HABLANDO CLARO
Por: Manuel Aparicio.
Siempre hemos sabido que los periodistas incomodamos al poder. En otras épocas ha habido diferencias, entre políticos y periodistas, pero nunca como hoy con Andrés Manuel López Obrador, quien de manera perversa e irresponsable ha escalado las agresiones, descalificaciones, ofensas y amenazas a tal nivel que pone en riesgo la integridad física y la vida de los comunicadores. Esta práctica, confirma que tenemos un gobierno altamente corrupto y vengativo; y, que, en efecto: México, es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
A López Obrador le ha dado excelentes resultados victimizarse, pues justificándose en su derecho de “réplica” lanza rabiosos embates contra los periodistas que documentan y exhiben los más escandalosos actos de corrupción que se practican desde las entrañas del poder; actos que también involucran a sus hijos, que hacen grandes negocios a la sombra del poder de su padre, beneficiando a sus amigos o utilizándolos como prestanombres.
Loret de Mola ha destapado la cloaca presentando videos y documentos que avalan la existencia de esa corrupción. Pero, como dice Loret: el presidente no ha podido desmentir ni una sola línea, ni un video o grabación difundidos a través de su programa; lo que ha llevado a López Obrador, a calumniar y de manera criminal exhibir supuestas propiedades y fortuna económica de Loret, con lo cual, sí pone en riesgo la integridad y la vida de este periodista y su familia.
Después, surge un reportaje, producto de una extensa investigación realizada por Tim Golden, de ProPublica; Steven Dudley de InSigth Crime y de la mexicana Anabel Hernández, de Deutsche Welle, en donde se revela que el gobierno de Estados Unidos investigó cómo la campaña de López Obrador en 2006, recibió dos millones de dólares del crimen organizado. Pero por cuestiones políticas, el gobierno estadounidense decidió cerrar el caso.
La publicación de este reportaje en los 3 medios internacionales, así como los análisis y comentarios en medios nacionales desdibujaron a López Obrador, de tal manera, que buscó con afán, desacreditar los hechos, lanzando acusaciones en contra de los autores de la investigación, principalmente en contra de Tim Golden, especialista en seguridad nacional, política exterior y justicia penal, cuyos trabajos le han hecho merecedor del Premio Pulitzer de periodismo, pero López Obrador lo llamó “mercenario al servicio de la DEA”.
López Obrador defiende su “calidad moral” y se envalentona porque sabe que, así como excarcelaron al General Cienfuegos, para evitar un conflicto político con México, lo mismo sucedería con él, pero el gobierno norteamericano nunca dijo que no hubo tal investigación ni lo exculpó, solo cerró el caso. En el reportaje simplemente citan que hay testigos protegidos que aseguran que existió tal corrupción.
Pero cuando Loret de Mola, a través de Latinus, difundió una entrevista con el líder de “los Ardillos”, quien reveló que aportó recursos económicos a MORENA para campañas electorales. Dijo también que le pidieron encargarse de la conformación de comités, a cambio, le ofrecieron puestos de elección popular: presidencias municipales, diputaciones etc. A partir de esa entrevista surge el hashtag: #NarcoPresidenteAMLO, y no ha podido cambiar la narrativa.
La gota que derramó el vaso, fue la presentación de un cuestionario que le hizo llegar la jefa de la corresponsalía del NYT en México, Natalie Kitroeff, para conocer su postura antes de publicar un reportaje. Pero fuera de sus casillas y con sed de venganza exhibió ese cuestionario junto con el número telefónico privado de la periodista poniendo en riesgo su integridad y su vida.
Por esta razón la corresponsal de Univisión en México Jessica Sermeño, cuestionó la irresponsabilidad del presidente y éste, se deshizo en insultos y descalificaciones, y con su característica arrogancia, aseguró que por encima de la ley, esta su ¡autoridad moral! y le dijo: no exageren, si la compañera está preocupada por algo, ¡que cambie el teléfono y listo¡. De ese tamaño es la irresponsabilidad de López Obrador.
