Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México, (BALÓN CUADRADO/Agencias).– El coronavirus no da tregua en el mundo. Mientras la segunda ola golpea a las principales ciudades japonesas y la distribución de las primeras vacunas es hasta ahora insuficiente para detener la masividad de los contagios, los Juegos Olímpicos vuelven a estar en el horizonte y podrían ser postergados nuevamente. Para su realización se han invertido casi 16 mil millones de dólares.
El certamen que debía celebrarse en Tokio en 2020 fue reprogramado por la pandemia del COVID-19 para el 23 de julio de este año, pero ahora el periódico The Times adelantó que desde el gobierno nipón ya han informado al Comité Olímpico Internacional (COI) de que hay garantías para la celebración del megaevento.
“Los Juegos Olímpicos de Tokio tendrán que cancelarse debido al coronavirus, y el enfoque ahora está en asegurar los Juegos para la ciudad en el próximo año disponible, 2032″, señala el artículo publicado este jueves que indica que hay acuerdo entre los principales sectores políticos de la nación asiática para impulsar esta idea.
De esta manera, los próximos Juegos serían en París 2024, luego en Los Ángeles 2028 y finalmente aterrizarían en la isla.
“Nadie quiere ser el primero en decirlo. Pero el consenso es que es demasiado difícil”, adelantó una fuente anónima, que agregó:
“Personalmente, no creo que vaya a suceder”.
Pese a esta información, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, declaró este jueves que está convencido que el evento se celebrará en sus fechas previstas (23 julio-8 agosto de 2021).
“No tenemos en este momento ningún motivo para creer que los Juegos Olímpicos de Tokio no se vayan a inaugurar el 23 de julio”, aseguró en una entrevista a la agencia japonesa Kyodo.
“Por eso no hay un plan B. Y por eso estamos totalmente comprometidos a hacer que sean unos Juegos seguros y exitosos”, aseveró.
Bach sí insinuó que el número de espectadores en los Juegos podría ser reducido, al afirmar que su organización debe ser flexible y debe estar dispuesta a hacer “sacrificios” para proteger la vida de la gente.
La misma determinación se percibió esta semana en el Comité de Organización de Tokio 2021.
“La disputa de los Juegos es nuestro punto inflexible y, partiendo de esa base, no hablamos de nada más”, dijo a la AFP el director general de los organizadores nipones, Toshiro Muto.
Muto no excluyó, sin embargo, que la competencia tenga que disputarse con un número limitado de espectadores, o incluso sin nada de público.
Ante los casos récord de infecciones por COVID-19, el gobierno japonés decidió este mes la reinstauración del estado de emergencia en una parte importante de Japón, que incluye Tokio y su enorme periferia.
En enero de este año alrededor del 80 por ciento de japoneses encuestados por la agencia oficial de noticias del país, Kyodo, habían opinado que los Juegos Olímpicos de Tokio deberían quedar aplazados de nuevo o suspendidos definitivamente dadas las perspectivas de la crisis del coronavirus.
Según la encuesta, el 35,3 por ciento se mostraba a favor de la cancelación, mientras que el 44,8 por ciento dijo que el evento debería retrasarse una vez más.
El brote de COVID-19 en Japón sigue siendo comparativamente pequeño, con alrededor de 4.700 muertes desde que comenzó la pandemia, pero los médicos dicen que los hospitales corren el riesgo de verse abrumados en las áreas más afectadas.
En el último reporte se detectaron 5.447 y hay casi 70 mil activos en la nación que posee más de 126 millones de habitantes.
Las medidas sanitarias y el aplazamiento han incrementado el coste previsto en 294.000 millones de yenes (USD 2.800 millones de dólares) para un total, mínimo, de 1.640.000 millones de yenes (USD 15.800 millones de dólares), lo que haría de Tokio 2020 la edición de los Juegos de verano más cara de la historia.
Que, además, podría celebrarse sin público, lo que desplomaría cualquier perspectiva de ganancia, es por eso que la decisión de la cancelación definitiva ha unido a los sectores políticos del país, según The Times.
De concretarse esta idea, sería la tercera vez que se cancelan unos Juegos Olímpicos, la primera en tiempos de paz. Las antecedentes son de Berlín 1916, por la Primera Guerra Mundial, y Helsinki 1940 y Londres 1944, por la Segunda Guerra.