Por: J.A. García Díaz

La “política” en tiempos electorales dentro de los municipios, es una broma. Parece que todo está “dicho”, a nadie le “importa” y el “voto nulo” crece. Ante el abstencionismo (de no votar), el beneficio es para los partidos con mayor militancia electoral. Pero olvídense de los partidos; los grupos dentro de ellos son otra cosa. Les interesa tu voto; no tú cómo persona. Todos son un show, de propuestas sin guión.

Todos los políticos actuales hacen propuestas con objetivos que la ley marca como una obligación; pero el pueblo no lo sabe. Es decir, según las normas de la convención de derechos humanos, para los países pertenecientes a la OCDE, OEA y ONU, el desarrollo sustentable, la movilidad, la incorporación de los servicios BÁSICOS como una obligación, la transparencia, la recomposición del tejido social, todo eso que los partidos propagan como “ideas propias”, de grupo y significativas; son NORMAS UNIVERSALES que el país debe cumplir desde 1981, según el pacto de San José de Costa Rica. Lamentablemente el cambio se ha convertido en abuso del subsidio a los partidos. Porque gobiernos llegan y gobiernos van – con manos llenas – porque ninguno lo ha sabido, querido, intentado o – peor aún – consensuado con la población para incluirlo en una nueva visión de nación. Declaración Universal de Derechos Humanos.

¿Por qué los senadores y diputados, cuando salen en televisión o medios, en lugar de hablar sobre las leyes legisladas a favor de la sociedad – como lo marca su trabajo – se preocupan más por hablar de su partido, grupo u organización? ¿Qué no se supone que cuando llegan a Senador o a Diputado, o incluso a Presidente, deben de olvidarse de su partido y enfocarse en la sociedad que representan? Lo mismo para las organizaciones civiles.

La solución no sólo es votar; sino hacer valer el voto después de ser nombrados como nuevos “lo que sea”. Como ciudadanos o pobladores de una COMUNIDAD tienen una responsabilidad en común.

Los políticos no son importantes, son nuestros empleados. Y lo que reparten, tómenlo, no se sientan culpables, es parte de nuestro dinero y no pueden condicionarnos por tener logos de otros en nuestros domicilios; no pueden pensar que somos pedigüeños de sus “dádivas”; repito, son nuestros empleados y es nuestro dinero.

¿Recuerdan como antes regalaban más cosas útiles y ahora sólo gastan en lonas?
Da coraje que muchos (políticos) piensan que nadie se da cuenta; Ya basta.

El electorado tiene la posibilidad única en su tipo, para organizarse y todos juntos, pensar a futuro; con el vecino, el amigo, la familia y con los mismos políticos; para ver cual conviene más; el voto debe ser adjudicado al candidato “más controlable” y menos prepotente; menos avaricioso; al que te atiende en cada momento aunque sea para saludarte; seas como seas; al que no se esconda de ti porque piensa que le vas a pedir algo.

También hay que dejar de pedir por pedir; hay que exigir como grupo, organización o comunidad – preferentemente este último. Somos pluriculturales y debemos entender nuestras diferencias, no dividirnos por ellas y confrontarnos.

Si pueden conózcanlos; si ya los conocen, mejor aún: Pregúntenles sobre algo malo que se dice de ellos; que ellos tomen como mentira o calumnia; y el resultado puede ser, su decisión para el voto.

¿Vieron como con las Redes y los movimientos sociales hasta Peña prefirió entrar en “crisis”? Imagínense en un municipio o una delegación en tiempo de elecciones. La idea es seguir a los políticos hasta que cambien el sistema. Es un proceso y comienza con informarnos, saludarnos todos los días, preguntar cómo estamos y qué hace falta. Tener continuidad con las personas que frecuentamos de forma directa y física. No podemos continuar con bases de los medios masivos de comunicación en ambientes tan pequeños.

EL VOTO VALE HASTA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES, RECUÉRDENLO.

NOTA: Hay una gran diferencia entre el debe ser y el debe de ser.