Héctor Hugo Villegas Severiano
Más de ocho años tuvieron que transcurrir para que más de 1,600 familias humildes de la colonia Villas Miramar, en el municipio de Bahía de Banderas, pudieran decir que por fin contarán con un pedacito de tierra propia para vivir con sus familias. Un estudio socioeconómico realizado por el Instituto de Vivienda del Estado pudo constatar que más del 95% de los jefes de familia no alcanza a ganar ni dos salarios mínimos para sostener a sus familias.
Como sucede en todo el país, la gran mayoría de los que ahí habitan, fueron engañados por fraccionadores inescrupulosos que, después de sacarles el poco dinero que tenían, los abandonaron a su suerte, dejándoles una colonia sin servicios y con un problema legal que estuvo a punto de provocar el desalojo violento, con la fuerza pública, de sus humildes hogares. Durante mucho tiempo, buscaron el auxilio de todo tipo de autoridades y de partidos políticos, pero éstos solo los utilizaron mientras satisfacían sus intereses electorales inmediatos, para luego volver a dejarlos abandonados a su suerte.
Fue entonces que un grupo de valientes y decididos colonos buscaron la asesoría del Movimiento Antorchista Nacional, al que solo conocían de oídas por la ayuda que la organización le brinda a otros pobres del país. Así, de la mano de Antorcha, transcurrieron otros tres años de intensa lucha contra los intereses económicos de los gobiernos municipal y estatal, quienes emprendieron toda una campaña de confusión, terror y agresiones, utilizando para ello los recursos públicos y la fuerza policiaca para obligar a los colonos a pagar exorbitantes cantidades de dinero, que desistieran de su lucha y abandonaran los terrenos donde los funcionarios tenían ya proyectada la construcción de fraccionamientos de lujo que les dejarían cuantiosas ganancias ¡casi tres mil millones de pesos! En su ambición enfermiza de dinero fácil y abundante, dichas autoridades no se detuvieron ante nada, incluso quemaron ocho casas para intimidar y desbaratar la unidad de los colonos. Pero la maniobra se estrelló contra la inteligencia y el valor de los antorchistas.
Es conveniente informar que dicha colonia se encuentra asentada en el municipio turístico de Bahía de Banderas, estado de Nayarit, considerado nacionalmente uno de los tres municipios donde vacacionan más turistas nacionales y extranjeros. Se trata de una parte de Nayarit que colinda con Puerto Vallarta, del estado de Jalisco. Pues bien, miles de antorchistas del país se solidarizaron con su lucha y acudieron a multitudinarias marchas en la Ciudad de México, una reunió hasta 150 mil manifestantes, en el año 2015, quienes exigieron a la Secretaría de Gobernación su intervención y solución definitiva del problema. Hoy, gracias a la tenacidad de su lucha y a la atinada conducción de la lucha por parte de la Dirección Nacional Antorchista, nuestros compañeros lograron que la SEGOB se comprometa a iniciar la regularización de su colonia, a la entrega de escrituras a los colonos y a la introducción de la energía eléctrica para toda la comunidad. Un triunfo en toda la línea y sin costo alguno para los humildes colonos.
No ha faltado, como en muchos otros casos, que los promotores de su desalojo, los gobernantes municipales y estatales, ahora quieran aparecer como los “héroes de la película”. Pero los colonos no se dejan engañar; saben perfectamente que si no se hubieran organizado y luchado con el Movimiento Antorchista, hubieran sido derrotados y habrían corrido la misma suerte de miles de mexicanos humildes que son víctimas de la voracidad de los fraccionadores, de autoridades que miran en el poder una mina de oro y de líderes vivales que sólo utilizan el pueblo como carne de urna.
Además de ello, los colonos antorchistas han comprendido que la lucha debe continuar para conseguir el resto de los servicios y hacer de su colonia una comunidad progresista. Lo más importante es que estos tres años han aprendido que viven en un país sumamente injusto, donde al pueblo de nada le sirve que México esté colocado dentro de las 14 economías más poderosas del mundo (de un total de 196 países), pero en donde más de 100 millones de compatriotas se encuentran sumidos en una pobreza lacerante, que no les permite tener un empleo o, si lo tienen, reciben un salario mísero que no les alcanza para nada: no pueden curar a sus familias, tampoco les permite educar a sus hijos, ni alimentarlos, ni vestirlos adecuadamente, etc. Por todo ello, nuestros compañeros de Villa de Miramar han decidido mantenerse en pie de lucha para toda la vida; en primer lugar, para garantizar que el gobierno federal cumpla la palabra empeñada y, segundo, para cambiar este modelo económico llamado neoliberal, que solo beneficia a los sectores más ricos de nuestra patria.
Saben perfectamente bien, que están a punto de ganar una batalla, pero no bajan la guardia y tampoco se dejan endulzar el oído con los cantos de sirena de sus verdugos. Por el contrario, hoy más que nunca se mantienen firmes y más convencidos de que lo único que tienen los pobres es su gran número, pero que falta educarlos políticamente, organizarlos y poner a este gigante dormido, que es el pueblo, en pie de lucha, para que así, al unísono, compactados todos como un solo hombre y como un solo ideal, tomemos el poder nacional en nuestras manos y desde ahí instrumentemos un nuevo Modelo Económico Humanista, que reparta más y mejor la riqueza entre los trabajadores.
Desde aquí saludamos la justa lucha de nuestros compañeros de Bahía de Banderas y los invitamos a crecer, crecer y crecer en su número, a que inviten a más familiares y amigos a organizarse en el gran Movimiento Antorchista Nacional, a que llamen a otros nayaritas de otras colonias o fraccionamientos con iguales o peores problemas, ya que Antorcha es, sin duda, la única verdadera organización de los pobres, de Nayarit y de México entero. Desde aquí también les deseamos éxito en su evento político-cultural que realizarán el próximo domingo 22 de octubre ¡Que viva Antorcha Revolucionaria!