Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México, (BALÓN CUADRADO/agencias).– Al banquillo, acusados en el marco del FIFAgate. El ejecutivo del balompié qatarí, Nasser al-Khelaifi, y el ex secretario general de la Federación Internacional de Futbol Asociación, Jérôme Valcke, acudieron este lunes a una corte penal federal en Suiza al inicio de su juicio por corrupción en un caso de derechos televisivos para varios torneos internacionales.
Al-Khelaifi, presidente del club francés Paris Saint-Germain y director de la cadena deportiva beIN Media Group con sede en Doha, y Valcke llegaron a la corte por separado y ofrecieron declaraciones a los medios.
Un tercer acusado, Dinos Deris, ejecutivo de una agencia publicitaria griega y quien también es conocido como Konstantinos Nteris, no se presentó al inicio del juicio, arguyendo problemas de salud.
El juicio comenzó con los argumentos procesales y el panel de tres jueces decidió continuar pese a la ausencia de Deris. Él y Valcke enfrentan los cargos más serios, de soborno.
Se anticipa que los abogados defensores presenten más temas procesales el martes.
Los tres hombres niegan haber cometido un ilícito. Se espera que el juicio dure un par de semanas y que el veredicto sea anunciado a finales de octubre.
Al-Khelaifi enfrenta un cargo menor por incitar a Valcke, cuando éste fungía como secretario general de la FIFA, a cometer una “malversación penal agravada”.
Durante una investigación formal que inició en 2017, los fiscales suizos interrogaron a al-Khelaifi bajo sospecha de sobornar a Valcke con el uso de una residencia de lujo vacacional en Cerdeña en 2014 y 2015.
Por esas fechas, la FIFA renovó los derechos de transmisión de beIN para la Copa del Mundo en el Medio Oriente y el norte de África para los torneos de 2026 y 2030 sin propuestas rivales. El acuerdo fue considerado dentro de la industria provechoso para la FIFA dado que beIN pagaba una cantidad muy superior para el valor en el mercado de ese entonces.
La FIFA retiró su querella penal sobre un posible soborno después de llegar a un acuerdo económico con al-Khelaifi antes que los fiscales anunciaran imputaciones en febrero.
Valcke y Deris son acusados de sobornos en un caso separado que no involucra a beIN ni a al-Khelaifi.
La fiscalía señala que Valcke recibió tres sobornos por un total de 1,25 millones de euros (1,48 millones de dólares) a fin de que los derechos para el Mundial favorecieran a cadenas en Italia y Grecia. También es acusado de falsificación de documentos al incluir los pagos a su compañía privada como préstamos.
El Comité de ética de la FIFA vetó a Valcke de toda actividad en el fútbol en 2016 por actos no relacionados con los cargos que ahora enfrenta.
Al-Khelaifi, ministro del gobierno de Qatar, se ha convertido en una figura más influyente en el mundo del fútbol desde que el proceso penal en Suiza en su contra fue revelado hace tres años. Actualmente es integrante del comité ejecutivo de la UEFA.
Tal comité de la UEFA se reunirá la próxima semana en Budapest, Hungría, mientras se lleva a cabo el juicio.
El martes están programados más argumentos procesales sobre la integridad de la fiscalía y su caso.
Desde que se dieron a conocer las acusaciones formales, el fiscal general suizo Michael Lauber fue disciplinado y más tarde renunció a su cargo después de que se abriera una investigación interna en torno a una reunión no declarada que sostuvo con el actual presidente de FIFA, Gianni Infantino.
Un fiscal especial fue asignado en junio y abrió un procedimiento penal contra Infantino por supuestas irregularidades, incluyendo incitar al abuso de un cargo público.
El presidente de la FIFA ha dicho que la investigación es absurda.