· Solo exhibe su ignorancia e insignificancia, familiarizándose con su asquerosa vanidad timadora
· Los simuladores de la política
Blas A. Buendía
Si el Ciudadano de la Presidencia de la República fuera más cortés, con una educación impecable que dejara perplejo a propios y extraños, solo que su característica de incurrir en la vulgar patraña, en el marco de una estúpida comedia del narco-Señor-de-Palacio Nacional, y su método de sentenciar “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley, es por eso que nadie lo respeta.
Para la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, como toda la Nación —la sociedad bien lo sabe—, todo acto de simulación es aquella acción dirigida a fingir, aparentar o hacer creer lo que en realidad no es.
Acusó que el farsante o embaucador hace de su vida una vulgar patraña, o sea, una estúpida comedia. La personalidad del impostor político contiene muchas aristas como lo son la vanidad, el ego, la mentira, la mediocridad, el fingir lo que no es, la corrupción y otros muchos más que sería muy prolijo en este análisis de corte político-jurídico.
Así —añadió— el suplantador y/o farsante, al adoptar una personalidad de lo que no es, al grado de la desvergüenza aparentar saber sólo (…), exhibe su ignorancia e insignificancia.
Esos políticos las más de las veces se muestran vanidosos, huecos, presuntuosos, es decir vacíos y engañosos. Consecuentemente, son unos pillos y timadores que se apoyan en sus propias falacias para pretender dar la impresión de ser unos importantes “estadistas”, importancia que desde luego no cuentan con ella.
Ahora bien, la actitud de todo político farsante obedece siempre a su grado de la incultura, la cual deriva de una falta de inteligencia y congruencia, así como de una carencia de vocación para los estudios, y en el caso de Andrés Manuel López Obrador, tardó muchos años por titularse de la UNAM, en materia de Ciencias Políticas.
“Muchos de nuestros políticos farsantes adolecen de graves complejos de inferioridad que tratan de ocultar con sonsonetes de democracia. Su excelsa vanidad los presiona de tal forma que no valen lo que consideran ellos que creen valer”, dijo por su parte el abogado penalista Alberto Woolrich Ortiz.
Ponderó el concepto del muy ilustre psicólogo Don Jorge Maqueda Cortinas, todo lo escrito con anterioridad los empuja a sobrestimarse y que dicha sobrestimación no encuentra fundamento sino en un “subjetivismo enfermizo que no corresponde a la realidad de su ser”.
Según dicho experto, “la tensión que surge entre su complejo de inferioridad y el elevado concepto que tienen de sí mismos, se torna a veces tan peligroso que el sujeto acaba en un estado psicológico de neurosis”.
Dicho perito en psicología, afirma: “Todas las actitudes de demócrata (simulador) tienden a crearle una ilusión de superioridad de la que todos en su entorno perciben que carece”, originando la reaparición del fenómeno de la kakistocracia.
Muy a propósito de lo antepuesto, el escritor José Ingenieros, en su célebre obra “El hombre mediocre”, sostuvo: “Esos farsantes nos muestran el peligro que corren las sociedades donde los ideales han quedado sepultados por gobiernos, ideologías y éticas que se proclaman como “oficiales”, arremetiendo contra todo aquello que señale una diferente manera de concebir la realidad”.
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, enfocó todo lo expuesto al presente, con base a los argumentos fundamentales y constitucionales de los Estados Unidos Mexicanos.
La audacia de uno que otro de los políticos gobernantes mexicanos, que no la inteligencia de la cual carecen, los convierte en unos farsantes, según piensan muchos de los ideólogos que se hallan perdidos por la República Mexicana.
Y plantea: “Que diga la sociedad si ello es ¿cierto o no?”
La nación vive en la actualidad, la complejidad preelectoral que el mismo Jefe del Ejecutivo, viene soslayando el espíritu de la Carta Magna.
“Al encontrarse en campaña electoral, el Señor Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, prometió combatir la narco-política y brindar seguridad a esta gran Nación. Pero la sociedad ya dio cuenta que si mantiene en la cúspide del poder presidencial a gente demencial, su horizonte y desarrollo económico se verá menguado por la propia encrucijada que viene tanteando cayendo en el abismo de la constante inseguridad tanto en las grandes ciudades de la República Mexicana, como en la red carretera del país. “La interpretación y los resultados están en el viento”, apuntó.
¡”Es cuanto!”, concluyó la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México que preside el jurista Alberto Woolrich Ortiz, quien finalmente exhortó a toda la sociedad a votar por otra opción, menos por MORENA, ya que no es un partido político, sino un movimiento que se ha transformado en una caterva de narco delincuentes y asesinos.
En síntesis, al no respetar a la sociedad, AMLO es víctima de su propia desfachatez.
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Mayón-2021