Ciudad de México.- En esta semana, el Senado de México tendrá que analizar y votar una iniciativa de
ley extremadamente delicada, a pesar de que se le conoce como iniciativa para
transferir atribuciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a la
Secretaría de Marina, en la realidad es una iniciativa que busca supeditar un
segmento especializado del transporte, el sector del transporte marítimo o marina
mercante, al estamento militar, por lo que se le conoce popularmente como la
iniciativa para la militarización de la Marina Mercante.
En la sesión correspondiente de parlamento abierto en el Senado de la Republica,
así como en la Cámara de Diputados (disponibles en internet), diversos expertos
alertaron sobre los riesgos legales y económicos que esta situación anómala traería
para el país. Sin embargo, diversos efectivos militares de la Secretaría de Marina,
algunos de formación militar y otros que han sido reclutados como profesionistas
o asesores, intentan defender algo indefendible, que la Secretaría de Marina es una
Secretaría Civil y que en el pasado ya se encargó justamente de algunas de estas
tareas.
Al respecto es importante mencionar que la Secretaría de Marina fue creada
(separándola de la “Secretaría de Guerra y Marina” que a su vez fue transformada
en lo que ahora es la Secretaría de la Defensa Nacional) en el período que antecedió
a la entrada de nuestro país a la Segunda Guerra Mundial, no para encargarse del
Transporte Marítimo, sino para proteger a los buques mercantes de nacionalidad
mexicana y establecer mayor seguridad en los mares y litorales. La Ley faculta al
Estado a tener condiciones jurídicas extraordinarias en tiempos de guerra, esto
motivó la creación de la SEMAR como una institución de naturaleza militar, donde
todos sus mandos son militares subordinados al Secretario de Marina quien
además es el alto mando de la Armada de México, por lo que es innegable que, aún
cuando se intente disfrazar este hecho, trasferir la administración del transporte
marítimo a la SEMAR sería una violación del Art. 129 Constitucional.
Sin embargo, en lugar de que, terminada la Segunda Guerra Mundial, se retornara
la estructura militar bajo una única Secretaría, la SEMAR retuvo parte de la
administración de los puertos mexicanos y algunas facultades de la administración
pública del transporte marítimo, con tan cuestionables resultados, que debido a
problemáticas relacionadas con ineficiencia y corrupción, en 1976 por decreto
presidencial fueron separadas todas las cuestiones relacionadas al transporte
marítimo y retornadas al Sector de Comunicaciones (actual SCT) en donde todos
los medios de transporte son enlazados sectorialmente.
El freno económico y comercial que sufrió nuestro país en ese periodo era tal, que
en pocos años después de haber sido transferido nuevamente al sector civil (en el
cual el transporte marítimo ha estado desde su creación en 1822), el volumen de
carga en los puertos mexicanos se incrementó y la operación portuaria se
eficientizó, dejando de depender primordialmente de los puertos de Estados
Unidos que eran usados debido a la ineficiencia de la administración militar de los
puertos.
Quienes intentan sugerir que la militarización del transporte marítimo tiene
conexión con actos de corrupción publicados en la prensa desconocen que se trata
de distintos ámbitos de responsabilidad; además de la cuidadosa lectura de esa
iniciativa se desprende que no existe ninguna cuestión o referencia a este respecto
en su contenido.
Adicionalmente, esa desafortunada iniciativa intenta transferir exclusivamente a
la SEMAR las atribuciones formativas de marinos mercantes profesionales;
educación que se lleva a cabo en tres escuelas náuticas mercantes del país, donde
se imparte por ministerio de ley, la educación de “interés público” que ha generado
por mas de 198 años a los únicos Ingenieros Geógrafos e Hidrógrafos e Ingenieros
Mecánicos Navales con los que cuenta la industria mexicana; profesionistas que
quedarían sometidos a la asimilación de la estructura militar de la Secretaría de
Marina, quien en 1967 ya intentó desaparecer este segmento de formación de
profesionistas del transporte, todo lo cual constituye un precedente arriesgado e
inadmisible para cualquier otra profesión e industria civil.
Estamos conscientes de la influencia que actualmente tiene el poder militar en la
política mexicana, sin embargo, también somos consientes de que mas del 90% de
las Senadoras y Senadores son mujeres y hombres que se han ganado esa
representación social en una vida civil, por lo que como Ciudadanos civiles
apelamos a Ustedes para evitar que avance la militarización en el transporte
marítimo recordando que “tener el poder no es tener la razón”.
Por lo que toca a la circulación de un documento apócrifo que intenta sugerir que
Marinos Mercantes estarían dispuestos a aceptar la militarización de la industria
a cambio de algunas consideraciones, incluyendo tener a civiles en cargos
secundarios dentro de la Secretaría de Marina, deseamos manifestar nuestro total
rechazo al mismo, pues tenemos la firme convicción que de aprobarse esta
iniciativa se estaría creando un marco jurídico diferenciado para ciudadanos que
realizan actividades productivas iguales, ya que no se propone de ninguna manera
la aberración jurídica de transferir la educación profesional e industria de los
diversos modos de transporte (aéreo y carretero) a la Secretaria de la Defensa
Nacional, lo que en todos estos casos sería una violación de nuestra Carta Magna
que generaría a mediano y largo plazo una situación de inestabilidad política
similar a la que vivimos a principios del siglo XX.
No existe animadversión contra la SEMAR, por el contrario, como institución
militar estamos convencidos que debe de tener capacidad para la defensa de la
soberanía nacional y la protección de las zonas marítimas. Por otro lado, la Marina
Mercante, de naturaleza eminentemente civil y comercial, como sector
especializado del transporte, debe de tener condiciones que le permitan competir
con empresas internacionales de logística y transporte para fortalecer el comercio
internacional de nuestro país. Es importante considerar que en la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, en la que participa tanto
México como sus principales socios comerciales, solamente un país, Chile, se ha
atrevido a involucrar a las instituciones militares en parte del comercio marítimo,
pero durante un terrible y oscuro régimen militar, con las terribles consecuencias
que son de todos conocidas, pero los principales socios comerciales de México que
no han sufrido gobiernos militares, tanto en América del Norte, Asia y Europa han
sabiamente mantenido los temas civiles, mercantiles y financieros libres de
injerencia o involucramiento militar.
Por todo lo anteriormente expresado, nos permitimos solicitarle a Senadoras y
Senadores que usando sus prerrogativas en apego al llamado de sus representados
y de sus propias conciencias voten contra esta iniciativa, que voten contra el riesgo
de profundizar la militarización de nuestro país.
A los Senadores y Senadoras. Al pueblo de México
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Siy Marino Mercante, totalmente de acuerdo con esta nota y petición.
Excelente explicación es de todos sabidos que la productividad en los entes civiles es mayor que en lo militar, pues como reza el dicho zapatero a tu zapato, esperemos que las Senadoras y los Senadores apelen a este llamado de un ente eminentemente Civil y cumplan con los ciudadanos que los llevaron al voto y representarnos en esa cámara alta.