Alrededor de 145 científicos, investigadores y académicos de distintas universidades y centros de investigación de todo el mundo le manifiestan a la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, su preocupación por las iniciativas judiciales contra 31 miembros de la comunidad científica mexicana, que, en el pasado, han ocupado cargos de responsabilidad en el Conacyt o en su Comité Consultivo de Ciencia y Tecnología (FCCyT), y que solicitan reconsidere las acusaciones hechas en su contra.
En la carta con fecha de este domingo 10 de octubre, los científicos e investigadores, entre los que se encuentran Abigail Schoneboom, Abiodun Egbetokun, Adam Przeworski, Adarsh Anil, Adolfo Stubrin, Amanda Quirk, Ana Langer, Andres Bernasconi, Andrew Roberts Cummings, Anna Lee Mraz, Antonio Javier Calleja, Axel Haudiquet, Barbara Ann Bush, Carlo Pietrobelli, Claudio Lomnitz y Sara Poot-Herrera, hablan en nombre de la comunidad científica internacional.
“Consideramos que el FCCyT ha llevado a cabo importantes acciones e iniciativas encaminadas a la articulación de un sinnúmero de organismos sociales involucrados en la promoción del desarrollo científico y desarrollo tecnológico de México. No obstante, se les ha acusado de actividades delictivas equivalentes a las de los cárteles de la droga, con sentencias que podrían llegar a los 80 años de prisión”, apuntan en la carta.
Los científicos, entre los que también están Marina Fedorova, Merce Pallas, Michael Clegg, Michael Eduardo Cortés, Monica Marquina, Nanditha Mathew, Nathaniel Butler y Nikolett Puskas, reconocen que los presupuestos deben y tienen que estar sujetos a una auditoría exhaustiva, pero entiende que dicho proceso se llevó a cabo en su momento.
“Por lo tanto, nos dirigimos respetuosamente a usted con el fin de solicitar una revalorización del compromiso sustancial de los mencionados 31 científicos en la construcción de un andamiaje sólido para el fomento de la ciencia y tecnología en México”, afirman los científicos e investigadores entre los que también Nora Clinton, Olga Mikheeva, Oluwayemisi Abisuga, Parimal Patel, Patricia Miloslavich y Patrick Young.
En la carta los firmantes dicen estar convencidos de que México se beneficiará de la participación conjunta con su vasta comunidad científica, especialmente de aquellos que han hecho destacadas contribuciones científicas y tecnológicas a México.
Incluso explican que la reconsideración contra los 31 científicos estaría en la línea de la filosofía de la Declaración sobre la Ciencia y el Uso del Conocimiento Científico de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación Científica y Cultural de las Naciones Unidas, de Budapest, Hungría, de 1999, que señala:
“… Todos los esfuerzos para promover el diálogo entre la comunidad científica y la sociedad, para eliminar toda discriminación con respecto a la educación y los beneficios de la ciencia, actuar de manera ética y cooperativamente dentro de nuestras propias esferas de responsabilidad, para fortalecer la cultura científica y su pacífica aplicación en todo el mundo, y promover el uso del conocimiento científico para el bienestar de poblaciones y por la paz y el desarrollo sostenibles, teniendo en cuenta los aspectos sociales y éticos principios ilustrados anteriormente”.
