Miguel Ángel Casique Olivos
En México se olvida al ser humano y se desafía a los pobres
Estamos prácticamente a horas de que termine el 2020, un año muy difícil, complicado y trágico para la inmensa mayoría de los mexicanos pobres, esos que siempre han sido olvidados y abandonados por sus gobiernos; aquellos que se tienen que levantar a las 4 o 5 de la mañana, casi los 365 días del año, para “ganarle al Sol” y ganarse (como dice la sentencia bíblica) el pan con el sudor de su frente.” Los pobres deben trabajar todos los días para conseguir el sustento diario para sus familias.
Si hubiera alguna duda, un ejemplo será suficiente para confirmar lo dicho. Recuerda usted que en pleno 24 de diciembre llegó a nuestro país, el primer “cargamento” con 3 mil dosis de vacunas contra el Covid-19 y que los funcionarios federales, comenzando por el mismísimo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Hugo López-Gatell y el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, uno de los hombres visibles de Morena que le late su corazón para el 2024, se desgarraron las vestiduras diciendo que “la salvación” había llegado.
Pero… ¿Imagina usted, qué fueron 3 mil dosis para 130 millones de mexicanos o para los más de 1 millón 300 mil contagios? Para el sábado 26 de diciembre llegó un segundo cargamento con 42 mil 900 dosis que igual lo siguieron anunciando como un “logro único”, incluso por ahí se atrevieron a decir que México era el primer país de América Latina al que llegaba la vacuna.
¡Albricias y más albricias para nuestras autoridades! ¡Vaya que tenemos un gobierno que se preocupa por la salud y el bienestar de todos los mexicanos! No le hace que en México de acuerdo a Raúl Rojas, científico de la Universidad Libre de Berlín, la cifra más real de los contagios sea de al menos 32 millones de mexicanos (25% por ciento de la población) y no un millón como dice el gobierno; tampoco importa que la cifra de muertos más real sea cerca de 3 millones y no los 122 mil fallecidos de las cifras oficiales.
Pero lo que interesa como ejemplo, es que aunque se haya anunciado la llegada de la vacuna con “bombo y platillo”, a los más marginados (a la llamada “sociedad civil”) le empezará a llegar hasta el mes de abril o más tarde, tendrán que esperar más de tres meses. Mientras tanto, la cifra de muertos seguirá en aumento. Si ahora en la Ciudad de México hay alrededor de 6 mil hospitalizaciones, dentro de poco será el doble o el triple pues así lo dejan ver la saturación y la escasez de espacios en clínicas y hospitales públicas o privadas.
El gobierno federal (los dos López y Marcelo Ebrard) están desafiando a los pobres; y más aún, están olvidando que todos los pobres, somos tan seres humanos como los gobernantes y que en número somos mucho más, por lo que no deberían olvidarnos, so pena de esperar una reacción muy natural que los coloca al bote de la basura de la historia, lugar de donde nunca debieron salir.
El escritor y poeta, Vicente Magdaleno, en uno de sus ensayos que publicó en su libro “Hombres como Antorchas” asegura que el individuo como “Ser humano debe ocupar un sitio de honor, y que ponga él en consonancia lo más suyo con la vida y los intereses de la colectividad… La preocupación capital nuestra es y ha sido siempre lo humano, bandera bajo cuyas señales deberán expresarse, en el futuro que nos aguarda, las realidades del nuevo mundo”.
Hoy, nuestras autoridades se han olvidado del ser humano, la omisión y la falta de acciones correctas, adecuadas y a tiempo, ocasionan muertes y generan un incremento alarmante de pobreza y miseria. Todos debemos, como dice Vicente Magdaleno, entender que el ser humano debe ocupar un sitio de honor y respetarlo, de no hacerlo, las consecuencias políticas para los políticos y gobernantes vendrán, lo quieran o no, les guste o no. Por el momento, querido lector, es todo.