+El desafío de la inclusión laboral
+La historia de Jezael Alvarado
Por: Beatriz Astudillo
Ciudad de México.- En la Ciudad de México, la inclusión laboral sigue siendo un desafío para las personas con discapacidades. Jezael Alvarado, de 49 años, es uno de esos casos que pone en perspectiva las barreras sociales y laborales que aún persisten.
Nació con sordera profunda a causa de una rubéola que su madre contrajo durante el embarazo. Pese a esta condición, ha logrado salir adelante como conductor de Uber durante los últimos nueve años.
Jezael cuenta que desde joven ha enfrentado dificultades para conseguir empleo en otras empresas, lo que lo llevó a comenzar a conducir para esta plataforma. Sin embargo, la falta de comunicación verbal se ha presentado como un obstáculo en la interacción con algunos usuarios.
“No puedo tener una plática normal”, dice.
A pesar de ello, señala que la mayoría de los pasajeros reaccionan bien cuando descubren su condición.
Su rutina laboral comienza temprano. Se despierta a las seis de la mañana, se prepara y se dispone a trabajar sin un horario fijo de término, ya que su día depende de la demanda de viajes.
Aunque afirma no haber tenido dificultades significativas como conductor, Jezael hace un llamado a una mayor conciencia por parte de la sociedad y del gobierno respecto a las personas con discapacidad.
“No somos diferentes mentalmente, solo tenemos sordera”, expresa con firmeza. Aunque reconoce que no es el único conductor sordo en la plataforma, destaca que la falta de oportunidades laborales es una constante.
Su petición al gobierno es clara: más apoyo para la integración laboral de las personas con discapacidad, así como una revisión de los costos que enfrentan conductores como él.
“Uber nos cobra por pertenecer a la plataforma y además tenemos que cumplir con pagos al SAT, contadores y seguros más caros. Prácticamente no queda ganancia para subsistir decorosamente”, relata el también padre de una hija.
Jezael sugiere que los financiamientos para autos nuevos deberían tener intereses más accesibles, pues las cuotas mensuales a veces le resultan difíciles de cubrir.
En su caso, al igual que el de muchos otros conductores con discapacidades, el día a día es una lucha constante por equilibrar sus responsabilidades y lograr una vida digna.
Esta historia pone de relieve la necesidad de una mayor inclusión y apoyo para personas con discapacidades en el ámbito laboral, en especial en sectores como el transporte de aplicaciones, donde aún existen vacíos que limitan sus oportunidades.