Mientras en Europa y Latinoamérica se adoptan medidas drásticas para evitar la propagación de Ómicron, la nueva variante del virus SARS-COV2, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha desestimado las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad científica para enfrentarla.
Por Trinidad González
Se reunieron, apenas el 1° de diciembre, en el Zócalo de la Ciudad de México (CDMX), unas 80 mil personas para celebrar la lectura de su III Informe de Gobierno; y en el colmo de la negligencia, el Presidente declaró que el cubrebocas no era obligatorio, que en su gobierno estaba “prohibido prohibir” y desestimó la amenaza de una cuarta ola de la pandemia.
“Nosotros estamos preparados para todo, estamos atentos siempre, cuidando a la población porque es nuestro trabajo”, había dicho días antes, durante una conferencia de prensa en Oaxaca, pese a que previamente se negó, de forma contundente, a que se instalaran centros de monitoreo en los aeropuertos nacionales y restringir el acceso a personas provenientes de Europa y África.
Asimismo, en el caso de la CDMX, el Presidente consideró que no era necesario ordenar un nuevo periodo de confinamiento sanitario, o por lo menos limitar el número de personas en negocios, centros comerciales y lugares concurridos como plazas públicas.
La confianza de AMLO está apoyada en los avances de la vacunación contra el Covid-19, a la que, según él, en la segunda semana de diciembre de 2021, había accedido más del 70 por ciento de la población con dosis completa; la tercera dosis para adultos mayores estaba en proceso a lo largo de seis entidades en la República; y continuaba la vacunación a menores de 18 años con comorbilidades.
Sin embargo, Arturo Erdely, doctor en ciencias matemáticas –quien da seguimiento estadístico a la aplicación de las vacunas con base en las cifras de la Secretaría de Salud (SS)— reveló que, hasta el pasado seis de diciembre, no habían recibido siquiera una sola dosis 47 millones 632 mil mexicanos; a 12 millones 930 mil se les había aplicado una dosis y 65 millones 451 tenían dosis completa.
El objetivo del Gobierno Federal para el 1° de diciembre consistía en una cobertura total de 62 por ciento de la población; pero en esa fecha solo el 51.9 por ciento de los mexicanos había sido vacunado, es decir, el 10 por ciento menos de la cifra que se había propuesto.
Y a pesar de los indicios reportados en otros continentes sobre la emergencia ante un cuarto rebrote de Covid-19, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell se negó a declararla siquiera como posible, aduciendo que durante noviembre se había advertido un descenso en la curva epidémica:
“Abrimos semana con reducción nuevamente, lo que es alentador, porque tuvimos dos semanas consecutivas donde había un incremento; pero esto no se configuró en una tendencia generalizada hacia una posible cuarta ola”, apuntó en Jalisco durante una conferencia matutina del Presidente el siete de diciembre, cuando inició la vacunación de refuerzo para adultos mayores.
LA ADVERTENCIA
Los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) María Guadalupe Miranda Novales, Susana López Charretón y Alejandro Macías, no han descartado que un cuarto rebrote de Covid-19 afecte a México; e hicieron varias recomendaciones a la población para disminuir ese riesgo.
Estas sugerencias fueron difundidas en la Gaceta universitaria de la UNAM y son las siguientes: “Lo primero que tenemos que considerar es que aún hay transmisión comunitaria del virus en muchos países, por lo que un incremento en el número de casos (llamémosle ola o rebrote) no se puede descartar”.
“Hasta el momento se ha registrado un incremento de aproximadamente 20 por ciento en el mundo durante el último mes (de octubre a noviembre). Si esto continuara, de acuerdo con los datos estimados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se podrían esperar, a inicios de 2022, unos 700 mil casos por día en la región. Debido a que se han detectado rebrotes en naciones donde se tienen índices de vacunación más altos que en México, no podríamos estar seguros de que una cuarta ola no pueda ocurrir”.
Miranda Novales advirtió que la recomendación más urgente consiste en no dejar de lado las medidas de protección sanitaria porque la pandemia no se ha ido; usar cubrebocas y mascarilla; limitar las reuniones o, en su caso, hacerlas al aire libre con estos protectores individuales.
“Las personas tienen que evitar acudir a actos masivos realizados en lugares cerrados y sin el uso de cubrebocas y medidas preventivas. Por ejemplo, una persona joven y sana que está vacunada puede contagiarse y no presentará una enfermedad grave, pero sí puede contagiar a otras en su entorno que tengan alguna condición de riesgo. No solo es el cuidado individual, es el cuidado de todos aquellos que nos rodean, familiares, amigos, compañeros, entre otros”, añade.
Asimismo, en un texto común se recomienda que si las personas “no se han vacunado, por favor acudan a hacerlo lo antes posible. Mantengan las medidas de prevención en todo momento. Eviten reuniones en lugares concurridos, no ventilados; y si acuden, utilicen en todo momento cubrebocas y mantengan la sana distancia de al menos 1.5 metros”.
El comunicado destaca también que a pesar de que el porcentaje de la población vacunada en México corresponde apenas al 50 por ciento, los especialistas confían en que el actual rebrote sea de menor intensidad que los previos, así como la mortalidad.
Susana López Charretón afirma, por su parte, que todas las vacunas aplicables están funcionando, no importa cuáles sean; pues la información disponible refiere que están bajando la mortalidad. Y explicó que el tercer rebrote registró más casos que los dos primeros; pero provocó menos muertes debido a que ya había vacunación.
Acerca del rebrote actual en México, la investigadora reveló que es probable y, a diferencia de lo difundido por la SS: “Hay que estudiar las historias de las otras tres olas que han surgido después en Europa. Si vemos cómo están en este momento allá, no hay razón para pensar que no será el caso en nuestro país. Hoy en día ya se ven casos en aumento, así que es muy probable que pasaremos otra ola”.
Subrayó que aún se desconoce si la variante Ómicron es más letal que la Delta y que son las personas que no se han vacunado las más susceptibles en infectarse. Esto es lo que está pasando en Europa. Los picos con alta mortalidad surgen en Holanda, Austria y Alemania; y se deben a que menos del 60 por ciento se ha inyectado a pesar de que tienen excedente de vacunas.
Para el especialista Alejandro Macías “pueden esperarse menos muertes; aunque los casos aumenten, debido a la vacunación. Se puede dar una etapa como meseta, en un nivel alto como una mala estación de influenza, en la que las autoridades estén reportando varios miles de contagios, entre dos y cuatro mil, y los correspondientes decesos, 200, 300. Una situación que se prolongue por meses, que se dé una situación endémica aun con cientos de muertos, pero no una situación patética de elevación grave de casos, como ocurrió en picos anteriores”.
Sobre la posible severidad del rebrote, comentó que “México está saliendo del pico de la variante Delta. En todo el mundo la salida del pico de la variante Delta lleva a un mayor control porque es una variante formidable que se transmite con mucha facilidad; casi todos los países tendrán que sufrir este pico antes de decir que van a pasar a una situación de mayor equilibrio. Hay naciones europeas que no la habían sufrido, como el Reino Unido, y esos países tendrán que vivirlo antes de decir que pasan a una situación de mayor equilibrio”.
La variante que apareció en Sudáfrica –la B.1.1.529, nombrada Ómicron– “podría sustituir a la Delta y sería la primera vez que se destituya a ésta. Pero no sabemos si va a ocurrir; de no ser así, es muy difícil que tengamos un pico como los anteriores”, aclaró Macías.
Mediante un video de su canal en YouTube y por Twitter, el investigador describió dos posibles escenarios: El peor, que Ómicron sea una variante muy transmisible y letal, capaz de sustituir a la Delta, lo que significaría comenzar todo de nuevo. El mejor, que sea una variable muy transmisible, capaz de sustituir a la Delta, pero menos letal, parecido a un virus catarral, según lo publicado en la Gaceta universitaria.
ALCOCER Y GATELL, UN CERO A LA IZQUIERDA
El pasado 26 de noviembre, dos días después de que se detectara en Sudáfrica la nueva variante del Covid-19, la OMS emitió un comunicado en el que informó de este hecho para alertar a la comunidad mundial sobre los riesgos que la variante Ómicron representa para la humanidad.
Aunque el primer caso conocido de infección por esta variante se confirmó en una muestra tomada el nueve de noviembre de 2021, el informe de la OMS llamó a los gobiernos de todos los Estados a tomar las medidas necesarias para evitarlo.
“El Grupo Consultivo Técnico sobre la Evolución del Virus SARS-COV2 es un grupo independiente de expertos que supervisa y evalúa periódicamente la evolución del SARS-COV2; y que determina si determinadas mutaciones y combinaciones de mutaciones alteran el comportamiento del virus. El 26 de noviembre de 2021 se convocó a este Grupo para estudiar la variante B.1.1.529 del SARS-COV2”, detalla el comunicado.
También informa que la variante B.1.1.529 reporta un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes. “Las pruebas iniciales indican que el riesgo de reinfectarse por esta variante es mayor que con otras variantes preocupantes y, al parecer, el número de casos que ocasiona están aumentando en casi todas las provincias sudafricanas. Por el momento, las pruebas de PCR que se utilizan para diagnosticar el SARS-COV2 continúan detectando esta variante. Con este método, la variante B.1.1.529 se ha detectado a un ritmo mayor que las que han causado brotes anteriores, lo cual indica que tal vez crece con mayor rapidez”.
La OMS anunció que cuando sea necesario informará a los Estados miembros y a la población en general sobre cualquier novedad en torno a las investigaciones que realiza sobre la nueva versión de Covid-19, ya que el Grupo Consultivo Técnico le recomendó que la designara como “variante preocupante”.
Esta “ocupación” científica a escala planetaria no ha generado, hasta la fecha, ninguna “preocupación” digna siquiera de atención, prevención, ni mucho menos alerta en los responsables gubernamentales de la salud del pueblo mexicano, como lo evidenció, el pasado siete de diciembre el subsecretario de la SS, Hugo López-Gatell, cuando comentó que “de momento seguimos todavía con descenso”.
En todo momento secundado por el Secretario de Salud, Jorge Alcocer y el Presidente, se limitó en esos días a informar que el primer paciente con Ómicron se encontraba “bien de salud”.
Previamente, el tres de diciembre, la Dirección General de Epidemiología, a través del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre), había informado, en un comunicado oficial, que se trataba de “una persona de 51 años de origen sudafricano, quien arribó a México el 21 de noviembre y, seis días después, presentó sintomatología característica de Covid-19 leve. Recibió atención médica en un hospital privado de la Zona metropolitana de la CDMX el 29 de noviembre. Las pruebas de antígeno y RT-PCR resultaron positivas”.