Cambia nuestra suerte, acribilla
las plagas comenzando por el tiempo.
Arthur Rimbaud
Arturo Suárez Ramírez/ @arturosuarez
Sin lugar a dudas la agenda política del 2023 estará marcada por la gran elección del Estado de México, como dicen los que se dedican a la operación política es la joya de la corona y una radiografía a nivel nacional un año antes de la elección presidencial, ahí se miden fuerzas y se enseña el músculo, se hacen amarres y todo acto es importante para placearse, que se vean los pretendientes y que se note que están ahí, en eso se convirtió el quinto informe de actividades de Alfredo Del Mazo Maza.
A unos meses de que comience la contienda por uno de los dos estados que le quedan al PRI como gobierno, lo único tangible es la candidatura por mandato presidencial de la profesora Delfina Gómez Álvarez luego de su desastroso paso por la SEP, este será su segundo intento y que más da si López Obrador lo consiguió en tres ocasiones. Pero a diferencia del 2017, la profesora tiene números positivos con 38.7% de las preferencias y los priistas, panistas y hasta lo que queda de los perredistas deberían estar preocupados porque de no haber alianza se las van a ganar.
Los del PRI ya van tarde y se manejan varios nombres, pero más allá de los mencionados primero tienen que resolver el problema de la ruptura con el PAN y el PRD, aunque digan lo que digan la unión de esos tres partidos siempre estuvo pegada con engrudo, con ese que se hacen las piñatas y termina por romperse, están desgajados y fue Alejandro Moreno y su grupo con la iniciativa para mantener al Ejército en las calles por lo menos hasta el 2028 la jugada con la que, desde Palacio Nacional, les quitó la posibilidad de ir juntos y aunque se pongan de acuerdo su poca credibilidad está por los suelos.
En el acto de Alfredo Del Mazo, primo del último presidente de la República emanado del PRI, cruzaron miradas los morenistas Claudia Sheinbaum, la favorita del Pejelagarto; Adán Augusto, el que más ha subido en las encuestas con 10% de las preferencias; Ricardo Monreal, el renegado y con un píe fuera del partido del presidente; cabe destacar que Marcelo Ebrard no acudió porque tuvo que atender a Antony Blinken. Ahí estaba Alejandro Moreno, el más polémico de los priistas, el villano favorito, hay quien lo tacha de traidor, cercano a López Obrador y quien terminó por fracturar la alianza para salvar su libertad.
Ese acto fue la última fotografía que tendrán en mucho tiempo con cierta civilidad, porque las épocas políticas apremian para los que estaban en la primera fila. En las semanas siguientes veremos cómo se dan con todo, la guerra aumentará su nivel, el PRI deberá nombrar candidato o candidata para competir con Delfina Gómez, pero los acontecimientos de los últimos días ponen en tela de juicio la unidad de la coalición en el Edomex y en la del 2024, aunque de dientes para afuera “Alito” diga que no lo van a doblar, el presidente ya lo puso quieto y por eso no habrá más ataques en contra del priista.
De buena fuente puedo comentar que los personeros del PAN y PRD ya buscaron un acercamiento con el senador Miguel Ángel Osorio Chong por aquello de que logren tumbar a Moreno Cárdenas, pero como aquí se lo dije, estatutariamente le corresponde entregar la dirigencia en el 2023, antes tendría que ser negociada y más que en la sede de avenida Insurgentes Centro, esta se daría en el Palacio de Cobián con el vampiro de Bucareli y como orden de Palacio Nacional… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
López Obrador hablará de la paz mundial el 16 de septiembre… ¿Así como la que tenemos en México señor presidente?
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Hasta la próxima.