Laura Castillo García
El próximo sábado 18 de agosto, tanto gobierno como habitantes del Nuevo Chimalhuacán rendirán cuentas del trabajo que a lo largo de 18 años han realizado para hacer de su municipio un lugar digno y habitable para vivir y recordarán el compromiso que tienen con los 10 chimalhuacanos que dieron su vida y que con ello sembraron las semillas del progreso en este municipio.
Desde aquel 18 de agosto en que los chimalhuacanos sufrieran una gran agresión que les arrancó a diez de sus habitantes, las cosas en este municipio del Oriente mexiquense han cambiado radicalmente.
Pero no solo han cambiado porque el lugar dejó de ser el más grande basurero del país y porque ahora la gente transita por calles limpias, pavimentadas y libres de perros, ratas y gatos muertos, sino porque ahora los hijos de quienes en ese entonces eran jóvenes, se educan en escuelas dignas y la educación que reciben es de calidad, y porque tienen espacios deportivos y culturales en donde ejercitan el cuerpo y la mente y su desarrollo es más sano que en muchos otros municipios no solo del oriente mexiquense, sino incluso del país entero.
Y es que el eje de desarrollo en Chimalhuacán es el bienestar de sus habitantes, quienes en el curso de 18 años han aprendido que ellos mismos son los agentes del cambio y que, por tanto, son los ejecutores de las acciones en beneficio de su comunidad pues en la medida en que los ciudadanos asumen un rol cada vez más participativo, se vuelvan copartícipes de la ejecución y vigilancia de los actos de gobierno y se hacen corresponsables de los compromisos, éxitos y retos que encare la sociedad en su futuro inmediato.
Con esa actitud, y conscientes de que la educación de sus niños y jóvenes es la base de una comunidad progresista, la dirección de Educación municipal -encabezada en las gestiones ante el Gobierno del Estado de México por los propios alcaldes de Chimalhuacán-, ha logrado establecer en su territorio ocho escuelas de nivel superior, con 46 diferentes licenciaturas e ingenierías que año con año brindan al municipio cientos de profesionistas que contribuyen al progreso de este municipio que para arrancar su desarrollo tuvo que pasar por la pena de perder a 10 de los suyos.
El manejo honesto, transparente y visionario de los recursos públicos -tanto municipales como estatales y federales- han permitido el desarrollo integral del municipio en materia de infraestructura urbana, educativa, cultural, deportiva y de salud, pero aún falta llevar empleos a Chimalhuacán.
La infraestructura urbana está prácticamente concluida; ahora lo que los habitantes de Chimalhuacán necesitan es satisfacer su necesidad de empleos cercanos y bien remunerados que les permitan tener tiempo suficiente para convivir con sus seres queridos y, junto con su pareja, educar a sus hijos para que se conviertan en ciudadanos útiles para la sociedad. Ese es el reto al que en los años siguientes se enfrentará la sociedad chimalhuacana.
Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México