Tenemos un límite, uno muy desalentador,
un límite humillante: la muerte.
Umberto Eco
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
La salida de la Secretaría de Educación Pública de la profesora Delfina Gómez ya estaba cantada, ella era candidata para buscar la gubernatura del Estado de México prácticamente desde que López Obrador llegó a la presidencia en el 2018. Gómez Álvarez recibió como pago un escaño en el Senado de la República por sus buenos números en la campaña del 2017, donde pobremente solo presentó dos iniciativas, y allí aguantó hasta que Esteban Moctezuma dejó la SEP para irse de embajador a EU, la colocaron en ese sitio para que tuviera escaparate político y catapultarla de nueva cuenta para la sucesión de su entidad.
Lo que menos les importa en Palacio Nacional es si tienen conocimiento o perfil para las tareas encomendadas, ya lo dijo el Pejelagarto con 90% de honestidad le es suficiente, ejemplos en la 4T sobran, estamos hablando de la educación, del presente y futuro de la ciudadanía que por cierto en 2021 registró 28 millones de personas en rezago educativo, cifra superior a la de 2019. No se trata de colocar a otro José Vasconcelos que fundó y presidió el Ateneo de la Juventud, que dirigió la Escuela Nacional Preparatoria, Rector de la UNAM, director de la Biblioteca Nacional y secretario de Educación en 1921, sino alguien con conocimiento de los temas educativos, con dignidad y mucha vergüenza, personajes de los que carecen todos los partidos, no es exclusivo de Morena.
Hasta vergüenzas por ostentarse con títulos que no tenían como Fausto Alzati quien era titular de la SEP con Ernesto Zedillo que lo tuvo que despedir. Desde hace mucho no se cuenta con un buen secretario de Educación y ni los neoliberales, ni los espurios, menos los del nuevo PRI han podido con el paquete, habrá algunos con destellos, pero nada más. En el sexenio de Vicente Fox el titular de la SEP fue Reyes Tamez Guerra. Con Felipe Calderón: Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio Irazábal, José Ángel Córdova Villalobos. Con Peña Nieto: Emilio Chuayffet Chemor, Aurelio Nuño Mayer, Otto Granados Roldán. Con López Obrador: Esteban Moctezuma, Delfina Gómez y Leticia Ramírez.
No nos rasguemos las vestiduras con aquello de la violencia política contra Delfina Gómez, se trata de la incapacidad de un funcionario público, de la ignorancia y la caradura de presentarla como una persona integra cuando orquestó el diezmo durante el mandato como alcaldesa de Texcoco y les rasuró el sueldo a sus trabajadores, el INE los sancionó por 4 millones 529 mil pesos que fueron a parar a las campañas políticas, pero como dice López Obrador que fueron aportaciones como las que recibían sus hermanos en su nombre o las de la veracruzana Eva Cadena conocida como “la recaudadora”, esos son ejemplos de los superiores morales.
A estas alturas de la administración de López el barco le hace agua por todos lados y la educación no es la excepción. Con la pandemia se estima que el rezago educativo es de por lo menos 10 años. Ya no van a lograr la conectividad para que todas las escuelas tengan internet. Fue la 4T que dio por concluido el programa Escuelas de Tiempo Completo. México tiene una cobertura de 42% en cuanto a educación superior. Prometió la creación de cien universidades, pero no hay claridad en la realidad de ¿Cuántas son? ¿Qué presupuesto aplican? ¿En dónde están? ¿Qué se estudia?
Al mismo tiempo de que se consume el sexenio de López Obrador, los encargados del trabajo para seguir generando perfiles afines avanzan, ahí está el trabajo de Marx Arriaga con los contenidos de los libros de texto, su fobia por el neoliberalismo y su contemplación por modelos como el de Cuba o Venezuela que cierran la pinza con las universidades, escuelas de cuadros y medios de comunicación dirigidos por moneros zalameros y filósofos que hoy arrastran el orgullo.
En este sexenio donde se ha mostrado desdén por el conocimiento, la ciencia y la tecnología que no les sirva para su campaña permanente, no vamos a salir del bache en el que estábamos, insisto en educación estamos en la medianía o la mediocridad y con la 4T no vamos a salir… Pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.
