Así ocurrieron las Olimpiadas femeninas griegas de la antigüedad

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BALÓN CUADRADO

Jesús Yáñez Orozco

 

Ciudad de México.– Es bien conocido que estaba prohibida la participación de mujeres, incluso como espectadoras, en los Juegos Olímpicos de la Antigüedad. De hecho, también, en los modernos –cuya última edición, 32, ocurrió en Tokio–, las mujeres sólo se fueron incorporando paulatinamente.

Recopilar información acerca de la actividad deportiva de la mujer en la antigua Grecia es una tarea ardua y complicada. No tanto por los pocos textos encontrados, sino por los datos que ofrecen, a menudo, contradictorios, y fechas divergentes.

Sí bien es cierto que en el mundo griego hay fuentes arqueológicas donde aparecen representadas mujeres en distintas manifestaciones deportivas, como las esculturas grecorromanas de corredoras, saltadoras y jugadoras de pelota que aparecen en Sicilia en los mosaicos de la villa de Piazza Armerina (s. IV a.C.).

Incluso la mitología cuenta con mujeres excepcionales con grandes dotes como atletas.  Por ejemplo, Atalanta o la ninfa Cirene, de quien (según una descripción de la Pítica 9 de Píndaro) quedó prendado Apolo cuando la ve pelear con un león.

Mas la presencia real de la mujer en la actividad deportiva de aquella época era prácticamente nula.

En la Antigua Grecia había cuatro tipos de celebraciones a modo de competición llamadas Juegos Panhelénicos:

– Juegos Olímpicos, de carácter deportivo y celebrados en Olimpia, en honor a Hera y todos los Dioses.

– Juegos Píticos, de carácter poético, celebrados en delfos, en honor a Apolo y las Musas.

– Juegos Neménicos, de carreras con caballos, celebrados en Argos, en honor a Hera.

– Juegos Istmicos, de competiciones marítimas y celebrados en Corintio, en honor a Poseidón y las Ocenanidas.

Los Juegos Olímpicos se remontan aproximadamente al 776 a.C. y los otros tres al s. VI a. C.

Y tuvieron que pasar décadas hasta que fueran admitidas en especialidades como el atletismo, consideradas contraproducentes para su salud.

Pero en la Antigüedad un grupo de 16 mujeres creó su propia competición: los Juegos Hereos — en honor a la diosa Hera, esposa de Zeus–.

Y tuvieron que pasar décadas hasta que fueran admitidas en especialidades como el atletismo, consideradas contraproducentes para su salud.

Pero en la Antigüedad un grupo de 16 mujeres creó su propia competición: los Juegos Hereos –en honor a la diosa Hera, esposa de Zeus–.

Y fueron descritos por Pausanias en su Descripción de Grecia hacia el 175 d.C. Son la primera competición atlética femenina de la cual se tienen registros, celebrada cada cuatro años en el estadio de Olimpia, y probablemente la primera en celebrarse.

No obstante, el ejercicio físico no era algo ajeno a las mujeres en la antigua Grecia.

En Esparta se promovía la educación física femenina como un medio de mejorar la salud de cara a la concepción, y posteriormente en Roma las competiciones atléticas femeninas fueron comunes.

Según Pausanias, los Juegos Hereos fueron instituidos por Hipodamía, un personaje semi-mitológico, hija de Enómao y esposa de Pélope.

Éste Pélope había sido descuartizado por su padre Tántalo, y ofrecido a los dioses como alimento. Cuando se dieron cuenta de la trama, decidieron devolverlo a la vida, sustituyendo el hombro que distraídamente se había comido Démeter por uno de marfil.

Pélope consiguió casarse con Hipodamía tras vencer a su padre en una carrera de carros, no sin argucias de por medio, y después de que 30 pretendientes murieran en el intento. Para agradecer a Hera su matrimonio Hipodamía reunió a un grupo de 16 mujeres haciéndolas administradoras de los Juegos Hereos.

Una teoría alternativa para la fundación de los juegos dice que estas mujeres procedían de las ciudades griegas de Elis (en cuyo territorio se encuentra Olimpia) y Pisa, como una forma de apaciguar la tensión entre ambas.

Originalmente los Juegos Hereos consistían solo en carreras atléticas. Se celebraban, por lo menos desde el siglo VI a.C., en el estadio de Olimpia, posiblemente el mismo año que las competiciones masculinas y justo antes de éstas.

Las mujeres competían divididas en tres grupos de edades, y el recorrido era sensiblemente inferior al de los hombres, aproximadamente un 20 por ciento más corto.

Según Pausanias no competían desnudas como los hombres, sino que llevaban una túnica llamada Quitón o Chitón, que para la ocasión se recortaba por encima de las rodillas y dejaba al descubierto todo el hombro derecho hasta el pecho.

Este Quitón era empleado por los hombres en las competiciones que requerían un alto esfuerzo físico, por tanto en realidad las mujeres adoptaban la vestimenta masculina.

A partir de finales del período clásico y bajo la influencia de Roma se permitió a las mujeres participar en los mismos festivales atléticos que los hombres, algo que no fue muy bien recibido en Grecia.

Existen evidencias arqueológicas en inscripciones que atestiguan la participación femenina en carreras en Delfos en el siglo I d.C., en Nápoles durante el período imperial, y en los Juegos Capitolinos en Roma en el 86 d.C.

Las vencedoras en los Juegos Hereos eran coronadas con olivo, al igual que los hombres, y se les entregaba como premio la carne de las reses sacrificadas a Hera. También obtenían el derecho a dedicar estatuas inscritas con su nombre, así como a figurar en retratos colocados en las columnas del templo de la diosa.

Todavía hoy se pueden ver las marcas donde estos retratos estaban situados, aunque ninguno se ha conservado.

Tampoco se han encontrado esculturas con nombres femeninos en las excavaciones de Olimpia.

Existen pocas referencias en las fuentes a mujeres que participaron en los Juegos Hereos. Parece que las espartanas eran las vencedoras habitualmente, no solo por la proximidad de su ciudad sino porque su entrenamiento las hacía muy superiores al resto de la hélade.

El único nombre de una vencedora que los historiadores han conseguido rastrear es el de Cloris, personaje mitológico nieta de Zeus, de quien se dice fue la primera de las ganadoras en los Juegos.

En los Museos Vaticanos hay una pequeña escultura de bronce que algunos identifican con Cloris o con una vencedora de los Juegos Hereos, porque su vestimenta es muy similar a la descrita por Pausanias.

Otros opinan que se trata en realidad de una bailarina.

(Con información del portal labrujulaverde.com y mujereseneldeporte.blogspot.com)

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