Miguel Ángel Casique Olivos
Las malas cuentas en la 4T
Aquí no se trata de ver qué partido político conserva mejor el poder o cuántos seguidores tiene, eso cuenta, pero de lo que se trata es de gobernar bien y para todos. No se trata de cobrar venganzas políticas, sólo porque en el pasado no te apoyaron. Tampoco se trata de instaurar un régimen dictatorial. Lo que aquí vale, es ver el trabajo y el desempeño que se tiene como gobierno para progresar y no retroceder como hasta ahora. El tiempo de las culpas se acabó, ahora es el presente que nos dice cuál es la situación del país, por donde vamos y hacia donde nos dirige el gobierno de la autonombrada Cuarta Transformación.
La palabra “Bienestar” ha sido el sello que buscan colocar en cada programa de gobierno, en cada dependencia, en cada censo, en fin, en todas partes por donde pise el Presidente, aunque no exista tal bienestar. En otros países se ve al futuro, con datos y números, México regresa a la era jurásica para enfrentar su propia extinción económica y política. Es cierto que se necesita salvar al país, pero ya no con proyectos de antaño que contaminan más, y que lejos de ganar sólo se pierde dinero.
Otra vez, nos dieron gato por liebre. La refinería de Dos Bocas, Tabasco, costará un 13.5 % más de lo que se había planeado y financiado en 2019, hablamos de 22 mil 300 millones de pesos, extras. Sin duda, estamos próximos a nuevos recortes, pero la pregunta es: ¿ahora, a qué dependencia se le hará “austeridad? Esa pregunta la debe tener bien presente Arturo Herrera, titular de la SHCP, porque ya no hay dinero en las distintas dependencias, el recorte de los ingresos y egresos a la federación es casi nulo. El modelo económico neoliberal que AMLO presenta, ha demostrado cada vez más su verdadero rostro, las caras de los empresarios beneficiados y la corrupción que se esconde detrás de la 4T.
Todos sabemos que el Presidente no permitirá que Pemex se hunda, porque sus planes entrarían en jaque, él está dispuesto a entregar hasta el último peso para sacar a flote su refinería, su Tren Maya y su aeropuerto.
Durante 14 años, la producción de petróleo crudo de México se redujo de 3.5 millones a 1.9 millones de barriles por día y las refinerías de petróleo de todo el país funcionan a menos del 40% de su capacidad. La insuficiencia energética y lo pesadísimo que es nuestro petróleo sólo llevará a que la refinería no sirva de nada y que tampoco funcione el Tren Maya.
Tenemos una política fragmentada y nada demócrata. La investidura presidencial ha sido pisoteada por el propio Ejecutivo. Dividir a un país, fue trabajo de meses y de Morena en el poder. La ruptura con alianzas privadas golpeará más a la economía mexicana; al no haber dinero se buscan las formas, no importando si por ello afectan a los bolsillos de cada persona.
Las malas cuentas para los proyectos, realizadas al vapor, se comienzan a destapar. Ojo, eso es en uno de sus tantos proyectos, sin contar los programas sociales que ya están raquíticos. Opositores de energías renovables como: Manuel Bartlett, Rocío Nahle, Octavio Romero y López Obrador, sólo nos guiarán a la prehistoria. La ciencia es el futuro y hacia allá debe avanzar México. Por el momento, querido lector, es todo
