BALÓN CUADRADO
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.- Cuando comenzó la Liga Mx Femenil, en 2017, el salario mínimo era de 2 mil 500 pesos mensuales. Ahora asciende a cuatro mil. Que contrastan con los cuatro millones de dólares anuales de algunos jugadores del máximo circuito del balompié mexicano. Como, por ejemplo, André-Pierre Gignac, Tigres, y Guillermo Ochoa, América. Cada vez son más las voces que se alzan en favor de justicia laboral para estas deportistas. Aunque aclaran que nadie pretende tener ingresos similares a los de la rama varonil.
Por eso, establecer un salario mínimo en lugar de un tope salarial en la Liga Mx Femenil es “prioritario y urgente”, aseguró la ex jugadora de Gallos y Cruz Azul, Mabel del Refugio Ramos Aguirre, quien ahora es psicóloga deportiva en un equipo de Tercera División. El julio de 2020 demandó al equipo Querétaro por despido injustificado.
“Estuve en clubes donde podías enfocarte sólo en jugar y también en uno donde debías entrenar y trabajar para completar un sueldo. Las jugadoras deben tener las condiciones necesarias para desenvolverse con tranquilidad”, aclaró.
Desde la creación de la Liga Mx Femenil en 2017 se impuso un tope salarial en un inicio de 2 mil 500 pesos mensuales. Aunque ahora ha aumentado a aproximadamente 4 mil pesos. Un puñado de ellas llega a 120 mil.
La FIFA publicó el pasado miércoles un reporte en el cual señaló que 63 por ciento de las ligas con un sindicato o asociación tienen un salario mínimo en el sector femenil.
Aunque el organismo no hizo una mención específica a México, la Liga Mx está afiliada a la FIFPRO a través de la Asociación Mexicana de Futbolistas, pero tiene un tope salarial para el balompié de mujeres.
“Mucha gente”, detalló Maribel, “no se imagina el tremendo esfuerzo que haces cuando eres jugadora profesional: desde levantarte temprano. Cuidar tu alimentación. Hacer doble sesión. Tener descansos adecuados”.
Abundó:
“Eso es fundamental. Pero cuando estás pensando en entrenar y trabajar, evidentemente no vas a rendir lo suficiente”.
Ramos, quien jugó cuatro años en España, consideró adecuado abrir un número limitado para futbolistas extranjeras en la Liga Mx.
“Pueden impulsar el nivel futbolístico y de patrocinios, así como hacer más atractivo el torneo siempre y cuando sumen y sea con un número controlado. Sobre todo, deben poner énfasis en el desarrollo de las fuerzas básicas, son el futuro del torneo y nos darán frutos en la selección”, agregó.
Demandó a Gallos
Una nota del portal El Universal Querétaro, del 2 de julio del año pasado, narró que Mabel fue uno de los tres casos, contra el Club Querétaro, que encabezaba la lista de controversias relacionadas a salarios y despidos injustificados presentadas ante la Asociación Mexicana de Futbolistas (AMFpro).
Entonces, de 32 años, la mediocampista llegó a Gallos Blancos Femenil para el arranque del torneo Clausura 2020. Firmó por dos temporadas, y a falta de seis meses para terminar su contrato, el equipo decidió darla de baja sin ninguna explicación.
“Llegué muy ilusionada por este nuevo rol de mayor: cuando eres una jugadora de esta edad tienes que pensar en el legado que tienes que dejar en el equipo; estás enfocada en cuidar a tus compañeras y fomentar la buena relación con los directores técnicos.
“Inicié el torneo en la banca, pero ya en los últimos partidos era titular, casi siempre estuve convocada. Mi relación con mis compañeras fue muy buena. Es uno de los mejores equipos en los que he estado en la parte de ambiente”, afirma la jugadora en exclusiva para El Universal Querétaro.
Con la llegada de la nueva directiva, que encabeza Gabriel Solares, se le notificó a la jugadora que la institución deportiva en la que participaba no haría uso de sus servicios para el Apertura 2020.
“No tengo la fecha exacta de cuándo se nos notificó, pero fue hace poco y vía WhatsApp. En mi caso me informaron que no entraba en planes; se me ofreció pasar por mi carta de libertad para buscar otros equipos.
Sin embargo, se negó porque su contrato era de un año, y en ese momento buscó asesoría legal. Pero, entonces, “no me quedó más remedio que acercarme con la Asociación”, explicó la entonces jugadora.
Mabel tenía pensado retirarse en diciembre de 2020, luego de la finalización de su contrato para poder enfocarse a proyectos personales. De acuerdo con un comunicado de la Asociación Mexicana de Futbolistas, publicado el 17 de junio de este año, se menciona que todos los futbolistas que tienen acuerdo legal con clubes que han sido vendidos, cambian de sede o son parte de una nueva multipropiedad, éste es con el club con el que han sido registrados, no con el dueño anterior.
¿Qué es lo que pedía?
Como cualquier trabajador al que despiden injustificadamente y además no le hacen válida su liquidación, la jugadora pide que se respeten los términos de su contrato. Sobre todo piensa en las nuevas generaciones de futbolistas para que no pasen por una situación similar en la que se deje a la suerte su futuro.
“Sí pude ir a otros equipos, pero las cosas no se tienen que manejar así. Los clubes se tienen que hacer responsables de los contratos que tienen con sus jugadores y más cuando no hay incidencias para poder deshacerlo.
Levantó la voz porque no quería que algo similar ocurriera a sus excompañeras ni a las niñas que vienen con la ilusión de ser futbolistas profesionales y que por estos malos entendidos puedan truncar la vida de una deportista.
Ramos dejó en claro que si se tratase de una decisión deportiva ella la respeta y entiende que es un ciclo.
“Yo respeto las decisiones deportivas, porque soy profesionista, de hecho le deseo lo mejor tanto a Carla Rossi como al equipo femenil, se lo merecen y la afición de Querétaro está esperanzada en tener un equipo femenil que dé muchas alegrías”, explicó Mabel Ramos Aguirre, en julio pasado.
(Con información del periódico La Jornada y el portal del diario El Universal Querétaro)