Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México, (BALÓN CUADRADO).– Quimérica equidad de género. Pese a que desde 1981 el Comité Olímpico Internacional llamó a la integración de las mujeres en los puestos directivos del deporte –en la época del fallecido Juan Antonio Samaranch–, en América los cargos principales siguen negados para ellas, tanto en los Comités Olímpicos Nacionales como en las Federaciones Deportivas, de acuerdo con un reporte elaborado por la Comisión de Mujeres de Panam Sports, que ubica a México en los últimos lugares de la tabla, publica hoy el portal la revista Proceso vía APro, su agencia noticiosa.
En el marco de la Asamblea General del organismo continental, celebrada el 15 y 16 de diciembre, la costarricense Silvia González-Pinto, presidenta del órgano colegiado –integrado por 10 representantes de América– presentó el reporte.
El listado instala a Belice y Uruguay en los últimos lugares del Continente, pues ninguna mujer ha sido considerada para ocupar un lugar en el comité directivo de sus respectivos Comités Olímpicos.
Brasil y República Dominicana completan la lista de las naciones más machistas, con menos del 1% de mujeres entre sus directivos a nivel Comité Olímpico, en relación con el número de hombres, quienes han convertido los organismos olímpicos en clubes exclusivos para varones.
México está en el último tercio de esta tabla con 25% de representación de mujeres en el comité directivo del Comité Olímpico.
De acuerdo con el análisis, presentado en una asamblea virtual que está disponible en internet, la situación empeora en las federaciones deportivas nacionales, encargadas de controlar cada especialidad dentro de su territorio.
Son las asambleas de estos organismos civiles las responsables de la revisión de la normatividad deportiva, en la que es urgente la incorporación de temas de género para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres que practican algún deporte en forma organizada y competitiva, de acuerdo con los especialistas.
“No pedimos que se nos regale nada, queremos tener lo que merecemos. No sólo como cuota, sino porque de verdad se reconozcan nuestras capacidades, pues podemos responder de igual forma que los hombres», afirmó la exseleccionada olímpica de clavados Norma Baraldi, presidenta de la Federación de Arte y Cultura Deportiva en 2004.
Pero para demostrarlo, enfatizó, «necesitamos un espacio en los puestos directivos que se nos niega, a veces por sistema.”
Desde 1994, la declaración de Brighton, Inglaterra, elaborada en el marco de la Primera Conferencia Mundial Sobre la Mujer y el Deporte, consideró indispensable la promoción de mujeres en puestos directivos, para que ellas incorporen a la agenda temas tan preocupantes como el acoso y la violencia sexual en el deporte.
“Esto es de suma importancia, pues una mayor presencia de mujeres aumentaría la probabilidad de incluir los temas de género en las agendas institucionales para beneficio de los deportistas”, estableció el estudio “Mujer y deporte, una visión de género”, realizado hace 26 años, al referirse a la declaración firmada en su momento por 82 países, incluido México.
Sin embargo, todos estos antecedentes, opiniones y acuerdos internacionales prevalecen como letra muerta en la mayor parte de los 41 países integrantes de Panam Sports, responsable del movimiento olímpico en América, incluida la coordinación de los Juegos Deportivos Panamericanos.
Conforme al reporte elaborado por su Comisión de Mujeres, las naciones con mayor participación femenil en los cuerpos directivos de los Comités Olímpicos son: Granada, con 50%; Bermuda, con 45%; Estados Unidos, Trinidad y Tobago y Santa Lucía, con 46%, así como Bermudas, Islas Caimán y Guatemala, con 40%.
En el resto de países la inclusión femenina es menor a tres mujeres por cada siete hombres.
La costarricense Silvia González-Pinto reconoció en su presentación que, en promedio, las mujeres sólo ocupan sólo 15% de las carteras disponibles en las más de 30 federaciones que se relacionan con el movimiento olímpico, en cada país de América. Estas agrupaciones participan tanto en los Juegos Deportivos Panamericanos, como para avalar a las y los seleccionados a los Juegos Olímpicos.
Las peores prácticas ocurren en Guyana y República Dominicana, naciones donde ninguna mujer tiene cargos de dirección en alguna federación deportiva nacional en la actualidad.
En este listado de 41 países, México se encuentra en los últimos lugares, con una representación femenil de 5.6% entre los presidentes de federaciones deportivas nacionales, por abajo del promedio del Continente.
Estas cifras demuestran el nulo avance que han tenido las mujeres para poder dirigir al menos el deporte civil en México.
En 2004 el citado estudio “Mujer y Deporte”, elaborado por el Instituto de la Mujer y la Conade, establecía que por cada mujer presidenta de federación, otros 5.17 varones ostentaban el cargo.
Hasta hoy en día, ninguna mujer ha ostentado el cargo de presidenta de la Confederación Deportiva, que aglomera a todas las federaciones, ni de la dirigencia del Comité Olímpico Mexicano. Lo más destacado ha sido la designación de una mujer en la actual Comisión Nacional de Cultura Física y deporte: Ana Guevara.
En contraparte, los países que han otorgado más oportunidades a las mujeres para dirigir sus agrupaciones civiles deportivas son: Estados Unidos, con 35% de carteras ocupadas por mujeres; Islas Caimán, con 30%, y Aruba, con 25%.
Silvia González reconoció que mientras el presidente de Panam Sports, el chileno Nevec Ilic Álvarez, llamó a apoyar el deporte en América para que todos los jóvenes del Continente puedan soñar con grandes resultados, a las mujeres se les debe garantizar que “puedan soñar con tener ese sueño”, en condiciones de equidad.
La costarricense hizo un llamado a los Comités Olímpicos de América a emplear los recursos que reciben del movimiento olímpico para preparar cuadros de dirigentes femeniles.
“Tenemos mujeres líderes en toda América, pero se requiere que les demos la oportunidad de que se manifiesten”, concluyó.