Vladimir Galeana

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Extravismo ideológico

Sin lugar a dudas la izquierda mexicana, o quizá sea mejor decir las distintas expresiones de la izquierda que hay en México, tienen un severo problema que resultará difícil identificar e intentar solucionar en el corto o mediano plazo.

Los caprichos de Marcelo

Marcelo Ebrard Casaubón ya no encuentra por dónde caminar hacia lo que considera se le debe entregar en bandeja de plata: la candidatura a la Presidencia de la República. No sé cuál sea el origen de esa aspiración, misma que puede tener cualquier ciudadano mexicano que esté en uso pleno de sus derechos políticos, pero en el caso del señor Ebrard pareciera que es una obsesión que lo está haciendo cometer errores de cálculo y generándose más enemigos de los que ha acumulado desde que decidió unirse a las filas perredistas.

Los caminos tortuosos de Ebrard

Sin lugar a dudas a Marcelo Ebrard Casaubón le está costando mucho trabajo recorrer esos caminos tortuosos que su pedantería construyó. Ahora aseguró que no declinará en la competencia por la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática ante la posibilidad de que participe Cuauhtémoc Cárdenas. Hace muchas semanas que el señor Ebrard ha venido insistiendo en hacerse con la dirigencia nacional perredista, pero hasta ahora no ha logrado siquiera incrementar el nivel de simpatías entre dirigentes y militantes.

Mendicidad supina

Cuando alguien se distingue por su mendicidad, es porque tiene por encargo provocar daño en los demás, lo que es una deformación del verdadero significado de la palabra. La mendicidad según la Real Academia de la Lengua es la situación de la persona que no posee otros ingresos para vivir que los que le proporcionan las limosnas.

Eso que llamábamos Estado de Derecho

Todos los días, en todas las latitudes del país, las leyes sirven para lo mismo que la sindéresis lunar: para nada. Hace muchos años que los encargados de la aplicación estricta de la ley para garantizar la convivencia armónica de la sociedad dejaron de hacer su trabajo, y ese fue el comienzo de lo que estanos viviendo ahora.

Desorganización Organizada

No cabe duda que uno de los grandes problemas que tiene el ser humano es intentar organizarse para hacer cosas que reditúen beneficios a los demás, que es lo óptimo que debieran hacer aquellos que se dicen nuestros gobernantes y representantes populares que nada saben de lo que es la organización productiva, y mucho menos para qué sirve la representación que les hemos dado.