Alberto Woolrich Ortiz*
El próximo año va a ser decisivo para nuestro México. En éste 2023, la república, por desgracia, se encuentra inmersa en el torbellino de la violencia delincuencial y con dos gobernanzas frente a frente, la primera elegida por el voto popular con Andrés Manuel López Obrador como su titular, apoyado en las fuerzas armadas de Luis Crescencio Sandoval y la segunda la de la narco-política, que tiene varios rostros ocultos, entre los que destaca el sujeto impune que creó alianzas con la delincuencia para denigrar a nuestras instituciones de procuración e impartición, así como a los soldados de honor del Glorioso Ejército Mexicano, gobernanza que por desgracia mandata y dirige la corrupción que se enfrenta con la cobardía y complacencia de otros. Paradójicamente hace algunas décadas, a los delincuentes se les encarcelaba.
El destino de nuestro México se va a decidir en los campos de batalla electoral durante los próximos meses. En varios lugares de la República se exige poner fin a la delincuencia y consecuentemente saber qué autoridad la protege y no toma en consideración el contenido de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de las leyes que de ella emanan, otros en esos lugares, se mantienen al margen y prefieren seguir brindando impunidad con “besos y abrazos” a los malhechores.
Es de lamentarse que durante algunas décadas y varios presidentes Constitucionales y procuradores generales de la República, se ha brindado y se sigue brindando impunidad a esa delincuencia, lo que acarrea que a la justicia la envilezcan, no obstante ello, se puede asegurar que a futuro sufrirá una derrota la narco-política, la que se conseguirá con la aplicación de la ley.
Si en el orden jurídico la abogacía independiente de la República y las togas de dignidad del entorno de procuración e impartición de justicia deciden actuar, el cambio en México resultará eminente. Las togas de la abogacía de todas las generaciones se encuentran dispuestas a lograr ello.
Sin temor a equívoco alguno, se puede afirmar que existen honorables agentes del ministerio público, jueces, magistrados y abogados particulares que unirán sus conocimientos para enfrentar a esa corrupción que ensombrece y envilece a nuestro México.
Nuestra Patria y sus recintos de justicia requieren restauración. Esa obra plantea un diagnóstico severísimo para efectuar el cambio; sin retóricas, sin políticas, sin demagogias, sin corrupciones y sin oportunismos políticos, con la sola aplicación del Código Penal Federal.
Pero dentro de todo ese marasmo nuestras leyes van a triunfar y con ello se logrará el sano objetivo del bienestar de nuestro México. La necesaria limpia de nuestros recintos es la justificación que impulsa el cambio en nuestra Patria, es evidente que la narco-política, por mucho dinero que pretenda regar, en ésta va a perder. Ya no es posible que se sigan trastocando las normas para seguir concediendo impunidad.
El próximo año, será decisivo para nuestro México.
Es cuanto
*Lic. Alberto Woolrich Ortiz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
Del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A