Comentario político del periodista Raymundo Medellín para el programa radiofónico “Hablando Claro” de Radio expresión México, que conduce Manuel Aparicio.
La gran mayoría, en algún momento de la vida, anhelamos sentirnos enfundado en un traje verde olivo, hacia los años setentas, siendo estudiantes, teníamos como héroe a Ernesto Ché Guevara, soñábamos con una repartición equitativa de la riqueza y teníamos la greña larga, en algunos casos, conseguíamos una boina para parecernos más a nuestro héroe.
Lo anterior viene al caso porque el nacionalismo aflora siempre que, seguramente no hay un tema de mayor importancia, como en la actualidad el tema de el Penacho de Moctezuma.
Me viene a la mente en cierta ocasión que mi hijo, a la sazón estudiante de filosofía, acudió, invitado por una amiga, a una reunión de militantes de izquierda, déjenme decirles que mi hijo, por ese tiempo se reunía con gente de izquierda, sin estar plenamente convencido de que era lo mejor, pero, bueno, en aquella ocasión había que apoyar al “sub comandante Marcos”, quien desde los altos de la sierra chiapaneca, se había ganado la simpatía de los jóvenes de ese entonces, por sus bravatas contra el gobierno.
Bien, en aquella ocasión se realizaría una reunión en inmediaciones de un plantel universitario, el tema a tratar sería buscar una solución, de manera que el Penacho de Moctezuma regresara a México.
Viene al caso el tema porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que el gobierno austriaco ha tenido una actitud “muy arrogante y prepotente”, ante la petición de préstamo de la pieza que lleva gestionando desde hace un par de años.
López Obrador dijo que en 2020 su esposa, Beatriz Gutiérrez, entregó personalmente una carta al presidente austriaco, en la que su gobierno le solicitaba el préstamo del tocado para exponerlo en México.
(Fotografía Agencia EFE)
El tan comentado penacho data de 1515 y es el único en su género que se ha conservado. Actualmente es un auténtico icono del Weltmuseum Wien; popularmente se le llama “Penacho de Moctezuma”, debido a la teoría más extendida sobre su origen: que fue un regalo de ese gobernante mexica a Hernán Cortés, el líder de la expedición española que conquistó México en 1521, lo que descarta la idea de que esta pieza concreta -compuesta por plumas de quetzal y otras aves, montadas sobre una base de oro y piedras preciosas- haya sido un hurto por parte de las tropas del conquistador español.
Bien, volviendo al tema de aquella reunión que se llevaría a cabo en inmediaciones de un plantel universitario, mi hijo y su amiga participaron en aquella tertulia, fueron más de 5 horas, unos decían una cosa, otros otra y finalmente la amiga de mi hijo instó a todos, a que pidieran su opinión a mi hijo que ya mostraba señas de un gran aburrimiento, finalmente y obligado por las circunstancias, mi hijo dio su opinión, dijo: “Llevó más de cinco horas escuchando pendejadas sobre un penacho que bien podríamos hacer en México más bello, con plumas nuevas de vistosos colores, tenemos aves bellísimas, pero ustedes están enfrascados en una discusión estéril…”
Creo esa discusión estéril continua