Miguel Ángel Casique Olivos
Censura y libertad
La libertad de expresión no se agota en el reconocimiento teórico del derecho a hablar o escribir, sino que comprende inseparablemente el derecho a utilizar cualquier medio apropiado -incluido redes sociales- para difundir el pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios. La prensa en México vive momentos muy complejos y nos visibiliza la descomposición que estamos viviendo en lo político.
A diferencia de otras administraciones, el actual gobierno intimida a quien osa hurgarle en las entretelas y destapar la caja de Pandora. El periodismo que “molesta” al Presidente de la República es, en este momento histórico, un periodismo más verdadero y apegado a la realidad: el de investigación y análisis. La libertad de expresión está en peligro y la censura está a la vuelta de la esquina con señales alarmantes de que vamos a una dictadura.
Con la militarización del país, que es superior a la de Calderón, se crea la nueva Gestapo mexicana, -han dicho varios comunicadores importantes-, a la orden de otro enfermo con poder. Y como hemos visto en varios países de América Latina, la seguridad rápidamente será reconceptualizada en términos represivos. Aunque se nos asegure que la guerra Calderonista-Peñanietista terminó, en realidad prosigue. Una 4T militarizada es preocupante y nada nos asegura que sea para bien. El dedo de AMLO puede apuntar a cualquiera en cualquier momento y con él las armas. Lo han advertido, lo han denunciado y han condenado diversos especialistas.
Con la denuncia de la comunidad cultural, científica y periodística sobre los ataques a la libertad de expresión por parte de López Obrador, hoy el presidente sólo se burla y pide que se disculpen con él. Hoy el diario Reforma publicó el número de masacres en México durante 2020, dando un total de 45 masacres. AMLO lo presentó en “la mañanera” y la mofa abundó con una larga carcajada. En una burla, así debe comprenderse la situación del país para AMLO.
¿Y dónde quedó la Guardia Nacional? Muy fácil: construye aeropuertos, un tren, refinerías, detiene a migrantes en las fronteras, reprime campesinos y le desfilan al presidente. En seguridad y combate al narcotráfico están ausentes. Ese es el país que ha construido el lópezobradorismo, el país de la represión, la militarización y la censura. AMLO moldea el lenguaje de nuestros tiempos; el del insulto, la descalificación y la deshumanización.
México tiene un Estado cada vez más debilitado, más empobrecido y más incapaz. Vive días oscuros con la pandemia, la economía y con las próximas elecciones en puerta. Después de dos años, AMLO ha demostrado que es un genio en la comunicación. Pero también ha probado que no sabe cómo ser un Presidente.
En estas condiciones de represiones contra redes sociales, comunicadores, medios y periodistas vamos a las elecciones de este 2021 y probablemente a las de 2024. Es momento de parar el odio y la división. Debemos luchar por la libertad a discernir y opinar a favor de un país más prospero, a favor de la justicia, a favor de quienes menos tienen. Ese país se puede lograr si nos unimos para que tengamos el país que nos merecemos. Morena gobierna hoy, pero mañana ya no. Hoy podemos recordar a Hans-Dietrich Genscher cuando dijo que “La prensa es la artillería de la libertad”. Por el momento, querido lector, es todo.