· La 4T de AMLO —con el aval del mismísimo revoltoso AMLO— busca encaminar a México a una sublevación
· Como fiel autócrata, el tabasqueño pretende ver que corran ríos de sangre en la Plaza de la Constitución, en la Plaza de la Ciudadela y en la Plaza de Tlatelolco, mudos testigos de otras tantas guerras sangrientas que han quedado registradas en la triste historia del país.
Blas A. Buendía
El 28 de mayo (2023) no fue solo un día domingo como cualquier otro.
Si bien en la víspera de la conmemoración clerical del Día de San Judas Tadeo, donde acudieron miles de religiosos para rendirle tributo al Santo de las Causas Perdidas, horas más tarde el pueblo se organizó para participar activamente en una marcha-mitin, en defensa de la Corte que en últimas fechas se ha visto conmocionada por los ataques sistémicos del poder enfermizo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La movilización social, totalmente pacífica, miles se volcaron por enésima ocasión a sumarse a otra histórica protesta popular en contra de las decisiones que el Ejecutivo ha emprendido contra los ministros, que integrados a una auténtica institución republicana, siguen siendo los pilares y salvadores de la paz social de todo el país, pero López los quiere ver pulverizados.
Bajo el clamor “¡La Corte no se Toca!”, al igual como se hizo en su momento con la frase “El INE no se toca”, entre otras consignas, se establece que el mal afamado AMLO, éste insiste en seguir dividiendo al pueblo mexicano, “y ya casi está por reprimir a la ciudadanía mexicana”.
Miles y miles de mexicanos marcharon en defensa de la SCJN, el mismo pueblo organizado, cuán alud popular, se abalanzó para desalojar las puertas del Palacio de Justicia Federal, las cuales fueron tomadas por un grupúsculo de morenistas incómodo y antisociales.
Con el propósito de hacerlos inmensamente felices, en las Redes Sociales se proyectaron videos grabados del “domingo feliz”, en los momentos exactos cuando ciudadanos brindan su apoyo al Poder Judicial Federal, para correr materialmente a menos de 15 personas que fueron sobornados para obstaculizar la entrada de la Corte. Solo se espera la socarrona risa del presidente perturbador de México y América Latina.
Ante la presión de ese pueblo bueno y sabio que además fue el liberador de Palacio de Justicia de Pino Suárez, expulsaron a los corruptos morenistas que fueron pagados, por supuesto, por el amado y nunca bien ponderado líder AMLO.
La civilidad se antepuso sobre todas las cosas, toda vez que quienes cerraron el acceso —en un acto totalmente mesiánico—, se registraron actos de deshonestidad por parte de la fuerza pública de la Ciudad, ya que ésta tuvo que proteger a los invasores de la Corte, para evitar ser víctima de la barbarie popular, cuando debió haber remitido al ministerio público a todos esos rijosos.
En colusión, la fuerza de choque de la CDMX tenía el pleno conocimiento desde hace varios días, sobre la toma de la puerta del edificio gubernamental, ya que quienes participaron, presumiblemente por las huestes del también afamado fratricida Andrés Manuel López Obrador.
Es decir, los desalojados reconocieron “ahora qué cuentas le vamos a entregar al jefe”, en alusión al nuevo Jefe de la Mafia del Poder que actualmente habita de manera invasora, Palacio Nacional.
Los actos fueron de locura porque miles de gargantas sentenciaron que López Obrador sigue en su plan de dividir al pueblo mexicano, pero lo inverosímil es que “ya casi está por reprimir a la ciudadanía mexicana”, acción que nunca se había visto en regímenes anteriores, pero esos agraviados siguen sin decir nada…
Como fiel autócrata, el tabasqueño pretende ver que corran ríos de sangre en la Plaza de la Constitución, en la Plaza de la Ciudadela y en la Plaza de Tlatelolco, mudos testigos de otras tantas guerras sangrientas que han quedado registradas en la triste historia del país
Necesario hacer una remembranza. México es una república democrática, representativa y federalista, ubicada en la parte meridional de América del Norte. A lo largo de su historia el país se ha visto convulsionado en gran variedad de guerras, entendiéndose por ello, una lucha armada hasta perder el Estado de Paz.
Los conflictos en México incluyen movimientos independentistas, guerras civiles y enfrentamientos internacionales. La historia de esos combates armados, se remontan al nacimiento del país como imperio en 1821. La actitud bélica del criollo Andrés Manuel López Obrador quedaría también registrada en los negros anales del México del ayer y del México de hoy, que por igual, correspondería a la asonada de una Guerra Civil impulsada sigilosamente por el absolutista Andrés.
Por lo tanto, se ensancharían los Crímenes Ocultos de López Obrador, en cuya obra literaria quedaría fehacientemente de cómo el tabasqueño mató de un balazo en la cabeza de su hermano José Ramón; y el pelotazo que le infringió a su amigo de juego de béisbol, José Ángel León Hernández, quien duró más de 30 años en estado vegetativo hasta que murió por la imprudencia de un asesino confeso en potencia.
La escritora mexicana Anabel Hernández ya lo avizoraba: “El Gobierno de AMLO, ¿la nueva dictadura perfecta?”, lo que se interpreta como lo concierne al enorme poder otorgado al Ejército, sistematizado con el autoritarismo, el crimen organizado y actitudes fascistas, cuyo coctel de la muerte, amenazan a México si los ciudadanos con cultura de legalidad y democracia se cruzan de brazos, ya no habría nada qué hacer…, más que vivir bajo las botas autoritarias de los Generales traidores de la democracia.
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021