Urge una nueva Ley Electoral, pero hecha por la ciudadanía, sin políticos
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Luego de la espantosa, torpe, sucia, anticuada, estúpida campaña electoral que a “chaleco” el “elefante blanco” o sea INE, nos indilgó con más de 30 millones de spots en radio, televisión, Internet, cine, prensa escrita, revistas, monumentales, redes sociales, volantes, trípticos, dípticos, etc. que sólo sirvieron para que los candidatos y partidos se lanzaran lodo, boñiga, basura, insultos e improperios, viene la hora de la verdad; el momento en que los aspirantes a cargos de elección popular tiemblen, se coman la uñas, se angustien y lleguen al colapso, por la decisión que el ciudadano tomará en esos 45 segundos de soledad frente a la urna, para depositar el voto que los contendientes mendigaron, pero que no convencieron.
Esta decisión del torpe INE, al ser encabezado por un xenófobo, como Lorenzo Córdova Vianello, consideró a los mexicanos, tontos, descerebrados, olvidadizos; atentó contra nuestra inteligencia, al creer que esa basura de spoteo electoral convencería a los votantes de creer en candidatos, promesas, partidos, etc. pero se equivocó. No era necesario desperdiciar dinero bueno en gastos partidistas, porque los mexicanos ya no creemos en ellos. Nos han engañado por más de 84 años y medio (72 y medio priista y 12 panista) Las evidencias están a la vista: desempleo, inseguridad, pobreza, informalidad, miseria extrema, encarecimiento de la vida, corrupción, impunidad, mediocre educación básica, gobierno millonario, con pueblo miserable.
Y no miento, baste ver las estadísticas del Inegi, de empresas encuestadoras privadas y la más real, evidente, que no miente: el monedero del ama de casa, el bolsillo del jefe de familia, los desplazados que en el segundo año y medio del gobierno peñista rebasa los 3 millones; el subempleo. Este es el México real, no el que engaña Videgaray, Cartens, Gurría (OCDE), el que evidencia el sector privado como CCE, Coparmex, Concanaco, Canacope, Canacintra, etc.
Esta es nuestra verdad, el día a día, del que los spots electorales quisieron esconder, ofreciéndonos un país mejor. “Palabras, sólo palabras” de los vividores de la política de siempre, que cada 3 y 6 años buscan el voto del mexicano jodido, ofertando que con él las cosas cambiarán, mejorarán, pasaremos de nación emergente a país desarrollado; pero no dicen que esa palabrería proviene de un diseño partidista caduco, rebasado, obsoleto, porque lo dirigen los mismos dinosaurios de hace 40 años: Beltrones, Camacho Quiroz, Gamboa Patrón, Madero, Salinas, Zambrano, Ortega, Calderón, Jackson, etc. mañosos, enquistados, tramposos y aferrados a la ubre presupuestal.
Así lo diga el INE y los medios de comunicación paleros al Sistema, los 30 millones de cápsulas electorales fueron un tormento innecesario, porque desde siempre los verdaderos electores tienen definido su voto: la abstención, la anulación, el desprecio por los partidos de siempre, los que tienen sumido a México en la ignominia, en el retraso, en el acallamiento.
La simulación es otro ingrediente de nuestro decadente sistema electoral, ¿por qué?, porque el Padrón nacional registra más de 80 millones de ciudadanos, pero sólo sufragan menos del 39%, lo que significa que no hay autentica representatividad popular para gobernar y legislar, pero como en México “las costumbres se hacen leyes”, se ignora el desprecio por elstablishment electoral que ha quitado a los mexicanos la posibilidad de la Segunda Vuelta, que en toda nación desarrollada se implementa cuando los aspirantes no acumulan el 50% más 1, para ganar la contienda.
Y simulación también, porque las decisiones que un árbitro electoral con credibilidad, honorabilidad, certeza, confianza, (de las que carece el INE), debe imponer en nuestro país son letra muerta. ¿Ejemplos, varios?, ahí tenemos el del Partido Verde, que no sólo rebasó los topes de campaña, sino utilizó eventos oficiales, como informes, actos legislativos, programas sociales y más, que lo condenaba no sólo a una multa, sino a perder el registro; pero se simuló una sanción económica, que luego el INE echó para atrás.
Qué decir del PRI, que sus gobernadores, munícipes, funcionarios públicos aportaron dinero público para financiar campañas de sus correligionarios, y no perder el feudo, sobre todo para no investigar el estatus financiero de su administración, una vez entregado a sus sucesor (del mismo partido) el poder y no fincarle responsabilidades.
Los amarillos también se la saben y la aplicaron, como en las delegaciones políticas Gustavo A Madero, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Iztacalco, Cuauhtémoc, en donde los lazos de sangre, de matrimonio, de amistad y de servilismo, devuelven la administración para “cuidarse las espaldas”.
Los panistas también se apergollaron de esta farsa, en donde empresarios de mucho dinero financiaron campañas para obtener favores, una vez que el candidato asuma la gestión.
Esto es simulación, y ni con los 189 mil 271 spots diarios, durante 60 días que tuvimos que soportar, con ofertas fáciles, con promesas incumplibles, ni con el “te lo firmo y te lo cumplo” convencieron a los mexicanos de bien a votar por el pretenso. Los mexicanos ya estamos curtidos, los únicos que no quieren darse cuenta de esta realidad son los políticos y sus partidos; siguen viviendo su sueño de oropel, pero que en realidad es de hojalata, por tantos engaños y mentiras que nos infringen cada 3 y seis años. ¡Pero ya aprendimos!
Qué bueno que los mexicanos acudieron a votar el 7 de junio, demostraron con ello la civilidad, responsabilidad y capacidad al cumplir este derecho constitucional, ahora esperaremos el castigo popular y reitero el llamado, si del total de los ciudadanos registrados en el Padrón no se contabiliza el 50% más 1, la elección debería desconocerse; sin ese porcentaje legal, ningún candidato sería digno de ejercer cargo alguno, por la sencilla razón de que el electorado no confió en él y menos en su partido.
La consecuencia, repetir el proceso, pero sin costo alguno para los mexicanos. Que el dinero lo destinen los partidos, del sobrante de las prerrogativas que les dieron para este proceso intermedio y lo más digno, sin ningún spot más, ya tuvimos suficiente… y no les creímos.
Luego del 7 de junio de 2015, de verdad, debe revisarse, cambiar la legislación electoral…¡Aah! pero que no la hagan los políticos, ni los legisladores. No estoy loco con esta propuesta. Que la diseñe, redacte, revise, corrija y entregue al Congreso, la sociedad civil, el ciudadano de a pie, investigadores, académicos, docentes, constitucionalistas, etc. Y si hay necesidad de enmiendas, que los holgazanes diputados y senadores, la devuelvan a sus creadores, para una segunda y hasta tercera revisión, pero sin meter la mano los legisladores. Así de fácil, esta sería una propuesta ciudadana, a la que tenemos derecho y constitucionalmente nos asiste la razón.
Lo anterior queda de manifiesto ante la nulidad e incapacidad de legisladores e INE, que una vez más, en 2015, demostraron que este derecho legalmente ciudadano, está partidizado, para uso, usufructo y beneficio de los partidos, sus políticos y funcionarios públicos, ignorando a la única razón válida de la democracia: el ciudadano.
Esta reconsideración a nuestro sistema electoral debe estar listo para 2018, en donde habrá cambio total en el país: presidencia de la república, congreso total (diputados y senadores), jefatura de gobierno del DF, ALDF, 16 jefaturas delegacionales, varias gubernaturas y congresos locales. No podemos permitirnos más torpezas como estas de 2015 y sobre todo no tener al frente del INE a los mismos incapaces Consejeros Electorales y su ineficiente Presidente, porque caeríamos en lo mismo de hoy. Tenemos que aprender de nuestros errores o estaremos condenados a repetirlos.
Qué bueno que se acabó este proceso electoral intermedio, pues demostró que la carísima democracia que hoy tenemos, no está a la altura de las necesidades y derecho de los mexicanos a elegir a sus gobernantes y legisladores. El INE partidizado, con Consejeros Electorales afines al Sistema, a los partidos, a una televisora privada y con un Presidente Consejero xenófobo, discriminador, clasista, nada ético y sin el perfil profesional para el cargo, provocó esta crisis de credibilidad, desconfianza, de libertinaje de los candidatos y partidos, que nos deja mal parados internacionalmente, cuando con el IFE ciudadano, había sido ejemplo mundial y hasta asesoría a otros países, nos dimos el lujo de impartir.
¿Cuándo aprenderán los políticos, que ignorar a los ciudadanos durante su gestión como gobernantes y legisladores en una simulación? Recuerdan que existimos sólo cada 3 y 6 años, cuando mendigan un voto. Si no fuera así, México no estaría en la lamentable situación en que lo tienen los políticos, o ¿me equivoco?
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)