Vladimir Galeana
Sin lugar a dudas Andres Manuel Lopez Obrador se ha estado convirtiendo en el enemigo más poderoso de las instituciones de este país. Y no se trata de denostar a quien por ahora conduce los destinos de la nación, pero su carencia de lealtad con las instituciones políticas que lo llevaron al poder, y con los mexicanos, es la evidencia de que en el corto plazo intentará mantenerse en el poder aún cuando tenga que utilizar al Ejército como el principal alfil
El primer indicativo es que los altos mandos militares han sido beneficiados con diversas canonjías con la finalidad de que su lealtad cambie y responda principalmente hacia el inquilino de Palacio Nacional, quien desde hace mucho tiempo tiene en mente que puede convertirse en un Presidente que rompa con ese mandato Constitucional que lo sitúa solamente en seis años, lo que desde luego choca con la letra Constitucional.
De ahí el desmantelamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que hasta ahora se ha significado como un férreo valladar y a la que acaba de agredir quitándole el dinero de los fideicomisos que garantizaban las pensiones tanto de los ministros como del del personal operativo. Y con esta carencia de lealtad ha mostrado que también ha abjurado de aquel juramento que emitió en el Congreso del país cuando fue declarado Presidente de la República.
Hasta ahora hemos venido padeciendo las ocurrencias de un sujeto al que mucho tiempo quienes nos dedicamos al periodismo, señalamos como un desestabilizado, y no nos equivocamos, y por desgracia aún tendremos que soportar lo que resta de su mandato para volver a nuestra normalidad, pero sobre todo, a esa institucionalidad que le ha dado viabilidad a este país en los momentos más difíciles que hemos enfrentado.
Mexico es mucho país para un sujeto que piensa que podrá manejar a su antojo a más de ciento veinte millones de hombres y mujeres, cuya abrumadora mayoría están bastante azorados a la vez que enojados por la forma en que dispone del dinero de los mexicanos para enviarlo de ayuda a los tiranos del Continente como Nicolas Maduro en Venezuela, y Miguel Díaz Canel en Cuba.
Lo previsible es que debiéramos invertir en sacar de la pobreza a los más necesitados, esos que ha dejado a la deriva con tal de empeñarse a convertirse en un Sátrapa que aspira a gobernar despótica y arbitrariamente. Pero como siempre he señalado, mexico es mucho más grande que un remedo del tirano en que se ha convertido Andres Manuel López Obrador. Así de simple nuestra circunstancia, pero nosotros mismos la cambiaremos. Al tiempo.