Miguel Ángel Casique Olivos
Yosoñama vuelve a llorar a sus muertos; gobiernos de AMLO y Murat, indiferentes
Se sabe, así lo comentan pobladores, comunicadores y algunos integrantes de la clase política de Oaxaca, que ha existido y existe una relación muy cercana del gobierno de Oaxaca con autoridades locales y algunos grupos de poder de San Juan Mixtepec; lazos de comunicación muy fuertes, por ejemplo, con políticos como el Secretario de Gobierno, quien es el que opera la política estatal, en ocasiones siguiendo instrucciones del gobernador Alejandro Murat, y en otras obedeciendo a sus propios intereses o de grupo político.
Hoy Oaxaca llora a tres campesinos que fueron asesinados el lunes 5 de octubre y la autoridad estatal muestra indiferencia para hacer justicia. Estos crímenes atroces son el eslabón más reciente de una cadena de asesinatos. Hace una década, gente armada de Mixtepec secuestró a 35 campesinos adultos y 4 niños de Santo Domingo Yosoñama para intentar obligarlos a que renunciaran a sus derechos sobre la tierra; se probó que Leonel Martínez Sánchez, quien fue presidente municipal de Mixtepec, encabezó ese secuestro que duró 73 días. En premio a su “hazaña”, el funcionario local escaló a jefe del Departamento de Vivienda de la Sedatu estatal y luego a Coordinador de la “Cruzada contra el hambre” de la Sedesol en Huajuapan de Léon.
Otras fechas de atentados fueron la del 7 de agosto de 2010, contra Simón Antonio Santos; un mes después, el 23 de septiembre, fue ultimado Isidoro Hernández y sus restos nunca pudieron ser recuperados por sus familiares. Esto ya en el mandato de Gabino Cué (2010-2016) y la situación en nada cambió, los asesinatos siguieron; además, a menos de un mes de haber tomado el cargo como gobernador, en pleno 24 de diciembre de 2010 se reportó el asesinato de Miguel Cruz José, líder regional e integrante de la Dirección Nacional del Movimiento Antorchista, ataque ocurrido en pleno corazón de Tlaxiaco.
El sábado 14 de diciembre de 2013, tres años después, cerca del paraje “Tres Cruces”, 11 pobladores de Yosoñama fueron emboscados, los sicarios masacraron a todos, los rociaron con gasolina y les prendieron fuego; una verdadera atrocidad bajo el amparo y protección de grupos políticos y ante la inacción del gobierno en turno.
Las cosas en el gobierno de Alejandro Murat no han sido diferentes; es más, en la semana que termina, en diversas regiones y la capital se han visto decenas de bloqueos que no han sido consignados a detalle pero ponen en duda la eficacia y labor del gobierno estatal y de sus operadores; incluso, se habla de que esas acciones se deben a que desde Palacio Nacional están operando para que el grupo del gobernador se limite en sus peticiones de candidatos y puestos para el 2021.
Pero regresando al tema, el 8 de agosto, en el paraje conocido como Rancho Señor, cinco mujeres fueron atacadas a tiros; las víctimas viajaban en un vehículo compacto y cuando se hallaban en las inmediaciones de “Tres Cruces”, fueron asesinadas a distancia; los hechos también han quedado impunes.
Y como si fuera un pretexto para nuevas agresiones, el 25 de junio de este año se informó del presunto secuestro del agente municipal Erick López Santiago, hecho que activó, casi de inmediato, las agresiones contra habitantes de Yosoñama; la violencia y agresión de Mixtepec es tanta que el arzobispo Pedro Vázquez ha condenado la violencia y la omisión del gobierno estatal. Erick López pareciera ser el operador local de los ataques y agresiones y las anuncia en declaraciones abiertas al culpar a los habitantes de Yosoñama.
Los hechos criminales más recientes sucedieron el pasado lunes 5 de octubre alrededor de las 7:30 de la mañana en el paraje “El Mirador”; ahí, un grupo de cinco comuneros que iba realizar sus labores del campo, fue atacado por sicarios de San Juan Mixtepec; la resultante fue tres campesinos muertos: Crescencio Sanjuán González de 38 años, Constantino José González de 61 años y Jorge Sanjuán González de 30 años; más dos heridos que se debaten entre la vida y la muerte.
Las autoridades estatales habían sido alertadas el 1 de octubre por Reynaldo Ventura Guzmán, Presidente del Comisariado de Bienes Comunales del núcleo agrario de Yosoñama; en un escrito se solicitó al gobernador y al Secretario General de Gobierno, Héctor Annuar Mafud, se habilitara una base de operaciones mixtas de la policía estatal o de la guardia nacional en la zona, ya que comuneros vecinos aseguraron que personas extrañas a la región, vinculadas con gentes de Mixtepec, preparaban emboscadas a los transportistas y pasajeros que circulan a la Ciudad de Tlaxiaco y Huajuapan de León.
El clima de violencia y de agresión hacia inocentes campesinos aumenta sin que se haga algo eficiente a pesar de las alertas de la comunidad; el gobierno federal de sexenios y ahora el de López Obrador, también sigue sin resolver los más de 350 conflictos agrarios en el estado.
El reciente atentado obliga al gobernador priista a dar instrucciones a la Fiscalía General del Estado a esclarecer los hechos de inmediato y evitar culpar a Yosoñama o exculpar a los sicarios relacionados con Mixtepec; de no hacerlo, podrían confirmarse las hipótesis y sospechas de que hay mano negra desde el gobierno estatal y que sirven a intereses mezquinos para intentar detener, como se intenta desde el poder federal, al pueblo que se organiza y lucha por conquistar mejoría para sus comunidades.
Pero además, también podría acelerarse la sospecha de que en Oaxaca el crimen organizado ya ganó terreno y que el gobierno estatal es incapaz de pararlo ya que se le ha visto más ocupado en entregar el gobierno estatal al inquilino de Palacio Nacional. Héctor Annuar Mafud y la Fiscalía pueden ayudar mucho en la última palabra del gobernador, porque en Yosoñama las lágrimas y la tristeza del pueblo esperan justicia, algo que en Oaxaca, parece no existir. Por el momento, querido lector, es todo.