BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.– El equipo de Afganistán declinó participar en los Juegos Paralímpicos de Tokio, del 24 de agosto al domingo 5 de septiembre, por la situación en la que se encuentra su país –donde los talibanes retomaron el poder–, anunció este lunes el Comité Paralímpico Internacional (CPI).
Tan sólo dos deportistas iban a integrar la delegación afgana, Zakia Khudadadi –foto– y Hossain Rasouli, que habrían competido en taekwondo.
Khudadadi, de 23 años, habría sido la primera mujer en representar a Afganistán en unos Juegos Paralímpicos. Pero los talibanes, opuestos por principio a que las mujeres vayan a la escuela, trabajen o hagan deporte, tomaron Kabul el domingo.
Según un vocero del CPI, Craig Spence, “debido a la situación muy grave en la que se encuentra el país, todos los aeropuertos están cerrados y les será imposible partir a Tokio”.
El ejército estadounidense trataba este lunes de asegurar el aeropuerto de Kabul para que miles de ciudadanos extranjeros y afganos puedan escapar.
No hubo ningún comentario por parte del CPI sobre una eventual ayuda a los deportistas paralímpicos afganos.
“Esperamos que el equipo y su cuerpo técnico estén seguros durante este periodo difícil”, dijo Spence.
Hace una semana, en la página web del CPI, el jefe de la delegación afgana, Arian Sadiqi, esperaba que estos Juegos Paralímpicos ofrecieran una oportunidad “de mandar un mensaje de coexistencia a la humanidad”.
Kabul, la capital afgana, ha caído ante los talibanes, tras su rápido avance por todo el país y la huida del presidente Ashraf Ghani, quienes han declarado la victoria tras 20 años de guerra contra el gobierno instaurado por Estados Unidos y sus aliados.
El grupo integrista musulmán ha señalado su intención de formar un nuevo gobierno y establecer relaciones internacionales renovadas.
¿Qué ocurre en Afganistán?
Miles de personas desesperadas acudieron este lunes al aeropuerto de Kabul para intentar salir de Afganistán, que pasó a control de los talibanes tras el colapso del gobierno y la huida al extranjero del presidente, Ghani.
El fulgurante triunfo de los insurgentes, que celebraron el domingo por la noche ocupando el palacio presidencial en Kabul, desencadenó el pánico y el caos en el aeropuerto.
“Tenemos miedo de vivir en esta ciudad y estamos tratando de huir de Kabul (…) Como serví en el ejército, perdí mi trabajo, y es peligroso para mí vivir aquí porque los talibanes me atacarán, eso seguro”, dijo a la Agencia Francesa de Prensa (AFP) desde el aeropuerto otro testigo, Ahmad Sekib, de 25 años, que se escudó en un nombre falso.
Los vuelos comerciales fueron cancelados. Compañías internacionales han suspendido el sobrevuelo del país, a petición de Afganistán y debido al tráfico militar estadounidense.
Las calles de Kabul eran patrulladas en gran parte por talibanes armados, en particular en la “zona verde”, antes ultrafortificada, que alberga embajadas y organizaciones internacionales.
Los talibanes informaron a sus combatientes de que “nadie puede entrar en la casa de otro sin permiso”, según uno de sus portavoces, Suhail Shaheen.