Blas A. Buendía
Andrés Manuel López Obrador en su larga campaña logró engatusar a millones de mexicanos con la gran mentira de su acrisolada honradez, inclusive aplicó el lema de “honestidad valiente”.
La campaña por alcanzar el máximo cargo nacional tuvo que captar millones de pesos, muchos de los cuales fueron obtenidos a base de presiones y de chantajes consumados.
El video muestra y demuestra la corrupción de AMLO, en que uno de sus hermanos Pío Lorenzo López Obrador recibe diversos fajos de billetes, de manos de un cercano colaborador de la llamada 4T, David Eduardo León Romero, recién nombrado director de la flamante empresa distribuidora de medicamentos del gobierno federal.
Esa entrega no era nueva, el hermano del tabasqueño anotó en una libreta, la fecha de la reunión y reclamó que está retrasado en la entrega de recursos para el Movimiento y la campaña presidencial. Su modus operandi ya lo tenía ensayado.
Otro de sus hermanos, José Ramiro es un tanto oscuro como presidente municipal, fue acusado de desvíos millonarios por la venta de terrenos propiedad del municipio, y por el mal ejercicio del presupuesto durante su gestión como alcalde. Se mencionó que los recursos fueron para apoyar las ambiciones de Andrés Manuel.
No se olvida la entrega de fajos de dólares “aportados” a quien fue uno de sus más cercanos colaboradores: René Juvenal Bejarano Martínez -de abultado expediente de corrupción- de parte del empresario argentino Carlos Ahumada Kurtz.
Rosario Robles Berlanga, presa por consigna del Peje, fue el conducto para captar poco más de 400 millones de pesos.
La ex titular de Sedesol informó a López Obrador que Ahumada estaba dispuesto a patrocinar campañas de los candidatos del entonces partido PRD, y la respuesta fue los asuntos de dinero no los trataba él.
Carlos Cabal Peniche, otro empresario que también entregó fuertes candidatos de dinero, inclusive donó un hotel en Villahermosa, para la causa del Peje.
El actual presidente de México nunca ha recibido en persona las aportaciones voluntarias de dinero para la causa, para eso tiene a sus testaferros, como Eva Cadena, que recibió varios millones de pesos “para el candidato López Obrador”, exhibida en un video.
Julio Scherer Ibarra (hijo del finado periodista fundador de semanario Proceso del mismo nombre) también recibió “donaciones” (antiguamente sobornos, que para el caso no dejará de ser tipificado legalmente como chantajes ejecutado por profesionales); las entregas eran en efectivo de manos del industrial Julio Villarreal.
Delfina Gómez, ex candidata al gobierno del Estado de México, fue clave para captar recursos económicos para el “movimiento”, en pareja con el Peje, anunciaron que darían una “clasecitas de honestidad”.
Carlos Imaz Gispert, otro de los chantajistas bien remuneraos, que esa época era esposo de la actual gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, era asiduo visitante a las oficinas de Ahumada Kurtz, localizadas en Insurgentes Sur, muy cerca de la UNAM. Los billetes recibidos los colocaba en bolsas del Súper.
Se sabe que la gobernadora de la capital de la República, Claudia Sheinbaum, fue durante mucho tiempo recaudadora de Obrador: “Ella tiene años ocupándose de recaudar y administrar los dineros para AMLO, por ello es pieza clave en el equipo de trabajo del presidente de México, a niveles insospechados”.
Rocío Nahle, coordinadora de la campaña presidencial del Peje, también fue eficaz recaudadora de recursos económicos de dudosa procedencia, Citlalli Ibáñez Ávila Camacho, conocida mejor cono Yeidckol Polevnsky -entonces presidenta del PRD, y ex presidenta de la Canacintra-, también pasó la charola entre los socios de esa corporación.
Para guardar las apariencias de honestidad, muchos de sus colaboradores hicieron el trabajo sucio.
La mala costumbre de obtener dinero de donde sea fue un lucrativo negocio para el Peje, y lo aprovechó al máximo desde la Jefatura del antiguo Departamento del Distrito Federal (DDF), cargo al que arribó en forma fraudulenta. Es decir, no tenía los cinco años residencia exigidos por las autoridades electorales, toda vez que su credencial de elector fue expedida en Villahermosa, Tabasco. Lo cierto que el Peje siempre ha sido un cheque fraudulento.
Con el poder capitalino, puso a la venta las candidaturas y puestos de elección al mejor postor, era la honestidad aliente en todas sus formas.
El caso más escandaloso de esa práctica ocurrió en Iguala, Guerrero, en donde AMLO vendió la candidatura a alcalde, a José Luis Abarca, el jefe del grupo criminal Guerreros Unidos, banda que a la postre ordenaría el secuestro, muerte y desaparición de “Los 43 de Ayotzinapa”.
Olímpico mentiroso como es, inventó un escenario: la existencia en un pequeño departamento en un multifamiliar en Copilco, y viajar en un modesto Tsuru.
La versión de que “el pueblo lo apoya con recursos” fue una gran mentira del gran mitómano durante más de 20 años.
El pueblo “bueno y sabio” ya empezó darse cuenta de la clase de pillo e hipócrita que es Andrés Manuel López Obrador, y esto se refleja en las encuestas, en menos de un año, ha perdido más de 75 puntos. De casi 80, ahora alcanza como máximo 47 puntos.
Además de ignorante, el sexagenario tabasqueño tiene como meta de vida, la venganza, también es intransigente, estridente, bíblico y nada institucional. Los preceptos de la Constitución le son un estorbo, continuamente la pisotea o, hipotéticamente, la Carta Magna solo la utiliza para limpiarse sus proporciones carnosas y redondeadas llamadas tafanario.
También tiene la facultad de ser cínico e hipócrita; en ocasiones violento como en su faceta de agitador y activista, tomaba por asalto los pozos petroleros ubicados en Tabasco, para luego levantar el plantón a cambio de varios millones de dólares, acción que llamaba “desgaste físico”.
Su corrupción, ocultada durante muchos años, brotó con la reciente difusión de videos mostrados en la televisión abierta y en redes sociales, demostrando una vez más más, la entrega de varios miles de pesos para el beneficio del entonces eterno candidato presidencial. Como esta han sido varios, constantes y frentes la entrega de dinero para el “honesto y valiente” Andrés Manuel.
Andrés Manuel tiene la habilidad de ocultar su fortuna; señala que no tiene patrimonio propio; que no tiene propiedades a su nombre y que no maneja tarjetas de crédito ni cuentas en el banco, que a pesar de todo ello, se calcula que su fortuna asciende a más de 20 mil millones de dólares. Algo insólito, pero podría ser cierto porque al tabasqueño le encanta el dinero a manos llenas.
Con la fortuna acumulada a lo largo de los años, tuvo la visión de comprar un rancho en Palenque, Chiapas, en donde descansa de su ardua labor de proselitista por toda la República, con el claro propósito de buscar la elección, y por qué no, transformarse en un tirano o en dictador.
De carácter violento, demostrado con el asesinato de su hermano menor José Ramiro López Obrador, al pegarle certero balazo en la cara (presume y justifica que fue un accidente, y que repite a cada instante para acallar su culpabilidad), otro crimen cometido por el ahora presidente en su truculento pasado, particularmente en su época de adolescente, fue el de un compañero de juego de béisbol, José Ángel León Hernández, de un pelotazo en la nuca. Estuvo varios años parapléjico, falleció, luego de una larga agonía.
Hábil para captar recursos económicos, organizó un campamento permanente en la Plaza de la Constitución, como medio de protesta por el “fraude electoral” cometido en su contra en la jornada electoral para gobernador de Tabasco.
En esa ocasión, recibió más de 30 millones de nuevos pesos de manos de Marcelo Ebrard Casaubón, en esa época, fungía como secretario de gobierno del DDF.
Ahora, Ebrard, en funciones como vicepresidente -aunque su nombramiento oficial es secretario de Relaciones Exteriores-, dicha versión circula entre los miembros del “gabinete” conocido entre la tropa como “jóvenes construyendo el futuro”.
Los cuatro hijos del Peje gastan el erario a manos llenas, no trabajan y viajan por todo el mundo, con sus mujeres de importación.
Y México, casi en ruinas, arrastrando a más de 130 mil fallecidos por el Covid19 y por el crimen organizado que también presenta sus cuotas y donde surgen figuras potentadas. ¡Pobre país! (Fotografía principal Impacto Mx)