Estas estimaciones se quedan muy por debajo del escenario mucho más negativo de 32.000 millones de dólares para fines de 2015 del que llegó a hablar el Banco Mundial.
Francisco Ferreira, economista jefe de la entidad para África, dijo en una conferencia de prensa en Johannesburgo, que las cifras se han revisado a la baja debido al éxito de la contención en algunos países, aunque aún no se haya llegado a cero.
Sin embargo, en declaraciones a Radio ONU, Ferreira destacó que el impacto sobre los tres países más afectados ya ha sido severo, sobre todo teniendo en cuenta que ya eran países muy pobres incluso antes de que se desatara la crisis.
“Naturalmente el mayor costo del ébola es en términos de vidas perdidas y sufrimiento de las personas, que han sido enormes en estos países. Pero además, hay un costo económico, que proviene del miedo y lo que llamamos comportamiento de la aversión por parte de los trabajadores, agricultores, mineros, compradores, que temen contagiarse y por eso evitan ir al trabajo o a comprar y eso ha contribuido a una significativa desaceleración de estas economías”, dijo.
El experto señaló que la caída de más de 30% desde junio en los precios globales del petróleo suponen también una grave amenaza para la estabilidad de los países africanos productores de crudo, especialmente Nigeria, que es el mayor exportador del continente.