· ¡La vida es una sorpresa…!
· Ni el “Ministro de Oro” y menos la cuestionada Yasmín Esquivel, pudieron llegar a presidir la SCJN…
· ¡Un gran alivio la asunción de la Ministra Norma Leticia Piña Hernández
· Alea iacta est (ya no es posible volver atrás)
Blas A. Buendía
La vida es una sorpresa. Siempre se ha pensado que cuando la vida apareció en este planeta, Diosito Santo se quedó boquiabierto y exclamó: “¡Yo mío!” Por su parte, el Señor Diablo asentó: “¡Uta!”.
Además de que la vida siempre viene acompañada de sorpresas, éstas te pueden sorprender con un amor o una tragedia. O con un amor que es una tragedia. Te sorprende con una vida o una muerte.
Guardando las comparativas de estos filosóficos ejemplos, fue lo que ocurrió el lunes 2 de enero de este iniciativo 2023, cuando la vida dio una sorpresa en el inmueble de Pino Suárez, número 2, del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Fue la asunción de la Ministra Norma Leticia Piña Hernández, como la primera mujer que es nombrada como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Y efectivamente, ese 2 de enero del año 2023, el Pleno del Máximo Tribunal de la Nación, decidió el destino de la Justicia en los Estados Unidos Mexicanos. ¡Vaya honrosa encomienda!
Ciñéndonos a los dos más fuertes contendientes, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Yasmín Esquivel Mossa, se debe de empezar por decir que a ambos se les ha cuestionado: uno por su enorme patrimonio, el que ha dado origen a que se le conozca como el *“Ministro de Oro”*; en tanto que Doña Yasmín, por su dudosa tesis estudiantil, que en tiempo y forma cumplió, en la honrosa carrera de Licenciatura de Derecho por la UNAM, que para algunos no les convenció por “tener otros datos”.
Hasta antes de las 12 horas de ese lunes 2 de enero, el futuro de la justicia mexicana se encontraba expectante, inquietante, como coloquialmente se dice, “estar siempre con el alma en vilo”.
Para la Academia de Derecho Penal, en fraterna alianza con algunas togas de la Academia Mexicana de Derecho Internacional, no tenía duda alguna que la balanza de la Diosa Themis, se tendría que inclinar por aquella toga de mayor pulcritud durante su trayectoria profesional. Pero, ¡oh, sorpresa!, la vida está llena de sorpresas.
Pero antes de entrar de lleno quién es Doña Norma Leticia Piña Hernández, debe señalarse que de la toga de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, se ha dicho y se ha publicado poco, pero hoy mediante una profunda investigación del orden internacional, sale a relucir sus puntos y comas, así como sus secretos y acciones indebidas, para exhibir “la joya de la corona”: la verdad.
Se efectúa, para ello, un previo análisis sobre la situación legal de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena por ser abogado litigante en Nueva York y, a la vez, portar la toga de Ministro de la SCJN.
Estos son los detalles: A escasas horas de dar inicio el 2023, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, que preside el prestigioso abogado Alberto Woolrich Ortiz, consideró que gracias a la bondad de fraternos Ateneos como lo son el identificado como WHC (World Humanity Commission), por sí y/o a través de su Commission for Humanity, así como la Barra Interamericana de Derechos Humanos que honrosamente preside el Señor Licenciado Don José Luis Aguirre Huerta, recibió una valiosa información, delicada y precisa acerca de un integrante de la Corte, es decir, un Togado, que estaba compitiendo para presidir el pleno de Ministros de la Corte de Justicia de México. Su nombre, de antelación, todos adivinaron, se trata de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien pretendió “meterle un gol a México” para profanar su independencia, vinculándolos con los altos intereses políticos, económicos y financieros de los estadounidenses.
Los menos versados en técnicas de justicia saben que cualquier información debe ser verificada, por ello conjuntamente las dos Academias de Derecho anteriormente mencionadas, se dedicaron a analizar de forma detallada tales pesquisas, las que llenaron de indignación e ira a la sociedad en su conjunto.
¿La colectividad se preguntara el por qué? Solo es observable para llegar a las palaciegas conclusiones personales, que de ahora en adelante, generarán el repudio de las esferas estudiadas.
Un Ministro que pretendía ser Presidente de la SCJN, juró al habérsele conferido dicho cargo, una lealtad absoluta a nuestro Pacto Federal.
*Ahora se conoce que Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena también juró lealtad, hacer guardar y apoyar la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, al igual que la del Estado de Nueva York.*
Para conocimiento de todo el pueblo de México, el texto íntegro de dicho juramento es el que prevé la Ley Judicial del Estado de Nueva York, y se encuentra titulado como *“Juramento del cargo del abogado”*.
Establece claramente que toda persona, admitida según lo prescrito en la *“Ley Norteamericana”* debe, al momento en el que se admita en el ejercicio de la profesión de abogado y rinda el juramento constitucional de su cargo en audiencia pública *ipso facto*, se le anota en unos anales que son mantenidos en la Oficina del Secretario de la División de Apelaciones de la Suprema Corte de Justicia Norteamericana, para tales efectos ello será como lo mandata la Sección 1, del Articulo XIII de la Constitución del Estado de Nueva York, que a la letra reza:
*“Juro (o afirmo) que apoyaré la Constitución de los Estados Unidos, y a la Constitución del Estado de Nueva York, y que voy a desempeñar fielmente los deberes del cargo de abogado y consejero legal, según lo mejor de mi capacidad”.*
Las Academias de Derecho Penal y la de Derecho Interamericana de la República Mexicana, de inmediato se avocaron a buscar los registros públicos de la Barra del Estado de Nueva York, y ¡oh sorpresa!, cuando localizaron al togado Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, *“encontramos que dicho sujeto había rendido tal protesta”.*
*Se descubrió también que el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Juró y tomó dicho Juramento el 27 de agosto de 2003. Su número de registro o matricula, es la 4156626.*
Aquí, en este importantísimo renglón, lo interesante y jurídicamente reprochable estriba en el hecho de que, en dichos registros públicos, lo exhiben como un miembro activo de la Barra del Estado de Nueva York, y que su dirección “comercial” para detentar el cargo de actividad, es la ubicada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es decir, Pino Suarez, número 2, 3º. piso, Puerta 4077, Colonia Centro Histórico de la Ciudad de México, Alcaldía Cuauhtémoc, c. p. 06065.
Con independencia de ello, el descaro de tal sujeto llegó a proporcionar un correo institucional de la corte, es decir [email protected]. A la par consta que dichos registros, fueron hechos ante la Tercera Sala de Apelaciones del Departamento de Admisión de la División de Apelaciones del Sistema Unificado de Tribunales del Estado de Nueva York.
El Comité de Disciplina y Agravios del Tribunal de Apelaciones, menciona que: *“Al prestar juramento, el solicitante se convierte en funcionario de los tribunales del Estado de Nueva York”.*
El título formal de la oficina es *”Abogado y Consejero”*. Una oficina, en este sentido, es una posición de deber, confianza y autoridad, conferida por la autoridad gubernamental para un propósito público (Diccionario de Derecho Black’s [8th ed 2004) (en adelante “Black´s”).
En su rol de abogado, el oficial es aquel que es designado para realizar transacciones y gestiones para otros (Black’s, en 138) y como asesor legal, su función es dar consejo legal (Diccionario versión corta de Oxford [5th ed 2002], en 532).
Así, las citadas Academias hallaron conforme a su investigación, que la ceremonia de admisión es una ocasión solemne durante la cual un candidato a la admisión al Colegio de Abogados asume un cargo público, que es el cargo de *“Abogado y Consejero”*, al prestar juramento para desempeñar dicho papel.
Los términos de ese juramento o afirmación requieren que la persona que se comprometió, cumpla y sostenga y mantenga la autoridad de ambas Constituciones y leyes de los Estados Unidos, así como la del Estado de Nueva York…
Habremos de decir también —afirmaron los Ateneos— que WHC (World Humanity Commission), por sí y/o a través de su Commission for Humanity, así como la Barra Interamericana de Derechos Humanos que honrosamente preside Don José Luis Aguirre Huerta, nos comunicó también que hay presentada una queja ante el Órgano disciplinario de la Barra de Nueva York (los Tribunales estatales de Justicia) ya que la Ley 470, ordena a todo abogado registrado en Nueva York, y que no resida en el Estado de Nueva York, que es obligatorio que tenga y mantenga una oficina legal en dicha entidad estadounidense.
Como juristas versados en la ley, conocen que la constitucionalidad de dicha Ley, fue respaldada el 22 de abril de 2016, en el caso precedente de Schoenefeld V. Schneiderman, en el cual, la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de los EE.UU., sostuvo que el requisito de Nueva York de que los miembros no residentes del Colegio de Abogados de Nueva York, mantengan una oficina física dentro del Estado para la transacción de negocios legales bajo el Poder Judicial de Nueva York, la Ley § 470 no viola la Cláusula de Privilegios e Inmunidades ((2d Cir. 22 de abril de 2016)), que es constitucional.
Ahora bien, preguntara usted amigo lector, ¿cuáles son los requisitos si fuese que el togado Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena hubiese sido Magistrado o Juez en Nueva York? Estaría prohibidísimo porque no se puede, no es compatible la actividad de ser Miembro integrante activo de la Barra de Nueva York (es de referirse al Colegio de Abogados), y al mismo tiempo ser parte de un Órgano Jurisdiccional.
Ello, así lo ordenan las opiniones éticas Números 00-77 del 14 de septiembre de 2000, y la 94-18, del 10 de marzo de 1994 y la Opinión Conjunta Número 02-03 y 02-17 del 7 de marzo de 2002, en las cuales es más que claro y obligatorio, que no es compatible y no se puede ser Juez, y al mismo tiempo miembro activo del Colegio de Abogados de Nueva York. Lo anterior, obviamente y en ese momento de coparticipar por la presidencia de la Corte de México, ponía en grave riesgo la honorabilidad y verticalidad del mismísimo Ministro Ortiz Mena.
Como ahora dichos Ateneos lo exhiben, “no solo se tenía a un candidato a la Presidencia de nuestra Suprema Corte de Justicia, que no solo juró proteger y cuidar las Constituciones de Estados Unidos, así como la del Estado de Nueva York, sino que también nos encontramos que por tal motivo ahora enfrentaría problemas disciplinarios en el Estado de Nueva York”.
¡Ah!, pequeño detalle, se olvidaba que en los códigos éticos del Derecho, se advierte que para poder recibir comisiones de otros abogados por referir casos (hasta treinta por ciento —30%—, o más quizás), es obligatorio estar como miembro activo del Colegio de Abogados de Nueva York. ¿Será por eso que no quiere dejar su mina de oro el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena?, mina por la que ahora se le reconoce como “El Ministro de Oro”.
La pregunta formal de los togados de la República, es: “¿Dónde están las lealtades del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, y de su habilitador, el saliente Presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo De Larrea?
En tiempo y forma, quedaba bien claro —alertaron los citados Ateneos— en su lucha intestina que en víspera de esos momentos del 2 de enero, se estaría llevando a cabo para lograr quedarse con el control de la mismísima Corte, al igual que del Consejo de la Judicatura Federal, a ambos les lastimó, resultó incómodo y amenazó a sus intereses, el hecho de que la Ministra Yasmín Esquivel Mossa — antes de que se suscribiera toda esta historia de “terror”—, todavía no terminaba de plasmar su plan de trabajo para los esfuerzos que ella haría por cambiar el rumbo de tan noble, y muy atacada institución, como la rendición de cuentas, independencia judicial, y por supuesto la separación del Presidente del Consejo de la Judicatura Federal y de la SCJN, que no deben ni puede ser el mismo, dando como resultado que horas después se iniciara una masacre en contra de la rediviva Ministra Yasmín.
Como se ha dicho en líneas anteriores, todavía no acababa de “secarse” la tinta de su plan de trabajo, cuando minutos después se vino una turba de linchamiento hacia su honorable toga. Como diría Michele Taruffo: “La Prueba de los Hechos”. ¿En dónde quedó? Pues en la intentona porque ella es aliada a la Cuarta Transformación que impulsa con desatinos, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Las dos academias —hermanas— se permitieron en puntualizar que los hechos del porqué el ministril Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, no podía aspirar a ser Ministro Presidente de la Corte, toda vez que a unas horas de consumarse la historia del 2 de enero de 2023, “recibimos por medio de los protocolos académicos correspondientes dicha información la cual es delicada y precisa acerca de un integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es decir, un togado, que estuvo compitiendo para presidir el pleno de Ministros de nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación”.
Y aclaran: “Somos muchos los abogados que aspiramos a que se modifique la manera de impartir justicia en nuestra Patria. Por ello, estamos sumamente preocupados y en estado de indignación el saber de lo que acontece extraterritorialmente. ¿La sociedad, ante todos estos enredos antijurídicos de quienes ambicionan poder y dinero, se preguntará del por qué?
“Un togado que quiere ser Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, juró lealtad, y hacer guardar y apoyar dos diversas Constituciones y a eso se le llama *indecencia jurídica, y políticamente una basurera Traición a la Patria”*.
Para conocimiento de nuestra querida y apreciada sociedad, los Ateneos mencionados, demandarán tanto al Ejecutivo federal y al Congreso de la Unión —vía Cámara de Diputados y el Senado de la República—, que ante esta consumada embestida de *deshonestidad*, *ipso facto* el procedimiento jurídico que, desde luego, es la inhabilitación del *“Ministro de Oro” (Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena)* para evitar que siga explotando el bastión de su toga y enriqueciéndose de forma ilícita, según los entendidos.
De manera oportuna, ¡ha sido un gran alivio! la asunción de la Ministra Norma Leticia Piña Hernández, en la SCJN, y como ella misma lo ha adelantado, está dispuesta a romper el “techo de cristal” que fue impuesto por la cultura patriarcal en el oscuro y tétrico teatro de Pino Suárez, número dos.
“¡Es cuanto!”, inscribió jurídicamente el penalista Alberto Woolrich Ortiz, presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C.
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021