Comentario político del periodista Raymundo Medellín para el programa radiofónico “Hablando Claro” de Radio Expresión México, que conduce Manuel Aparicio.
Hay para quienes Ernestina Godoy debería seguir al frente de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, incluso la califican como una mujer integra, honesta y una auténtica impartidora de justicia y bueno, esos calificativos tienen origen en que se “aventuró” a investigar actos de corrupción de funcionarios del Partido Acción Nacional en la demarcación Benito Juárez, que por cierto no hay nadie en prisión respecto a ese caso que fue denominado “Cártel Inmobiliario”.
Ernestina Godoy, cuando fue coordinadora de Morena, tenía un conflicto de interés evidente, al beneficiarse de modificaciones a la Constitución de la Ciudad de México, ya que mientras era legisladora participó en la polémica modificación que, supuestamente eliminó una prohibición que impedía que los diputados fueran nombrados fiscales, lo que, según los críticos, revela un abuso del poder político.
Como fiscal, Ernestina Godoy, politizó la justicia en lugar de buscar la imparcialidad y la protección de las víctimas; su gestión está marcada por servir a intereses políticos y tomar decisiones influenciadas por el poder, en lugar de priorizar la justicia y la seguridad de los ciudadanos. Esto ha llevado a una desconfianza generalizada en la Fiscalía y a la creencia, de que se necesita una fiscalía independiente de afiliaciones partidistas. Hace 5 años, Godoy, entonces legisladora en el Congreso local, votó la reforma constitucional que le permitió a ella misma reunir los requisitos legales para ser fiscal.
En cuanto a los casos de corrupción e incapacidad, se cuentan, el caso de Sofía y Esmeralda, dos jóvenes que murieron ahogadas al caer a una coladera sin tapa, en viaducto. “La fiscalía no llevó a ningún lugar la investigación y no hay ninguna autoridad responsable que haya sido castigada”.
La caída de la línea 12 del Metro con 26 muertes y cientos de heridos. “Ni un solo servidor público detenido, Florencia Serranía, ni siquiera fue llamada a declarar, no hubo investigación y sí peritajes ocultos, las víctimas sin atención médica de calidad. La fiscalía cerró los ojos ante la tragedia que enlutó a 26 familias.
Fue muy sonado el Caso Alejandra Cuevas, cuñada del Fiscal General Alejandro Gertz, acusada de homicidio y encarcelada. Sin orden de aprehensión válida, sin respetar su derecho a la defensa, la fiscalía presentó pruebas inconsistentes hasta que la Corte intervino y le otorgó la libertad.
También el caso de Montserrat Juárez, una mujer de 25 años, primero reportada como desaparecida y después hallada muerta en un departamento en la Ciudad de México. La policía no reportó el caso como feminicidio y la fiscalía ya iba a cerrar el caso. La fiscalía no actuó hasta que las redes sociales presionaron.
Quedaron en espera de que Ernestina Godoy diera la cara y explique, entre otras cosas, por qué no hay detenidos por la Línea 12; por qué no fue sancionada la falta de manual de protección civil en el colegio Rébsamen; por qué persiguió fuera de su jurisdicción por un asesinato imaginario a María Isabel Cal y Mayor, ex nuera del influyente contratista José María Riobóo; por qué pretendió exonerar de plagio a la ministra Yasmín Esquivel; por qué le dio trato de terrorista a Viviana Salgado, a quien se le cayeron unas aspas de lavadora a las vías del Metro; por qué no procedió contra el ministerio público que presentó una licencia falsificada de Rosario Robles, para encarcelarla por un delito que no amerita prisión oficiosa; por qué insistió en violar el fuero del fiscal de Morelos; dónde quedaron los millones robados por sus ministeriales a Black Wall Street Capital”.
En fin, esa es la ahora ex fiscal, emanada del partido político MORENA y que el mismo poder político califica como una mujer integra, honesta y una auténtica impartidora de justicia…Los servicios prestados a la 4T seguramente serán recompensados, ya se piensa llevarla al senado, seguramente para protegerla.
Por ello los jueces no deben ser electos por voluntad popular, los impartidores de justicia deben mantenerse al margen de la política y los políticos.