez, urgió a investigadores, académicos y al propio Estado que consignen y sancionen, en memoria detallada, un Libro Blanco sobre quiénes fueron realmente los responsables de los acontecimientos que día a día, siguen haciendo historia, tras 50 años de la tarde triste del dos de octubre de 1968.
“La única manera de no olvidar los hechos de Tlatelolco es detallar lo que realmente pasó”, remarcó en su comentario político-jurídico de Antena Radio, transmitido en el cuadrante del 107.9 FM, del Instituto Mexicano de la Radio.
Se acaba de cumplir un aniversario más de los sucesos de Tlatelolco; el pasado dos de octubre se cumplieron los 50 años de aquella tarde triste en la historia de México, por supuesto, y me parece que –afirma el Doctor Arroyo- sería conveniente que las autoridades publicaran una memoria acerca de los acontecimientos; es decir, un documento que reseñara cómo ocurrieron los hechos de acuerdo con las constancias que se tienen.
Digo –subrayó el Doctor Miguel Arroyo Ramírez, quien integró el Secretariado Técnico del Comité Ciudadano en Relación con la Investigación de los Delitos Políticos del Pasado-, es necesario recordar que ya hubo una Fiscalía que se encargó de la investigación de los asuntos y en ese proceso se recabaron una serie de documentos y testimonios que son muy valiosos, y que penosamente se encuentran archivados.
Y digo esto –justificó- porque la mayoría, no me temo a equivocarme, lo voy a decir: entre la mayoría hay quienes marcharon en esta conmemoración de los 50 años, evidentemente no tienen claros los hechos en cuanto a su ocurrencia, sobre todo porque han surgido nuevas generaciones lo que obliga al Estado documentar fehacientemente a las juventudes de hoy en día, qué pasó en octubre de 1968.
Y bueno –recalcó- han pasado 50 años y, evidentemente, las nuevas generaciones tienen una vaga idea de que algo más pasó porque hay historias que distorsionan los acontecimientos o mejor dicho, el resurgimiento de leyendas urbanas han distorsionado los acontecimientos del 68, es decir, muchos le agregan o lo quitan seriedad a los acontecimientos de hace medio siglo.
El Doctor Miguel Arroyo Ramírez, integrante del Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, fustigó que en muchos medios de comunicación, al tratar de dar referencias hacia los acontecimientos del 68, algunas han divagado en los díceres…
Dijo que lenguas mal intencionadas no se apegan a la verdad, otras con el afán de hacerse escuchar y crear polémica, distorsionan en algún sentido, los negros acontecimientos del Movimiento Estudiantil de 1968, pero “es necesario que el Estado, fuera de tapujos o intereses oscuros o de facto, pretenda seguir escondiendo la verdad”.
Confió que el nuevo gobierno federal que encabezará a partir del Primero de Diciembre el político izquierdista Andrés Manuel López Obrador, actúe con amplia seriedad porque, así como él ha manifestado actuar con honestidad y transparencia, “es hoy cuando debe surgir la verdadera historia que dieron pie a los gravosos y crímenes de lesa humanidad sobre los acontecimientos del 68”, donde murieron infinidad de estudiantes y personajes de la sociedad civil.
Hasta este momento –subrayó- no tenemos realmente un documento que se haya publicado donde se hagan las referencias que toda la sociedad ha comentado año con año, y a la luz de las circunstancias, pareciera que el 68 guarda todavía muchos secretos.
Es decir –continuó- lo primero que tenemos que hacer, recuperar los hechos tal como ocurrieron y luego ya se proyectarían otras cuestiones; pero la sanción más fuerte que puede haber, es la sanción de la historia sobre quiénes fueron realmente los responsables de aquella masacre.
La única manera de no olvidar los hechos –insistió- es publicar esta memoria, ese Libro Blanco, detallar con testimonios, con documentos que de alguna manera pueda dejar de una vez y para siempre constancia de los hechos, y para esto, sí habría que nombrar una Comisión Especial, que bien podría cristalizar la construcción de ideas surgidas de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el slogan “68, nunca más”.
Y como bien lo dijo Andrés Manuel López Obrador: “Ya basta de estar creando Fiscalías cada vez que algo ocurre”.
En este contexto, dijo que para ello hay una institución que es la Procuraduría General de la República, donde existe el personal responsable que conoce con toda amplitud y a la perfección, minuto a minuto, los tristes y amargos acontecimientos del dos de octubre.
Antes de estar pensando en crear Fiscalías Especiales y todo lo demás, hay que nombrar esa Comisión Especial “68, nunca más” pero que se dedique a fundamentar los hechos tal como sucedieron, en la víspera de los XIX Juegos Olímpicos que organizó México y cuya inauguración corrió a cargo del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien se ganó la antipatía que detonó en una rechifla popular, concluyó.
Libro Blanco
Un libro blanco es un documento que publican los gobiernos en determinados casos para informar a los órganos legislativos o a la opinión pública. Su objetivo es ayudar a los lectores a comprender un tema, resolver o afrontar un problema (por ejemplo diseñando una política gubernamental a largo plazo), o tomar una decisión.
El término se origina como derivado de los libros azules utilizados por el Imperio británico en el siglo XIX a modo de almanaque o recopilatorio de estadísticas del país, y cuyo nombre procede del color de su portada, al igual que ocurre con los libros blancos.
Suelen ser de menor longitud que un libro azul, y se cree que su procedencia se remonta al Libro Blanco de Churchill de 1922.
Durante el Mandato británico de Palestina, se publicaron tres libros blancos que determinaron el futuro inmediato del Mandato, como el Libro Blanco de 1939.
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