Capitán Antonio Rodríguez Fritz
Utopía es una Nación insular creada por la imaginación de Tomás Moro, que vio la luz en forma de libro en 1516, donde todo era perfecto, y el pueblo además de bueno y sabio, se distribuía las labores y lo mas importante, todos los ciudadanos eran libres, demócratas, tolerantes y prósperos .
(Imagen Atalaya Sur)
Existe otra nación imaginaria, digamos una antítesis, creada por la imaginación febril de control de una organización política.
En esta segunda nación se usa la política de la mentira y de la intolerancia para generar realidades inexistentes e inalcanzables, y cuando es evidente que esa realidad no será nunca alcanzada, se culpa a otros por los errores cometidos, y como Goebbels, se repiten las mentiras una y mil veces para hacer creer a la sociedad que las derrotas e incumplimiento de las promesas efectuadas en Campaña, no se deben a la falta de capacidad o a la neo-corrupción, si no a que todos los demás son responsables.
Por ejemplo, hace unos días el Sr. Presidente mencionó, que no debemos de llamar militarización a la asignación de altos rangos militares, en activo y en retiro, para controlar el transporte, la logística, infraestructura y servicios financieros, probablemente intentando que la sociedad crea la mentira.
Sin embargo, esa no es la única mentira. Por ejemplo se ha dicho mil veces que antes los partidos políticos eran corruptos porque nominaban por “dedazo” a sus candidatos, hoy el partido “realista” que está en el poder los nomina también por dedazo, pero ahora les llama encuestas, aunque sean efectuadas por sólo una o dos personas.
Se decía que los gobiernos anteriores eran corruptos, por que un porcentaje de las licitaciones que hacían eran por asignación o invitación directa, hoy la casi totalidad de los contratos y servicios del gobierno se efectúan de la misma forma, lo que evidencia o al menos constituye un claro indicio de que hay mas corrupción.
(Fotografía Regeneración)
Durante la campaña del 2018 se gritaba a los cuatro vientos que los pobres eran los mas afectados, pero hoy, debido a la caída de la economía, son justamente los mas pobres los que mas han sufrido, sin que haya habido ayuda directa para los Mexicanos que ganan menos de tres salarios mínimos y que han perdido su trabajo; Peor aún, no hay mecanismos para ayudar a los Mexicanos que laboran en la economía informal y que ahora, debido a la pandemia, carecen de recursos para alimentar a sus familias.
En la Utopía de la campaña del 2018 se decía que la violencia y la inseguridad serían resueltas rápidamente y que se enviaría a los militares a los cuarteles, tal y como indica la Constitución, sin embargo hoy vemos como los índices de criminalidad son los más altos de la historia, principalmente si consideramos que una gran parte de la población se encuentran recluidos o semi-recluidos en sus hogares, y eso sin contar que toda la estrategia actual de la seguridad pública se basa, justamente, en el uso de los militares para efectuar actividades policiales civiles, a costa de la seguridad de la población debido a las violaciones de los Derechos Humanos.
Millones de Mexicanos y Mexicanas votamos por un cambio, para sacar a los políticos que estaban en los partidos tradicionales, sin embargo, la mayoría de los neo políticos son justamente integrantes de esos partidos y que por medio de la práctica del “chapulineo”, se colocan vestiduras de color morado sobre sus anquilosadas vestiduras de otros colores.
(Fotografía Granada Hoy)
Utopía es un país perfecto, pero nosotros vivimos en su antítesis, en Distopía. Tengamos cuidado para que en las elecciones de este año intentemos revertir nuestra triste realidad.