BALÓN CUADRADO
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.- Histórica ‘cruzazuleada’ y menos de 12 horas después, ipso facto –como se advertía—la directiva cesó al técnico, Diego Aguirre.
En las gradas se dibujaron rostros desolados, huérfanos, inermes. Cada América-Cruz Azul es una ceremonia catártica, un momento de ebullición. Mucho tiene de fiesta porque la gente canta, sufre y celebra, como lo hicieron las Águilas después de un aplastante 7-0 en el estadio Azteca, en la décima jornada de la Liga Mx.
Para los celestes fue la peor derrota en su historia en 59 años –cuando, en 1963, debutaron en la Primera División de futbol local–, superando un 6-1 que sufrieron ante el Fénix de Uruguay por la Copa Libertadores de 2003.
La mayoría de las portadas de los principales diarios deportivos resumieron en sus portadas una palabra de 10 letras que define el escandaloso descalabro en letras mayúsculas: HUMILLACIÓN.
Atrás quedaron, de un plumazo, los más de tres años que tenían los americanistas sin ganar en un clásico joven. Lo que abundaron en las tribunas fueron las señales de triunfo, el ensordecedor ¡Vamos, vamos América!, junto a los más de dos mil 300 policías que se esparcieron para mantener el orden.
Suelen decir los entrenadores que en encuentros de tanta rivalidad no se concede ni medio segundo, porque termina costando muy caro. Prueba de ello, el zurdazo de Richard Sánchez desde fuera del área que significó el 1-0 de las Águilas a los 15 minutos. Bastaron un par de jugadas más para que el América se llevara el partido.
A toda marcha por la banda izquierda, Henry Martín superó con facilidad a Ramiro Funes Mori y sirvió para que Jonathan Rodríguez, sin marca, empujara la pelota al segundo poste (22). No hubo festejos del uruguayo, pero sí rostros desencajados entre los celestes.
Cuando por fin, sin merecerlo, el equipo de Diego Aguirre encontró el gol con un cabezazo de Rotondi, el árbitro señaló un supuesto empujón sobre Alejandro Zendejas y anuló la jugada. Casi enseguida, Rafael Baca se fue expulsado por una falta a destiempo, el arquero de la Máquina Sebastián Jurado acomodó mal la barrera y Diego Valdez, de tiro libre, hizo el 3-0 al minuto 45.
Ya con la ventaja numérica, los americanistas Henry Martín (53), Álvaro Fidalgo (73), Federico Viñas (85) y Salvador Reyes (90) redondearon la fiesta.
Vuelo Águila
El fin de semana pasado, América derrotó 3-0 a Pumas, otro equipo capitalino. A media semana endilgó a Pachuca un idéntico 3-0 y ahora humilló a Cruz Azul, que nunca en su historia había perdido por una goleada como la del sábado.
“Estoy feliz y le dije a mis jugadores que nos permitamos disfrutar orgullosos porque es algo histórico la goleada que conseguimos en este clásico”, dijo el entrenador argentino Fernando Ortiz al final del encuentro.
Para América, el resultado supuso igualar su triunfo con mayor diferencia de goles de todos los tiempos. Previamente apaleó 8-1 al extinto equipo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en 1994.
“No fue un accidente, fue consecuencia del trabajo que los jugadores hacen”, agregó el estratega.
“Estoy muy orgulloso de ser el entrenador de estos muchachos. Es un clásico con un marcador histórico”, insistió.
Los americanistas ahora tienen 16 puntos y son cuartos de la clasificación cuando restan tres partidos en la fecha.
La “Bomba” Martín, quien es seleccionado mexicano, alcanzó los seis tantos para colocarse como líder anotador del Apertura.
América todavía tiene un partido pendiente que pospuso para disputar encuentros amistosos en Estados Unidos ante Chelsea, Manchester City, Real Madrid y LAFC.
Cruz Azul sufrió su cuarta derrota consecutiva y se mantiene con apenas ocho puntos, en la penúltima posición entre 18 equipos.
La Máquina, dirigida por el uruguayo Diego Aguirre, vio rota una racha de siete encuentros sin derrotas ante las Águilas en todas las competencias.
Medios locales reportaron que la dirigencia del equipo había destituido a Aguirre al finalizar el encuentro, que la directiva confirmó unas horas después.
El estratega sólo respondió dos preguntas tras el aciago partido, ninguna relacionada con su futuro.
Su auxiliar, Juan Verzeri, compareció ante los medios y afirmó que no estaba enterado de noticias sobre un despido.
“Es un momento de vergüenza deportiva para nosotros”, dijo Verzeri.
Riesgo de que La Máquina sufra otra sequía de 23 años sin título.
(Con información del portal infobae y periódico La Jornada).