Blas A. Buendía
La presidencia de la Academia de Derecho Penal del Colegio de abogados de México, A. C. lamentó que el izquierdista gobierno de la República soslaye un día sí, y otro también, el espíritu de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, e hizo un urgente llamado al Ejecutivo reencauce el camino de la ley porque infinidad de países observan que nuestro país ha perdido el rumbo y caído, en consecuencia, en el hoyanco de la anarquía.
Al fijar su posición política-jurídica sobre los últimos acontecimientos que han surgido luego del histórico proceso electoral del seis de junio, precisó que el desamor por la justicia, por la verdad, por la congruencia, por la Carta Magna, se ha manifestado de manera muy cruda en algunos funcionarios del ámbito de procuración e impartición de justicia en esta Cuarta Transformación de la República.
Si bien destacó que gracias a ello, amplios sectores legales se encuentran en grave desasosiego jurídico, mencionó que después de una muy larga y perdurable, por tantos actos de corrupción perpetrados en el neoliberalismo, México esperaba definiciones para superar esa época de agobio producto de la narco-política.
Andrés Manuel López Obrador –afirmó- al entrar en funciones como Presidente de la República, juró por su honor combatir a la delincuencia, pero nos ha mentido, es decir que ese ritual que desde 1917 se ha venido inventando en el sentido “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”, prácticamente ha fallado.
El prestigiado abogado penalista y presidente de la citada Academia, Alberto Woolrich Ortiz, refirió que “la Fiscalía General de la Nación a cargo de Alejandro Gertz Manero, ha templado las cosas al máximo de lo admisible”.
Explicó: “No se trata de revisar y perdonar el pasado, de lo que se trata es de aplicar objetivamente el Derecho, apelando a razones objetivas de justicia y respeto a nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a fin de conocer la verdad de la gran responsabilidad en la cual incurrieron los delincuentes de poder durante la pasada década, a fin de sancionar a los responsables jurídicos de ello”.
Y alertó: “De esa manera se va a zanjar, dentro de un sistema democrático, como el que se presume en la actualidad, una de las vergüenzas más repulsivas del neoliberalismo, al haber creado alianzas con el narcotráfico, como las efectuadas para obtener denarios a favor de funcionarios del orden público. Pero hasta hoy nada”.
Para el penalista, “la militarización de múltiples instituciones impone razones que nada o nada de nada tienen que ver con nuestra racionalidad jurídica”, porque “como se ha visto, la narco-política sigue campeando en nuestro México. La narco-política es un delito ajeno al ámbito del fuero de guerra, por tanto ello no se puede poner en conexión con el objetivo, fin y medio que sólo le compete indagar a los Garantes de la Sociedad”.
Agregó: “Los ilícitos vinculados con la narco-política sólo deberán de ser indagados por la jurisdicción ordinaria y el fuero de guerra sólo debe coadyuvar desde sus cuarteles con labores o informes de inteligencia.
“La actitud del Poder Ejecutivo Federal solo viene a confirmar una realidad indeseable: Aún se le continúa protegiendo al poder del narcotráfico. Ello es un despropósito y, desde un punto de vista jurídico-político, es una aberración seguir con complicidades y encubrimientos a ese poder de facto”, remarcó.
El abogado Woolrich finalmente dijo: “Sólo cabe preguntar ¿hasta cuándo cumplirás tu palabra de honor Andrés Manuel López Obrador?”, es decir, “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.
