China ha revelado su proyecto para transformar el país en una “potencia futbolística” capaz de desafiar a los mejores equipos del mundo para el 2050.
El plan, revelado esta semana por el organismo superior de planificación económica de Beijing, presenta objetivos a corto, mediano y largo plazo, empezando con la creación de hasta 20.000 escuelas de fútbol y 70.000 campos para el 2020. Más de 30 millones de estudiantes en edad de escuela primaria y secundaria serán alentados para que jueguen de forma regular.
Y en el otro extremo de la escala, entre “dos a tres” clubes profesionales deberían estar dominando las competiciones asiáticas en los próximos cuatro años, según la visión de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, mientras que la Superliga China (CSL, por sus siglas en inglés) amplía su atractivo en todo el mundo.
En los últimos meses, varios de los mejores clubes chinos han invertido decenas de millones de dólares en importar los principales talentos extranjeros, incluyendo a Guangzhou Evergrande, el cual recientemente pagó 45,8 millones de dólares para contratar al delantero del Atlético de Madrid, Jackson Martínez… un precio récord de transferencia para la floreciente liga.
Ambiciones a largo plazo
El gasto reciente radica en parte en una política dirigida por el presidente chino Xi Jinping de invertir dinero en la liga, con la perspectiva de ganar un lugar en la Copa Mundial y algún día ganar el torneo.
Hasta ahora, la poca atención de China en la escena internacional tuvo lugar en la Copa Mundial del 2002, donde el equipo no pudo anotar algún gol. El torneo fue ofrecido por los vecinos de la región, Corea del Sur y Japón… países que han avanzado mucho más que China en términos futbolísticos.
La siguiente fase del plan de desarrollo supone la creación de un campo por cada 10.000 personas para el 2030, donde el equipo nacional masculino se convierta en una súper potencia en Asia y su equivalente femenino llegue a ser uno de los principales equipos del mundo.
El equipo femenino de China actualmente está clasificado como el 12o. mejor equipo del mundo por la FIFA, el ente rector del fútbol, mientras que el equipo de hombres se consume en el puesto No. 81.
Para el 2050, el plan imagina un cambio completo en su destino, donde China se transforme en una “potencia futbolística mundial”, mientras contribuye enormemente al crecimiento internacional del deporte y “hace realidad el ‘sueño futbolístico’ para toda la nación”.
Reparando la reputación
Acosado por el rendimiento deficiente en el campo y los escándalos de corrupción fuera del mismo, el deporte profesional chino ha estado lejos de ser atractivo. En el 2013, la Asociación China de Fútbol (CFA, por sus siglas en inglés) expulsó a dirigentes futbolísticos antiguos y actuales, árbitros y jugadores del deporte, como parte de las medidas enérgicas contra el arreglo de partidos… dos altos dirigentes de hecho fueron encarcelados por aceptar sobornos, informaron en su momento los medios estatales chinos.
El equipo del Shanghai Shenhua fue despojado de su título de liga del 2003, uno de los 12 equipos sancionados después de la misma investigación. Shenhua, el cual alguna vez presumió en su alineación a antiguas superestrellas del Chelsea, Didier Drogba y Nicolas Anelka, fue hallado culpable de arreglar un partido contra el Shaanxi Guoli durante la temporada del 2003.
La CFA insistió en que su campaña anticorrupción logró “resultados positivos” y en una declaración aseguró que el “entusiasmo público por el fútbol se está reestableciendo poco a poco, ya que los espectadores y telespectadores de la CSL se encuentran en niveles récord”.
Aunque la selección nacional masculina ha seguido enfrentando apuros —no pudo ser clasificado para la última Copa Mundial del 2014— los clubes profesionales de China han disfrutado de un mayor éxito. Guangzhou Evergrande, el cual es financiado por el gigante del comercio electrónico Alibaba, ganó la Liga de Campeones asiática en el 2013 y 2015, y se convirtió en el primer club chino en conseguir un lugar en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en el 2013.