EntreNosotros con María Esther Beltrán, el espacio para charlas con personalidades del Medio Artístico y Cultural, que inaugura el reconocido actor Aarón Cobos, hablando de Gypsy.
Un refrán popular que reza: “cría fama y échate a dormir”, y a decir de algunos se refiere a que cuando alguien actúa de cierta manera, por méritos propios se ha ganado la fama de buena o mala persona, y una vez conseguida esa fama ya no tiene que hacer nada para que la gente le reconozca de esa manera ante cualquier circunstancia.
Dicen por ahí que cuando alguien se empecina en algo es porque se montó en su burro. Sin lugar a dudas la sabiduría popular es la muestra de las experiencias acumuladas durante siglos en torno al comportamiento de los seres y su condición humana. Los gobernantes tienen mucho de eso, porque pareciera que ante la carencia de definiciones en la letra de la ley les da por inventar, o por determinar de acuerdo a su muy particular forma de entender las cosas. Por eso las decisiones son disímbolas por todos lados del país, e incluso en los mismos lugares cambian de un momento a otro cuando unos proponen, otros disponen, los demás recomponen, y los que terminan haciéndolo lo echan a perder y vuelta a comenzar con el mismo problema.
Cada vez que el perredismo pretende algo, de inmediato utiliza el chantaje. Cuando las cosas no salen como las planean sus principales dirigentes, no les queda más que la amenaza franca y directa.
Sin lugar a dudas la izquierda mexicana, o quizá sea mejor decir las distintas expresiones de la izquierda que hay en México, tienen un severo problema que resultará difícil identificar e intentar solucionar en el corto o mediano plazo.
Marcelo Ebrard Casaubón ya no encuentra por dónde caminar hacia lo que considera se le debe entregar en bandeja de plata: la candidatura a la Presidencia de la República. No sé cuál sea el origen de esa aspiración, misma que puede tener cualquier ciudadano mexicano que esté en uso pleno de sus derechos políticos, pero en el caso del señor Ebrard pareciera que es una obsesión que lo está haciendo cometer errores de cálculo y generándose más enemigos de los que ha acumulado desde que decidió unirse a las filas perredistas.
Sin lugar a dudas a Marcelo Ebrard Casaubón le está costando mucho trabajo recorrer esos caminos tortuosos que su pedantería construyó. Ahora aseguró que no declinará en la competencia por la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática ante la posibilidad de que participe Cuauhtémoc Cárdenas. Hace muchas semanas que el señor Ebrard ha venido insistiendo en hacerse con la dirigencia nacional perredista, pero hasta ahora no ha logrado siquiera incrementar el nivel de simpatías entre dirigentes y militantes.