· Culpan a la política “Austeridad Franciscana y Republicana”, por el accidente del Metro en talleres de El Rosario
· A la conductora del siniestro pretenden convertirla en un “chivo expiatorio”, fincándole responsabilidades en caso de negarse a saldar la reparación del daño
· El espurio sindicato del líder charro del Metro, Fernando Espino Arévalo, ya NO defiende a su base trabajadora, sino la sigue explotando lo que le ha permitido a su dirigente, amasar una descomunal fortuna por más de 40 años
Blas A. Buendía
Fotos inéditas del accidente de un convoy del Metro de la Línea 6 que rebasó el límite de la vía e impactó contra un muro de la zona de talleres El Rosario, ocurrido en la noche del miércoles 4 de octubre del años 2023 (11:33 pm), resultando herida una mujer que conducía la unidad número económico M. 0188, siguen reluciendo en redes sociales.
La conductora de nombre Paola Sánchez Méndez, fue trasladada a un hospital de la cadena Azura, para ser atendida ya que sus piernas quedaron atapadas entre los fierros viejos del tren de transporte subterráneo.
Trascendió que el incidente se debió a la falta de mantenimiento a las unidades del Metro, que ante la política de “Austeridad Franciscana y Republicana” del gobierno de la ciudad, bajo la supuesta “supervisión” del gobierno federal, ambas instancias tienen responsabilidad al incurrir en el Delito de Omisión, toda vez que se han negado a destinar los suficientes recursos y darle la manutención necesaria al Metro a fin de evitar toda clase de accidentes que lamentablemente, día a día, se han presentado.
A la trabajadora que sufrió este accidente por “falla en el tren” y no por “error humano”, el STC y el SNT-STC (Paola Sánchez Méndez) pretenden convertirla en “chivo expiatorio” indebidamente, para cobrarle la reparación del daño de la unidad, cuando ésta presenta desgastes mecánicos por el extraordinario uso en el servicio. El Metro siempre ha tenido un seguro contra los siniestros, pero desprotegiendo a sus trabajadores y conductores porque carecen de seguros de riesgo.
El sindicato mayoritario del STC, que sigue manipulando el sempiterno y antidemocrático lidercillo de marras, Fernando Espino Arévalo (FEA), ya es un fastidio porque NO defiende a cabalidad a su base trabajadora, misma que la tiene en completo abandono.
Gracias al cobro que hace de sus cuotas sindicales, Fernando Espino, por más de 44 años, ha amasado una descomunal fortuna que necesariamente debe ser auditada, fincarle responsabilidades por enriquecimiento ilícito, a él y a toda su parentela de nepotistas.
El espurio sindicato del líder charro del Metro, Fernando Espino Arévalo, ya NO es confiable, lo que necesariamente su base de trabajadores deberá reorganizarse para deponerlo del poder, pues de no hacerlo, seguirá siendo explotada por los tantos años más de vida que le podrían quedar al famoso FEA, y ser víctima de las presiones internas.
El famoso y déspota FEA, desde hace décadas, tiene abiertas Carpetas de Investigación en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, donde se halla un centenar de demandas penales que obran en su contra, por los delitos de acoso sexual, amenazas y muchos otros, pero debido a su poderosísimo tráfico de influencias, la corrupción y el chantaje contra los gobiernos sexenales, sigue siendo su bandera de ataque para operar impunemente.
En los círculos políticos de la Cámara de Diputados, del Senado de la República y del Congreso de la Ciudad de México, se advierte que el camaleónico FEA jamás volverá a gozar de poseer impunidad a través del fuero constitucional, ya que el Sistema de Partidos Políticos de México, lo ha etiquetado como un lidercillo apestado, ya que NO tiene cabida en ningún lado, y ser promovido como diputado local o federal —vía plurinominal— para las elecciones del 2024, sería una pérdida de tiempo por su perverso perfil.
Por lo tanto, Espino y su caterva que opera el Metro de la Ciudad de México, seguirá siendo unas de tantas de sus artimañas y “metas” políticas para generar una ola de hostilidades antisindicales, en detrimento de la sociedad, cuya vida pende de un hilo.
Según se conoce, entre el GCDMX y el sindicato mayoritario del STC, existe un aparente y extraño maridaje que ha durado por los mismos 44 años que FEA se ha transmutado en un personaje non grato, porque el terror y angustia que se dibuja en los rostros de los trabajadores del Metro, es totalmente visible sin que ninguna otra autoridad pudiera intervenir para mejorar las Condiciones Generales de Trabajo, pero principalmente, salvaguarda las vidas de quienes utilizan los servicios del metro subterráneo, llamado el “gusano naranja” de la Ciudad de México.
En una de sus facetas de enfrentamiento que ha tenido con los gobiernos recurrentes, pro defensa de los trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo-Metro de la Ciudad de México, fue el reto que le lanzó al ahora presidente de la República.
“Si el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quiere guerra, que nos ponga un ring y hasta con la mano amarrada le doy una madriza”.
A partir de ese entonces, la relación entre ambos personajes fue la tiranía tanto de uno en contra del otro, solo que Espino en su condición de no tener fuero constitucional como en antaño se lo otorgó el Partido Revolucionario Institucional, gracias a la intervención de la desaparecida politóloga María de los Ángeles Moreno Uriegas, ahora navega como un “cobarde” que dejó de ser un bravucón, porque paradójicamente lo ha invadido la timidez ante la narco Mafia del Poder obradorista.
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021