Andréi Tarkovsky cineasta ruso en Málaga
María Esther Beltrán Martínez Fotos: J. Carlos Santana
Málaga, España.- Después de varios días cerrados por causa del Covid 19, los museos de Málaga reabren sus puertas para seguir recibiendo a millones de visitantes que han sido sorprendidos por las magníficas exposiciones a nivel internacional que se presentan en esta ciudad conocida como la Ciudad de los Museos.
Una de estas exposiciones es Andréi Tarkovsky. Maestro del espacio . Se encuentra en la Colección del Museo Ruso de Málaga.
Andréi Tarkovsky. director de cine, se presenta como un artista plástico. Lo vemos así en las imágenes de sus películas y en las fotografías tomadas por fotógrafos que trabajaban con él en los rodajes.
“En esas escenas que muestran su inmersión en el trabajo, en el proceso mismo de creación, está plasmado el nacimiento del universo cinematográfico de Tarkovsky y la atmósfera irrepetible que envolvía a todos los que participaban de ese proceso creativo. La biografía de Tarkovsky como creador incluye también cortometrajes y documentales, obras radiofónicas y teatrales, pero esta exposición reúne fotografías que documentan sus largometrajes más importantes:
La infancia de Iván y Andréi Rublev; Solaris y El espejo; Stalker, Nostalgia y Sacrificio. Gracias al carácter único del método creativo de Tarkovsky, son precisamente esas obras las que recogen de manera íntegra la filosofía y el lenguaje artístico del director ruso. Una parte especial de esta exposición la ocupan las obras pictóricas elaboradas por el propio Tarkovsky. En ellas se percibe la capacidad que tenía el maestro para organizar el espacio más allá del plató de rodaje”, explica José María Luna, director..
Durante el recorrido de la exposición vemos su trayectoria cinematográfica y el trabajo realizado en diferentes áreas plásticas.
“Es uno de los directores de cine más reconocidos del mundo. No obstante, pocos saben que recibió formación artística, algo que influyó de manera decisiva en su actividad cinematográfica. Resulta asombroso, sin embargo, que un director de su talla rodase solo siete largometrajes a lo largo de su vida, pero cada uno de ellos es algo más que una obra maestra del séptimo arte. Por regla general, la elección del ambiente, los detalles, el uso de la luz y las sombras, la textura de los objetos y el ángulo de la cámara fueron decisiones que Tarkovsky dictaba a los responsables de la dirección artística en las películas que dirigió. Por esta razón, en la exposición las películas de Andréi Tarkovsky han significado una inmensa aportación a la cinematografía mundial. En cada una de ellas, sea el retrato de la Guerra Patria en La infancia de Iván, el relato sobre Rusia medieval en Andréi Rublev, los recuerdos autobiográficos en El espejo, o las fantasías de Stalker y Solaris, el director nos habla de la elección moral, de la felicidad que encarne el amor y la tragedia que entraña su pérdida, de la fuerza del arte y el sentido de la vida humana.
Andréi Tarkovsky llegó al mundo del cine en los años del deshielo de Jrushchov, un momento de ruptura en que la URSS comenzó a experimentar grandes cambios.
Tarkovsky ascendió paso a paso por el escalafón hasta alcanzar el grado de director de la primera categoría en 1976.