No hay mucho que escarbar para entender el porqué estamos viviendo en este país, México, una brutal pesadilla que se podría convertir en una
verdadera tragedia para la mayor parte de los mexicanos. En lo personal diría que quienes cuentan con los grandes capitales no tienen problema, y en el mejor de los casos tampoco tendrían empacho en irse a vivir en otras latitudes porque al paso que vamos con la conducción del país no podremos detener la fuga de capitales porque el dinero siempre estará donde exista la seguridad en la inversión, y por desgracia, en este país no existen condiciones. Quienes alertamos a los mexicanos a través de nuestras colaboraciones de todos los días en los distintos medios de comunicación, nunca entendimos el porqué la pasividad fue la identidad de quienes decidieron votar en favor de quien por ahora ocupa el Palacio Nacional.
Y eso quiere decir que quizá nosotros no supimos construir el mensaje adecuado, o quizá que el hartazgo de los malos gobiernos anteriores fue el principal motivo para entregarle el país al mayor ente destructivo que ha habido en la historia reciente. La cancelación de la Planta Cervecera en Mexicali fue el inicio de la debacle. Como es posible que hayamos llegado a esto cuando los países del primer mundo observaban a México como el futuro de la innovación, con proyectos que marcarían el antes y el después con las inversiones que se detonarían con un aeropuerto de primer mundo que construiría más de cien mil empleos directos, y cerca de doscientos mil indirectos, y que por un capricho el Aeropuerto de Texcoco se convirtió en un proyecto sin valor y en el que se perdieron más de ciento cincuenta mil millones de pesos.
Y ni que decir de las enormes cantidades que se han tenido que cubrir por la decisión de Andrés Manuel López Obrador de cancelarlo y construir un adefesio tercermundista en la Base Aérea de Santa Lucía, que es inviable y que resultará un brutal fracaso para los mexicanos, que por cierto somos quienes pagaremos con nuestros impuestos porque los caprichos presidenciales están antes que el bienestar de los mexicanos. En ningún lado se ha tirado a la basura un proyecto de esta magnitud porque de lo que se trata es de ir hacia adelante, pero en la pequeñez mental del inquilino de Palacio Nacional primero está su decisión, y que los mexicanos se aguanten porque él es quien manda y nosotros tendremos que obedecer.
Mexico estaba considerado como el país con más futuro de la innovación en el ámbito internacional por ser una de las más dinámicas nuevas economías del mundo, pero en tan solo tres años, descendimos en la tabla hasta los últimos lugares en el concierto de las naciones. Mexico era el mayor exportador en el Grupo de los Veinte en manufacturas de nivel medio y alto en porcentaje del Producto Interno Bruto, pero el arcaico Mandatario prefiere tecnologías desfasadas para el consumo interno. También era uno de los diez países del mundo a los que se les concedían más números de patentes.
Ni que decir ante la circunstancia de que éramos también el noveno destino para la inversión nacional e internacional, pero ahora tenemos que soportar la miserable realidad de que el CONACYT ahora se apodera del trabajo de los investigadores porque tiene una directora que es Bióloga y Administradora publica, pero en cuanto a ciencia y tecnología es una estupida ignorante. Se tiraron a la basura noventa y ocho centros de investigación tecnológica y manufactura de punta a cargo de jóvenes sobredotados. Ahora se ataca a los científicos, se cancelan apoyos y becas, y se critica a quienes tenemos aspiraciones.
Nuestras Universidades y centros de investigación científica nos situaban en el octavo lugar en el mundo, ahora ni siquiera estamos entre los cien mejores. Todo se acabo, ahora somos el hazmereir del mundo con un idiota en la silla Presidencial. Y lo digo con todo respeto para los idiotas que lo acompañan en la destrucción de este aún maravilloso país. Pero no hay mal que dure cien años, ni pueblo que los aguante. Y para muestra ahí están los panistas y tricolores, que añoran los tiempos idos sin entender que ellos fueron los causantes de nuestras desgracias. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.
