*¿Es tiempo que regresen soldados y marinos a cuarteles?
*En la “guerra fallida” de Peña contra el narco las cifras de muertos alarman Por Luis Repper Jaramillo* [email protected] Está a discusión si las fuerzas armas (Ejército y Marina) deben regresar a sus cuarteles y dejar de “cuidar” las calles del país, ante la presencia y control que tiene el crimen organizado de la tranquilidad, paz social y el derecho de piso, así como la recuperación de plazas de los Cárteles, para dejar que la Policía Federal y la Gendarmería, bajo la tutela de la Secretaría de Gobernación, se hagan cargo de devolver a los mexicanos lo que la corrupción, impunidad, incapacidad, colusión, etc. ha arrebatado a la sociedad: su derecho a mejor calidad de vida y tranquilidad para caminar sin miedo.
Mega sentencia de 124 años de prisión a cubano
El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX) informó que magistrados de la Novena Sala Penal impusieron una sentencia de 124 años y 6 meses de prisión a un ciudadano cubano por los delitos de homicidio calificado en contra de dos personas, tentativa de homicidio calificado, también en contra de dos personas, y robo agravado, que cometió en 2008 en un domicilio de la colonia Bosques de las Lomas, delegación Cuajimalpa.
GRACO RAMÍREZ: LA CARA DE LA REPRESIÓN EN MORELOS
Más de una vez hemos escuchado el falso discurso de partidos que proclaman la lucha a favor del pueblo y por una menor desigualdad social en México; el Partido de la Revolución Democrática (PRD), es precisamente uno de sus más señalados representantes. Sin embargo, los hechos recientes y muchos del pasados nos han mostrado que, “del dicho al hecho hay mucho trecho”...
Se ha gastado mucho en combatir el crimen organizado
Cartones de Luy Se ha gastado mucho en combatir el crimen organizado
Perdona nuestras ofensas
Alejandra Teopa Dicen que los velorios son despedidas muy tristes. El dolor y la añoranza se sienten por todas partes. La solemnidad del acto no deja lugar sino para hacer una reflexión, que en el caso de Rosa parece la secuencia de una película sin final. Sentada en la única silla de la choza se niega a recibir las condolencias de los amigos y vecinos. Ha pedido que no la molesten y solicita a su comadre Nabora hacerse cargo de los rezos y atender a quienes llegan a dar el pésame. No se siente en condiciones de escuchar esas palabras ni las historias sobre la bondad de su marido. Tampoco quiere la típica pregunta: “¿cómo pasó?”…