BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.– Inconmensurablemente bella –labios carnosos, ojos almendrados y barba partida–. Podría ser prospecto de actriz en Hollywood.
En 2019, fue la primera iraní en disputar un combate de boxeo oficial: exiliada en Francia, horticultora y modista, Sadaf Kadhem pide nuevas formas de diálogo en su país, ya que teme violencia más rabiosa en la represión de las manifestaciones.
“Salir a la calle, no es la solución”, advierte Khadem a la Agencia Francesa de Prensa (AFP), cuando Irán está sacudida desde mediados de septiembre por una ola de protestas, contra un Estado primitivo, represor.
El movimiento comenzó tras la muerte y detención de Mahsa Amini, arrestada por no haber respetado el estricto código de vestir femenino de la república islámica.
Sadaf teme por la vida de sus compatriotas frente a la represión del gobierno.
Según la ONG Irán Human Rights (IHR), instalada en Oslo, al menos 92 manifestantes murieron desde el inicio de las marchas en el país musulmán.
Pidiendo la ayuda estratégica de otros países, pero preocupándose por una potencial injerencia, la boxeadora de 27 años defiende una “revolución numérica, con la ayuda de hackers” para preservar las vidas humanas.
La ex profesora de gimnasia se vio enfrentada varias veces a la policía de la moral en su país. Pero fue combatiendo con la cabeza, los brazos y las piernas al descubierto, cuando la ley en Irán impone también a sus deportistas llevar el hijab, incluso en el extranjero, que puso también su vida en peligro.
Temiendo por su integridad si regresaba a su país tras su primer combate oficial, se instaló después en Royan, en Francia, donde había realizado esa pelea en 2019, la primera de una iraní desde la revolución islámica en 1979.
Se ha dedicado a la horticultura antes de iniciar estudios de comercio, compartiendo su tiempo con el sector de la construcción y se ha reinventado también como diseñadora de moda, lanzando su marca de ropa.
Ayudada por Franck Weus, su papá adoptivo y presidente del club de boxeo local, y el hijo de éste, encadena tres noches por semana los entrenamientos.
No es fácil vivir sola aquí, pero ha superado todo con su coraje y su voluntad. Es valiente y ambiciosa, la describe Franck, titular del club donde entrena por las noches.
Convertida en un símbolo en su país, Kadhem, categoría 70 kilogramos, acumula 18 combates (14 victorias, tres derrotas y un nulo), ambiciona participar en el Campeonato de Francia y sueña con los Juegos Olímpicos de París 2024 en la selección de Francia y no en el equipo de deportistas refugiados.
El objetivo se anuncia de todas maneras arduo para ella, que era casi debutante hace solo tres años.
“Lo espero por ella, pero no será francesa a tiempo. El año 2024 está a la vuelta de la esquina. Hay también una cuestión de nivel”, juzga su mentor, de origen iraní, Mahyar Monshipour, seis veces campeón del mundo de los supergallos de la AMB entre 2003 y 2006.
“Necesito más experiencia, ya que un año de Covid ha reducido mucho mis chances”, concede Sadaf Khadem.
“Creo en mí, pero no siempre es suficiente”, añade.
Su próximo combate está previsto a finales de octubre en la categoría de los 70 kilos.